Algunas pueden llegar a sentir placer estando en el gimnasio, realizando determinadas prácticas, sin que nadie a su alrededor se dé cuenta. ¿Cómo se consigue?
Existen mujeres que pueden llegar al orgasmo mientras hacen ejercicio. Es decir, pueden estar en el gimnasio, tan tranquilas, alcanzando el clímax sin que nadie a su alrededor se dé cuenta.
Al hacer deporte se liberan endorfinas y dopamina, ambos necesarios para llegar al orgasmo, y eso, unido a la tensión en el abdomen y en las extremidades inferiores, puede llegar a estimular el clítoris hasta el punto de sentir placer.
A esta conclusión llegó un estudio de la Universidad de Indiana, que dio nombre a este fenómeno, coregasm, y explicó que se trata de un fenómeno que le ocurre en exclusiva a las mujeres.
La encargada de dicho análisis, la doctora Dennis Forenberry, y Debby Herbenick, codirectora del Centro para la Promoción de la Salud Sexual en la Universidad de Indiana, estudiaron a 370 mujeres, de entre 18 y 63 años, que reportaron orgasmos inducidos por el ejercicio. ¿Con qué tipo de actividades llegaban a alcanzar el coregasmo? Un 51% de las encuestadas aseguró que haciendo abdominales; un 27%, levantando pesas; un 20%, practicando yoga; un 16% en sesiones de bicicleta; un 13% corriendo y un 10%, sólo caminando.
¿Cómo alcanzar un coregasm?
Por lo general sucede en mujeres que tienen los músculos pélvicos fuertes. Cuando hacen ciertos ejercicios que se centran en el fortalecimiento del abdomen, cudríceps y muslos interiores, terminan estimulando el clítoris. Algunas de estas prácticas son:
– Ejercicios de Kegel: Consisten en contraer voluntariamente los músculos que retienen la vejiga y el recto, sosteniendo la contracción por cinco segundos, mientras se está semisentado o recostado en el piso. No deben contraerse los glúteos, el abdomen o los muslos. Se repiten en diez series de diez contracciones, con descanso de un minuto entre las series. También se puede practicar durante la micción, interrumpiendo el chorro de orina varias veces.
– Coordinación lumbo-pélvica sentada: Sentada sobre el balón con la espalda recta, se contrae uno de los glúteos y con el cóxis se dibuja un círculo imaginario. Se realizan diez círculos en un sentido, diez en el otro y se repiten con el otro glúteo, tres veces.
– Coordinación lumbo-pélvica acostada: acostada boca arriba en una colchoneta, se doblan las rodillas 90 grados con los pies apoyados al suelo y separados al ancho de los hombros. Se levanta la cadera contrayendo el abdomen, glúteos y el piso pélvico repitiendo 10 levantamientos. Tres series con descanso en la colchoneta entre ellas.
– Combinados: Se pueden hacer los ejercicios de Kegel sentado en el balón suizo y agregarle contracciones de abdomen y glúteos. Al hacerlo, arquear el tronco y proyectar la pelvis hacia delante.