El sábado 29 es una fecha clave para la fisonomía que adoptará la contienda presidencial. Será el día de la Junta Nacional de la Democracia Cristiana, partido que debe dirimir dos cuestiones fundamentales: si su presidenta, la senadora Carolina Goic, será candidata presidencial para enfrentar las primarias de la Nueva Mayoría, o lo será en una primera vuelta de la elección. También decidirán si ir en una lista parlamentaria propia, o en una dentro de la Nueva Mayoría.
La decisión aterriza en agitadas aguas. El Partido Socialista decidió hace dos semanas que su candidato sería Alejandro Guillier, en desmedro del ex Presidente Ricardo Lagos y bajo la explícito riesgo de que, con ello, la DC no participase de las primarias y se desatara un dominó que terminara quebrando a la Nueva Mayoría.
Lo concreto es que, tras la decisión del PS, el PPD renunció a su aspiración presidencial como consecuencia de la decisión del propio Lagos de bajar su candidatura. El PC, por su parte, se mantiene en vigilia sin tomar una decisión, esperando un pronunciamiento de la Falange. Podría tener un candidato propio, para favorecer la realización de primarias, o adherir a la candidatura PS-PR de Guillier.
Partidos Políticos
En el marco del proceso de refichaje impulsado como parte de las medidas tomadas para estimular la transparencia y probidad de los partidos políticos, la DC no tuvo problemas. A diferencia de otros, como el PPD, que inicialmente parecían tener altas dificultades para lograr la meta, la Falange desde temprano estuvo tranquila, junto al PS.
Sin embargo, habiéndose cerrado el proceso, redondeando es el Partido Comunista el que quedó en la primera posición, con un poco más de 52 mil 300 inscritos, como el partido más grande. Le sigue la UDI (41 mil), el PS (37 mil 600), RN (31 mil 200), el PRSD (30 mil 780), el PPD (30 mil 700) y, en último lugar, la DC con 29 mil 799.
Se cuentan alrededor de 450 mil inscritos, aunque no todos los partidos lograron reinscribirse. Entre ellos, Ciudadanos, de Andrés Velasco, quedó fuera por incumplimiento del estándar mínimo.
Además, la candidatura presidencial de la senadora cuenta hoy con no más de un 2% de apoyo en encuestas como Cadem.
Interna democratacristiana
El debate al interior de la DC está crispado. La decisión de Carolina Goic de adelantar dos semanas su posicionamiento a favor de la primera vuelta, luego de haber postergado la misma definición en la anterior Junta DC realizada del 11 de marzo, fue leído como una maniobra que resta soberanía al 29 de abril.
Esta apuesta condiciona que, en caso de perder la postura, Goic no solo tendría que bajar la aspiración presidencial, sino también perdería conducción en la DC.
Goic se habría decidido por esta apuesta a partir de los últimos posicionamientos de Guillier, quien ha enviado señales que oscilan entre la moderación y la “crítica destemplada”, como valoró la senadora los cuestionamientos que el precandidato pronunció contra empresarios y transnacionales.
Las posiciones no están totalmente resueltas entre los votantes y -si bien los pronósticos son más favorables para quienes prefieren la primera vuelta a las primarias-, todavía no se contabiliza una mayoría absoluta. Se estima que el modo en el cual se realice la votación podría favorecer a una u otra opción, tal como fue en el Partido Socialista. De este modo, quienes optan por la realización de primarias dentro de la Nueva Mayoría, promueven el voto en urnas. Entre ellos se cuentan el vicepresidente DC, Nolberto Díaz, quien a su vez es secretario general de la CUT en la mesa presidida por Bárbara Figueroa; y el diputado chascón Víctor Torres. Entre quienes se inclinan por la primera vuelta y promueven el voto público están, por ejemplo, Soledad Alvear, la propia Goic y Gutemberg Martínez, junto a otros “príncipes” como Matías Walker y Sergio Espejo.
Desde la Nueva Mayoría se han ejercido presiones para que la DC participe de las primarias. La principal amenaza ha sido explicitada sobre todo desde el PS, donde advierten: sin primarias no habrá pacto parlamentario. De hecho, esta semana se reunieron con uno de los vicepresidentes falangista, Matías Walker, para viabilizar esta idea, a lo que el príncipe respondió: “mientras más nos arrincones, más vas a alentar la identidad DC de ir a noviembre”.
Escenarios posibles
Los escenarios que se avizoran para la DC dan cuenta de que las cartas están lejos de estar echadas y el margen para la especulación es, todavía, enorme.
En primer lugar, la decisión que tome la DC este fin de semana, siempre y cuando no sea ir a primaria, puede ser con elástico y utilizarse para favorecer una negociación parlamentaria.
Luego, la administración de la decisión sobre ir en lista única o separados para las parlamentarias, tiene un lado político y otro técnico. La segunda dimensión restringe las posibilidades, producto de la ley electoral que reemplazó el sistema binominal. Allí, como destaca el analista Carlos Correa, “la principal dificultad será la obligación que coloca la ley respecto a llevar un 40% de mujeres como candidatas”.
Por tales motivos, es posible que el PDC apueste por una negociación a dos bandas. La presidencial por un lado, y del otro lado la parlamentaria. En términos técnicos, lo más probable sería una alianza con el PPD para las parlamentarias, porque coincidiría mejor la relación de hombres y mujeres en términos de cuotas de género, cuestión que no sucedería en otras formaciones. De este modo, la dimensión política de la presidencial quedaría blindada por esta alianza.
En caso de ir en lista separada, los pronósticos auguran una “debacle”, al menos así lo indicó Mauricio Morales, experto electoral DC, quien estima un retroceso de 10 a 12 diputados, perdiendo su condición de la bancada más grande del Congreso.
Sin embargo, toda estimación tiene un alto componente de incertidumbre, no solo por las dificultades de proyectar cuánta gente votará en estas elecciones, sino también por los cambios en el distritaje y las condiciones de conformación de listas que vienen asociadas al nuevo sistema electoral.