Luego de las palabras del diputado Roberto León (DC) y gracias al voto de la totalidad de los asistentes a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, este martes 18 de abril se aprobó un acuerdo de cooperación y asistencia administrativa en materia aduanera entre los gobiernos de Chile e Israel.
El 20 de enero de 2014 había sido firmado el acuerdo en Valparaíso (sellado con la firma del director general del Ministerio de Finanzas de Israel, Moshe Asher), que luego ingresó como proyecto de acuerdo para su aprobación el 22 de julio de 2015 a la Cámara. De esta forma, hoy hay luz verde para reactivar el inicio del estudio de factibilidad técnica para un futuro Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambas naciones, suspendido en julio de 2014 luego de los bombardeos de Israel contra civiles palestinos en la Franja de Gaza.
Implicancias del acuerdo
Las asistencias técnicas permitirán el intercambio de antecedentes que van desde el traspaso de métodos para perfeccionar las acciones de control de carga, mejoramientos para la aplicación del Acuerdo Sobre Valoración Aduanera, hasta alertas sobre pasajeros.
Gracias al compromiso de cooperación, al diálogo constante entre autoridades se le incluirán capacitaciones y pasantías que permitirán el intercambio de experiencias, asesoramiento e incluso transferencia tecnológica.
Tensión bilateral pero no económica
Cabe destacar que las principales exportaciones de Chile a Israel son salmones y pastas químicas de madera, aceite de pescado y semillas para legumbres y plantas, que en 2016 alcanzaron un total cercano a los US$ 67 millones de dólares.
Desde Israel, por su parte, se importan aparatos para filtrar agua, alarmas contra robos, sistemas de telecomunicaciones, grifería, textiles, artículos de ortopedia, máquinas de afeitar y concentrados de proteínas, que en el período recién pasado sumaron US$133,5 millones de dólares. Además, Chile es activo comprador de armas al Estado de Israel, testeado en la represión hacia los movimientos sociales y la militarización de La Araucanía.
Las empresas israelíes tampoco son ajenas a la realidad chilena. Sólo por citar un ejemplo, la multinacional de transportes Veolia Transdev, a través de una de sus filiales (Redbus), es operaria del Transantiago.
Si bien las relaciones diplomáticas de ambos Estados datan desde febrero de 1949, ambos países mantienen una serie de acuerdos bilaterales y un nutrido intercambio cultural, entre los que figura el hermanamiento de ciudades como Valparaíso con Bat Yam. Asimismo, ya existen convenios comerciales y de cooperación económica, como el generado en 1982, en plena dictadura.
Sin embargo, los problemas surgen a la hora de los ciudadanos intentar poner en práctica los tratados vigentes. Por ejemplo, el pasado 10 de abril Anuar Majluf, director ejecutivo de la Federación Palestina de Chile, fue deportado desde Israel tras negársele la visa de ingreso, dado su constante apoyo a la campaña de Boicot contra el Estado de Israel (BDS).
El BDS –Boicot, Desinversiones y Sanciones– es una campaña como respuesta a la ocupación que mantiene el Estado de Israel en Palestina, consistente en tratar de boicotear los ámbitos comerciales, académicos, culturales, deportivos hacia la autodenominada única democracia de Medio Oriente.
El Congreso de Israel aprobó hace poco una nueva ley migratoria, “materializando de manera legal la política de prohibir el ingreso a quienes piensan distinto o apoyan a Palestina”, explicó Anuar Majluf a El Desconcierto.