El bótox en la vagina no sirve para que se vea más joven sino para aliviar graves problemas que no cuentan con una solución definitiva.
Lara es una chica que nunca ha podido tener sexo vaginal por los terribles dolores que padece. Ella, como muchas otras, padece vaginismo, vulvodinia y endometriosis.
Cada una de estas condiciones, especialmente el vaginismo, le provoca dolorosas contracciones en los músculos de la vagina cada que tiene contacto físico o siente presión.
Por mucho tiempo Lara acudió a terapia física y siguió un tratamiento de dilatación. Sin embargo, éstos no le ayudaban tanto como ella quería.
Un día se enteró de que existía un tratamiento con bótox para aliviar sus dolencias y decidió probarlo. El proceso consiste en inyectar la sustancia en las paredes de la vagina y así evitar que los músculos se contraigan.
No es fácil encontrar un lugar en donde lo apliquen porque aún no está aprobado como medicamento para problemas vaginales. Afortunadamente, en el Roxbury Institute sí se realizan las inyecciones.
Con un solo procedimiento el 80% del dolor disminuyó. La desventaja es que ahora no puede tener orgasmos porque sus músculos están dormidos.
Lara es sólo uno de los miles de casos de mujeres que tienen vaginismo. Hace falta investigación y la creación de nuevos tratamientos enfocados a la salud de las mujeres. No podemos seguir viviendo con dolor.