El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), José María Arancedo, luego de hacer un llamado para la «reconciliación» entre víctimas y victimarios del Terrorismo de Estado, se escudó en el papa Francisco para destacar la “actitud de la Iglesia de promover una cultura del encuentro y fortalecer lazos de amistad social” y justificar así el nuevo intento de la máxima autoridad de la Iglesia Católica para acercar ambas posiciones.
Arancedo afirmó que escucharán “testimonios de familiares de personas que sufrieron las consecuencias de este período marcado por la violencia en distintos ámbitos de la sociedad”. Así lo informó el Episcopado en un comunicado en el que evitó referirse a familiares de desaparecidos durante la última dictadura cívico militar y a agrupaciones que bregan por la “memoria completa”, integradas mayoritariamente familiares y amigos de represores condenados y procesados por delitos de lesa humanidad.
Tal como señala el diario argentino Página 12, la iniciativa fue rechazada de plano por los organismos de derechos humanos. “¿Ahora vienen a pedir reconciliación? Deberían decirles a los militares genocidas que vayan a los tribunales a declarar toda la verdad sobre nuestros hijos”, advirtió Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo de la línea fundadora.
Por su parte, Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, opinó en la misma línea: “No tenemos que reconciliarnos con nadie; yo no agravié a nadie; fui agraviada con el asesinato de mi hija y el robo de mi nieto”, remarcó. Cabe recordar que Abuelas aún busca a más de 300 bebés apropiados durante el terrorismo de Estado en Argentina.
“No hay diálogo posible con quienes secuestraron, torturaron y desaparecieron a nuestros hijos e hijas; con quienes niegan información sobre su destino final; con quienes saben dónde están los más de 300 nietos y nietas que aún son esclavos de la mentira y, a 40 años de su apropiación, continúan viviendo bajo una identidad falsa”, respondieron en un comunicado institucional desde Abuelas de Plaza de Mayo.
Graciela Lois, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, reforzó el argumento: “Es ridículo el planteo de un diálogo en términos de igualdad de condiciones entre partes que claramente no las tienen. Nuestros desaparecidos fueron víctimas del terrorismo de Estado, de un Estado que estaba en manos de esta gente con la que la Iglesia nos invita a reconciliarnos”.
La intención de la Iglesia no es inocente y viene en consonancia con la política llevada a cabo por el gobierno de Mauricio Macri, donde distintos funcionarios y allegados realizaron polémicas declaraciones al respecto. Además, el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, se reunió con familiares de víctimas del «terrorismo», algo que fue tomado como una provocación por los históricos organismos de derechos humanos.
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