Hay más perversiones que buenos pensamientos en en la mente de las personas. Así lo han demostrado miles de relatos retorcidos que han sido publicadas a lo largo de la historia. Uno de ellos es “Midori, la niña de las camelias”, anime que fue destruido por su contenido explícito, agresivo y pervertido. Sobrevivieron unas cuantas copias de la cinta original y actualmente se encuentra disponible en YouTube.
No es que esté inspirado en Marqués de Sade o que tenga referencias directas alguna de sus obras. Más bien es una paralelismo que tiene con el arquetipo de la niña indefensa que está envuelta en un destino perverso. Esta figura aparece en “Juliette o las prosperidades del vicio”.
Al igual que una de las protagonistas: Justine, Midori queda huérfana a los 12 años de edad. Al no saber qué hacer recurre al apoyo de un hombre desconocido que acaba de conocer. Él la engaña al mostrarse como una persona bondadosa y la persuade para que lo siga. Cuando llega a su residencia descubre que es un circo con extraños personajes que abusan sexualmente de ella.
Midori es torturada y maltratada física, sexual y psicológicamente. Es violada en cientos de ocasiones bajo métodos masoquista, los cuales poco a poco terminan por fragmentar su fe a la vida.
“Fue el infierno. Quería suicidarme. Ahora no iré a la escuela. Como siempre nos estamos moviendo de lugar a lugar no tengo amigos. Las personas creen que soy una ‘niña del circo’ y me intimidan. Pensado en mi futuro me mantengo despierta en la noche. ¿Qué será de mí?”.
Este anime fue creado por Hiroshi Horada quien se tardó 5 años en realizar la obra él solo, ya que ninguna productora quería apoyarlo o deseaba censurar las escenas más intensas de la película. Hiroshi dibujó un total de 5 mil planos a mano, por lo que en ocasiones las escenas carecen de movimiento.
Midori, al igual que las obras del Marqués de Sade, muestran una realidad despiadada y seres humanos sin escrúpulos. La obra raya en la exageración trágica y parece como si la niña estuviera destinada a ser la persona más desdichada del mundo. Es como si la realidad estuviera apoderada por el mal y las almas inocentes están condenadas a sufrir.
Debido a la censura, las psicodélicas animaciones y la extrema agresividad, “Midori” se convirtió en una cinta de culto no apta para todo el público. Ha sido calificada como terroríficamente incomprensible, aunque quizá retrata una verdad que la sociedad no quiere aceptar. Porque si alguien pudo imaginar cada vejación es porque lo experimento de cerca en el mundo real.
Observa “Midori: la chica de las camelias” a continuación y recuerda a los grandes maestros de la perversión como Marqués de Sade o Guillaume de Apollinaire.