A eso de las 12 horas, un grupo de más de 100 personas –chilenas y argentinas- se reunieron en el emblemático monumento conocido como el Obelisco, de Buenos Aires, Argentina, con el objetivo de adherir su apoyo al paro nacional de este 30 de junio. El grupo marchó, entre pancartas y cánticos, hasta el Consulado de Chile en el país trasandino, ubicado en pleno centro de la capital.
Con maletas, mochilas y pancartas alusivas al “autoexilio” que muchos compatriotas realizan para poder acceder a una educación gratuita y de calidad – específicamente hacia Argentina donde la mayor parte de las universidades no son pagadas y el ingreso a ellas es libre, incluso para inmigrantes- el grupo marchó, escoltados por la policía bonaerense, por Avenida Corrientes a la vista de todos los porteños que a esas horas transitaban por uno de los lugares más concurridos de la capital federal.
Ni la ola polar que actualmente pasa por la ciudad detuvo la convocatoria realizada por el Movimiento Estudiantil de Chilenos en Argentina, grupo autónomo que surgió mediante Facebook y que cuenta con más de 200 participantes activos. En ese sentido, Líbera DiFiore, vocera de la agrupación, contó que los chilenos en Buenos Aires están organizados, mantienen contacto con la Confech y que seguirán apoyando la lucha por una educación gratuita y laica desde donde se encuentran.
La movilización fue también apoyada por la Federación de Estudiantes de la Universidad de Buenos Aires (Fuba). Joaquín Montico, universitario argentino miembro de la FUBA, dijo que ve el movimiento chileno con “fe, porque es histórico y nace de los más pequeños, los pingüinitos que se han organizado desde hace años”.
Asimismo, recordó que la gratuidad de la educación argentina fue conseguida con una “base de la lucha”, por lo que resaltó la importancia de mantener las revueltas. Por otro lado, recalcó que queda mucho por hacer en su país, ya que posgrados, fotocopias y locomoción, entre otras cosas, son pagadas, y por ende, excluyentes.
La marcha finalizó con la entrega de una carta dirigida hacia la cónsul general de Chile en Argentina, Pía Busta, donde se explicaron las demandas de los estudiantes y también se agradeció al país trasandino por acoger a chilenos en un ámbito tan fundamental como la educación.
Por Mijaíla Brkovic
El Ciudadano