El primer paro general contra la política económica de Mauricio Macri en Argentina se cumple con alto nivel de acatamiento este jueves en todo el país, según analizaron los máximos dirigentes sindicales. No circulan los transportes y casi no hay actividad comercial en la calle. Desde la central sindical advirtieron que el Gobierno debe tomar nota y cambiar el rumbo económico y político. También hubo represión a manifestantes en algunos accesos a la Ciudad de Buenos Aires.
«El paro es contundente”, analizó Héctor Daer, integrante del triunvirato que conduce la Confederación General del Trabajo CGT, principal gremio de trabajadores de Argentina. Macri, por su parte, hoy eligió mostrarse con empresarios y banqueros en el hotel Hilton de Puerto Madero donde encabeza una nueva edición del Foro Económico Mundial.
A primera hora, agrupaciones sociales y sectores sindicales de izquierda realizaron piquetes en distintos accesos a la Ciudad de Buenos Aires y avenidas porteñas en medio de fuertes operativos de seguridad. La orden del Gobierno fue desalojar a todos los manifestantes para que hubiera libre circulación. En algunos casos, cuando eran cortados todos los carriles hacia la Capital Federal, la Gendarmería reprimió con gas pimienta.
Este paro masivo en Argentina tiene sus importantes connotaciones no solo a nivel local, sino que sirve de termómetro de la región. En un contexto donde la derecha parece revitalizarse y querer acabar con los gobiernos «populistas» o progresistas de la región bajo la promesa del «cambio» o la «renovación», los casos de Argentina y Brasil muestran un panorama complicado a nivel social y económico.
Desde que comenzó el gobierno de Macri, unos 25.000 locales comerciales de toda Argentina debieron bajar sus persianas, y más de seis mil pequeñas y medianas empresas siguieron el mismo camino, de acuerdo a las cifras de la Asociación Pyme y la Federación de Cámaras y Centros Comerciales (Fedecámaras).
Además, la gran mayoría de los trabajadores perdió poder adquisitivo fruto de los tarifazos en los servicios básicos (agua, luz, gas y transporte), bajas paritarias y la inflación que no pudo desacelerarse desde la llegada al poder de la alianza Cambiemos. En algunos casos, inclusive, superó la de periodos anteriores.
La amenaza de represión
Al igual que sucede en Brasil bajo la conducción de Michel Temer, en las vísperas del paro en Argentina, Macri envió a sus ministros en masa a cuestionar los motivos de la medida de fuerza y, en particular, le ordenó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que hiciera un despliegue de fuerzas de seguridad para reprimir los piquetes que distintos grupos de izquierda pensaban para hoy.
[REPUDIO] Así instó Gendarmería en #Panamericana a despejar #piquete por #ParoGeneral valiéndose del #ProtocoloRepresivo. pic.twitter.com/OkRcNto9XC
— La Izquierda Diario (@izquierdadiario) April 6, 2017
Desde la CGT repudiaron la represión al piquete ocurrido en la Autopista Panamericana. Pablo Moyano, dirigente de Camioneros, apuntó que el Gobierno reprimió a los manifestantes “envalentonado por la movilización del sábado que pedía palos para la gente”, en referencia a una movilización que tuvo lugar en apoyo a Macri y en «defensa de la democracia».
“El Gobierno debe tomar nota de la contundencia del paro”, afirmó Moyano. Advirtió que si no lo hace, el conflicto “se va a ir profundizando” y recordó la quita de las retenciones para graficar la elección de Macri en favor de los sectores concentrados de la economía. “Queda claro que sólo gobierna para un pequeño sector que es el que sigue ganando”, añadió Moyano.
Macri entre empresarios: como pez en el agua
En medio del contundente paro general Macri concurrió a la inauguración del Foro Económico Mundial para América Latina. «Qué bueno que es estar acá trabajando», celebró allí el Presidente ante empresarios y banqueros de la región.
En su discurso, Macri reivindicó su política económica. «Queda claro que lo que comenzó hace 15 meses en nuestro país es mucho más profundo que un cambio económico, es un cambio cultural», enfatizó y les prometió a empresarios y banqueros que la Argentina tiene «mucho más que ofrecer de que lo que teníamos en el pasado».
El mandatario enumeró las distintas medidas de su gobierno y lamentó que «en los tiempos que vivimos siempre se comunica más el conflicto que el acuerdo”. “Hoy en Argentina se están viendo acuerdos que no se veían hace muchísimo tiempo, y eso expresa lo que la mayoría de los argentinos sentimos: que es que el futuro depende de nosotros», agregó ante los asistentes.
Así entonces, las aventuras neoliberales en el continente no muestran el cambio positivo ni la vida mejor que prometían. En una constante deslegitimación de su protesta, los movimientos sociales buscan resistir las políticas de ajuste que no hacen más que quitarle bienestar a millones de personas para el provecho de unos pocos.
Por Gustavo Yuste, desde Argentina
@gusyuste