No creo que exista una chica en el mundo, que no se preocupe aunque sea un par de días, de lo que usará el día de su graduación. Mireya es una joven estadounidense que ocupó varias horas de su vida en abril de 2015 en el vestuario que ocuparía el día de su graduación de la preparatoria en Michigan.
Ella y su madre Connie, trabajaron juntas buscando al anhelado vestido perfecto, querían estar seguras de cumplir todas las normas que la escuela imponías para el evento.
Mineya no podía esperar a usar un vestido evaluado en 300 dólares. Era azul y tenía grandes lunares blancos. Solo tenía la espalda descubierta, así que cumplía las normas.
Al menos eso fue lo que pensó.
Porque esta chica caminó de la mano junto a su novio camino al salón. Pero no alcanzó a llegar; los oficiales de la escuela le dijeron que no podía ingresar, que había violado las normas. Mejor dicho el Dress Code.
Básicamente la humillaron delante de todos sus compañeros.
Connie, la madre de la adolescente, declaró a a un medio local que otras chicas fueron con vestidos aún más descubiertos y no tuvieron problemas, e incluso, otros padres declararon que la decisión de la escuela de expulsarla de su fiesta fue inaceptable.
En el video de a continuación, un completo informe de este caso:
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VÍA UPSOCL