Durante este domingo 3, cerca de 7.000 presos palestinos iniciaron una huelga de hambre para protestar por los planes de recrudecimiento de sus condiciones penitenciarias, dados a conocer la semana pasada por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Según un comunicado del director general del Ministerio palestino para Asuntos de los Presos, Ziad Abu Ein, la huelga de hambre es una «medida de protesta y un mensaje de advertencia por las medidas racistas que Israel está tomando contra los presos palestinos y árabes», cita Telesur.
El portavoz del servicio de prisiones israelí, Sivan Weizman, aseguró cínicamente que las autoridades israelíes no consideran que se trate de una huelga de hambre ya que en su criterio un ayuno extremo se produce luego de rechazar «seis comidas en un plazo de 48 horas». Asimismo, amenazó a los reclusos que se mantengan negados a comer, con prohibirles las visitas y con dejarles salir al patio solo una hora diaria.
Mientras, desde Gaza, dirigentes palestinos lamentaron que las autoridades griegas impidieran el sábado, por segundo día consecutivo, que zarparan los barcos de la flotilla internacional con ayuda humanitaria a esa región.
El negociador de la Autoridad Palestina, Saeb Erakat criticó la posición del Cuarteto Internacional para Oriente Medio, integrado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea (UE) y la Organización de Naciones Unidas (ONU), que el sábado pidió a los gobiernos concernidos a emplear su influencia para evitar la partida de cualquier nueva flotilla.
«Proponemos al Cuarteto que se concentre en la raíz del conflicto, o sea la ocupación israelí, en lugar de buscar la manera de lidiar con sus síntomas destructores», afirmó Erakat.
Agencias / OICP