Fukushima es una región abandonada que tenía alrededor de 100 mil residentes antes de ser evacuada, debido al terremoto del “Gran Este” de Japón en el 2011, y que por su magnitud (9 grados en la escala de Richter) dio pie a un desastre radioactivo épico, el segundo más grande luego de Chernobyl. Este panorama fue precisamente lo que motivó al fotógrafo Keow Wee Loong para ir a la zona y captar este sitio que está detenido en el tiempo.
El fotógrafo menciona que al entrar en la ciudad no vio ningún ser humano por las calles, solo animales salvajes, semáforos que continúan funcionando y en los supermercados aún seguían colgadas en su lugar revistas para adultos y calendarios del 2011.
Loong se coló a Fukushima, pasando los guardias de seguridad, las puertas de metal e incluso escapando de animales solamente por una finalidad: quería saber cómo se veía una ciudad fantasma.
“Fui ahí porque estaba intentando tomar fotografías de Fukushima, un pueblo fantasma, porque tenía la información de que el gobierno iba a reabrir la ciudad este año.
“Caminando por Fukushima a primera hora del día es realmente pacífico. La ciudad está vacía y las luces del tráfico siguen funcionando”.
“Fui a Tamioka, Futaba, Okuma y Namie. Empecé mi caminata a las 2 am y terminó entre las 4 y 5 pm. Atravesé las cuatro ciudades afectadas en la zona de exclusión. No me permitieron fotografiar y caminar la zona de exclusión. La policía japonesa dijo que era un lugar peligroso, especialmente para un fotógrafo y no me dejaron vagar por ahí”.