Los estudiantes de la Universidad Tecnológica Metropolitana pusieron de manifiesto el descontento acumulado debido al desamparo por parte del Gobierno y el Estado en su responsabilidad de garantizar nuestra educación, que hoy se financia gracias a nuestro endeudamiento y el de nuestras familias.
La privatización de nuestra educación pública se manifiesta en todos sus niveles, primaria, secundaria y superior, y en consecuencia de lo anterior se produjeron manifestaciones que buscaban demostrar el descontento ante las políticas privatizadoras por parte del Gobierno, estas prácticas fueron paralelas y de forma simultánea ante distintas autoridades (Ena von Baer vocera de Gobierno – Arica, Joaquín Lavín ministro de Educación, Pablo Zalaquett alcalde – Santiago Centro) denunciando su complicidad y encubrimiento de la actual crisis del sistema educativo.
En la urgencia de evitar la imposición de un proyecto que legitima el lucro en la educación y que carece de fundamentos que apunten a la igualdad, justicia social, y al mejoramiento de la calidad de vida de todo nuestro país, un grupo de estudiantes de nuestra institución llegaron al Centro Cultural Gabriela Mistral, donde se conmemoraban los 30 años de la educación privada en Chile, evento en el cual se encontraban distintos representantes de universidades privadas y el ministro de Educación Joaquín Lavín, en forma de manifestación se increpó haciendo notar el claro rechazo a las políticas privatizadoras del Gobierno, a los intereses económicos personales que buscan hacer de la educación un lucro, la intervención política y administrativa, y el daño provocado por las declaraciones del ministro a nuestra institución, pasando a llevar así la autonomía de la misma sabiendo lo que esto significa para nuestra educación estatal y pública.
Aclaramos que cerca de cien estudiantes ingresaron por un acceso lateral posterior derecho a un salón donde se encontraban dichas autoridades, mostrando una pancarta: “Fin al autofinanciamiento”, gritando consignas con el fin de poder leer una carta en donde se formalizaba nuestro descontento y repudio como estudiantes de educación pública a la nueva reforma educacional chilena. Sin embrago, el ministro cercado por cinco de sus guardias se dirigió a la única salida de la sala, que estaba repleta de estudiantes y de sillas fijas que impedían el desplazamiento de los mismos, bajo estas circunstancias se generó una confusión dando cabida a empujones y forcejeos provocados por los guardias con el afán de retirar a esta autoridad del recinto generando con ello una batahola. En los medios de comunicación se tergiversan las escenas en donde se pretende proyectar una agresión por parte del estudiantado de nuestra casa de estudios hacia el Sr. Joaquín Lavín, siendo que por el contrario fue producto de los forcejeos entre el tumulto, y siendo un mismo guardia quien lo agrede. Finalmente el ingreso y retirada de los estudiantes, fue de manera pacífica. Una vez fuera del recinto, a cuadras del lugar de los hechos, fueron detenidos selectivamente siete compañeros (incluidos dirigentes estudiantiles), justificándolo como un control de identidad y trasladándolos a dependencias policiales. En el recinto y luego de varias horas transcurridas, se les intentó fotografiar y vincular por medio de grabaciones a protestas pasadas, sin darles razón justificada del actuar policial.
Buscando por diversos medios resarcir nuestra imagen destruida por los dichos condenatorios del Ministro de Estado en un programa de televisión, los cuales denigran a nuestra universidad, universidad del Estado. El secretario de Estado hace entrega de unas pseudo-disculpas a nuestro rector por medio de una carta, por otro lado el mismo día se anuncia la intervención política y administrativa de nuestra casa de estudios, materializada en la última sesión del Consejo Superior presidido por Juan José Ugarte realizado en las dependencias del Ministerio de Educación.
Entendemos que esta situación no es azarosa, sino que forma parte de un proyecto privatizador que busca cuestionar la actual acreditación, para instalar una acreditación de estándar internacional, que elitizará más aun el sistema de educación superior; esto sumado a la incorporación de las ocho universidades al proceso de selección universitaria, configurará un panorama en el cual las universidades del Estado y privadas precarizadas desaparecerán.
Como respuesta nos encontramos movilizados hace dos semanas de forma masiva y activa, pues asumimos que la intervención que hoy sufre nuestra universidad es un precedente para el resto de instituciones estatales que se encuentran en la misma situación, la cual ha sido invisibilizada por los medios oficiales y por la poca claridad de las federaciones voceras de la Confech, negando una realidad que responde a un descontento generalizado y en ascenso.