La propuesta de la diputada Camila Vallejo Dowling (PC) de reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas fue declarada admisible este miércoles 5 de abril en el Congreso de Valparaíso.
A pesar de que la mesa presidida por Fidel Espinoza Sandoval (PS) buscaba declarar inadmisible el proyecto debido a que sólo el poder Ejecutivo puede proponer legislaciones en torno a las remuneraciones de trabajadores públicos y privados, frente a la consulta sobre la inadmisibilidad del proyecto, 21 diputados se manifestaron a favor y 41 en contra.
Al parecer, el derrotero es el mismo que cuando se discutió en primera instancia la rebaja a la jornada, de 48 a 45 horas. En aquel momento, tampoco se contaba con el patrocinio gubernamental. De hecho, el Gobierno se opuso a la iniciativa emanada desde el Senado, y con el correr del tiempo y la discusión, finalmente se consiguió el apoyo y la rebaja que tenemos ahora.
Apoyo parlamentario
Frente al fructífero desenlace de la iniciativa comunista, las opiniones al respecto no se hicieron esperar. Consultada por su parecer al respecto, la senadora Carolina Goic Boroevic (DC), actual presidenta de la Comisión de Trabajo, señaló que le parecía bien y alegraba mucho la discusión iniciada en el parlamento, pues estaba dentro de las atribuciones de cada uno de los parlamentarios. Esto, aún cuando pensaba que el tema se inscribía dentro de un debate mayor que tiene que ver con cómo se logra optimizar los tiempos de trabajo y conciliarlos con la vida de familia.
Así también, expresó la abanderada presidencial democratacristiana, es necesario dilucidar cómo se logra un país más productivo, que garantice sueldos justos respecto de lo que destinan de esfuerzo cada uno de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país.
“Esta discusión me gustaría darla en torno a otras definiciones que permitan mejorar la productividad y la calidad de vida de la gente. Hoy día somos uno de los países que más trabaja en el mundo y eso no se ve reflejado en la productividad. Eso dice que algo sucede, lo mismo cuando una ve el monto de las remuneraciones: si es justo, si se está recibiendo efectivamente lo que aporta cada uno de los trabajadores. Somos un país que tiene una de las más altas tasas de enfermedades mentales, de depresiones. Eso también dice que hay algo que sucede y que tenemos que abordar”, expresó la senadora y presidenta DC.
El otro candidato presidencial que quiso aportar al intercambio de opiniones fue el también senador Manuel Ossandón Irarrázabal (RN), quien afirmó que la propuesta era una buena idea para la calidad de vida de la gente, que no le molestaba en nada y que incluso podía ser un objetivo para Chile. “Me parece maravilloso que seamos capaces de trabajar 40 horas. Si somos capaces de organizar un verdadero sistema de capacitación de nuestra gente, perfectamente podemos llegar a 40 horas porque la productividad aumenta», señaló Ossandón. Y agregó: «Mi experiencia me dice que la diferencia no pasa por las horas trabajadas sino porque seamos capaces de cumplir las metas. Pero tenemos que medirnos en la productividad, somos los más bajos dentro de la OCDE”.
Ambas opiniones se suman a las emitidas por el ministro del Interior, Mario Fernández, quien admitió que «una iniciativa aunque sea gravosa -según algunos conocedores de la economía, porque aumentaría el costo del empleador- de todas maneras habría que pensar pues los países más importantes del mundo, los más desarrollados del mundo, tienen este tipo de jornadas laborales».
Cautela y tranquilidad
Al respecto, la responsable de la idea, la diputada Camila Vallejo, fue cauta respecto de lo que ha generado su propuesta, planteando que “no hay que ahogarse en las declaraciones, a favor o en contra”. Sin embargo, se mostró esperanzada de que su moción llegue a buen puerto. Si bien cree es valorable que hayan opiniones de autoridades políticas a favor, lo que más le importa es ir generando mayor respaldo ciudadano y de las organizaciones. Con más de 35 mil firmas que la apoyan -además del beneplácito de organizaciones gremiales, sindicales y asociaciones de funcionarios-, la ex dirigenta estudiantil cree que en la medida que pasa el tiempo, los argumentos que se están poniendo sobre la mesa van teniendo más peso y sustento para empujar la iniciativa.
“Yo entiendo que la ministra vocera de Gobierno señale lo que señala, no me parece una opinión que sea contraria a esta iniciativa; más bien, demuestra que no es una prioridad dentro del Gobierno y eso lo sabemos, no es parte de su programa de reformas. Es verdad, no ha puesto el patrocinio pero sabemos que podemos seguir adelante con el trámite legislativo aún sin el apoyo del Ejecutivo, sin perjuicio que en algún momento se den la condiciones para patrocinarlo o no”, señaló la parlamentaria.
Por ahora, lo que viene es un trámite legislativo que se abre, una discusión que se profundiza y que, al parecer, continuará cosechando apoyos. Por el momento, la propuesta se irá a la Comisión de Trabajo y, en ese sentido, su presidente, el diputado PS Osvaldo Andrade, ha señalado que lo pondrá en tabla y que, como existe mayoría parlamentaria, el debate no debiera entramparse.