Javiera Suárez y su batalla contra el cáncer: acudió a monjes brasileños para sanarlo

La periodista y animadora Javiera Suárez vive con el diagnóstico de cáncer desde las 7 semanas de embarazo. Sin duda no ha sido fácil, pero ella lo ha compartido y llevado con fuerza día a día. Hace unos meses su hijo Pedro ya nació, con lo que se intensificó el tratamiento que no podía efectuar al 100% durante gestación. Y cada día busca nuevas alternativas.

https://www.instagram.com/p/BTfhyUWhCT4/

Su tratamiento ha ido funcionando, lo que potencia con una buena actitud, deporte y alimentación sana. Su voluntad parece inquebrantable, pero sigue siempre atenta a otras maneras de hallar el bienestar – se encomienda y reza permanentemente a la Virgen de los Milagros. Y en esta ocasión, acudió a los conocidos «Monjes Brasileños».

https://www.instagram.com/p/BTZCnC1BFBC/

«Yo le había escuchado hablar a Salfate de ellos en mi época del Así Somos. Se decía que a la distancia tenían el poder de sanarte de cualquier enfermedad. Así que sin pensarlo dos veces, me metí al link y seguí las instrucciones. Fue lo primero “alternativo” que hice», contó a través de su sitio web, Liveat. 

«Le dije a mi papá que me llevara al correo que está en los Cobres de Vitacura. Ahí mismo pedí una hoja y escribí a mano mi nombre, edad, diagnóstico, domicilio y mini resumen de mi situación –poniéndole énfasis a mis 7 semanas de embarazo, para asegurarme que no hubiese alguna contraindicación».

https://www.instagram.com/p/BRTXkuwBpt-/

Así, se puso en contacto con el Centro Espirita Tupyara. Dos meses después le llegaron las instrucciones para su cirugía a distancia, con un detallado paso a paso a seguir. Además de la fecha y hora.

«Luego de haber rezado y tomar el agua del vaso, a las 23:00 horas figuraba acostada sobre mi cama tapada con una sábana blanca. La verdad es que no sentí nada e incluso me quedé dormida durante la media hora que esperé, hasta que mi marido me despertó a las 23:30. Lo curioso es lo que soñé esa noche. En el baño público, yo misma me hacía una especie de incisión cuadrada sobre el estómago y me sacaba la piel de encima para cambiarla por otra».

https://www.instagram.com/p/BS4mRmBB-b1/

Luego, relata, venían tres lunes siguientes que debía realizar un proceso a la misma hora para su «curación». Dice que en todos menos en el último, sintió algo diferente. Pero en la última sesión, tuvo fiebre y bastante malestar. De hecho, fue porque le dio una hepatitis colestácica.

«Teniendo en cuenta que además yo tenía un melanoma en este órgano, se produjo la inflamación. Digo “tenía”, porque en septiembre me hicieron una resonancia y resultó que ¡¡el melanoma había desaparecido del hígado!! Nunca sabré si fue por los monjes o las cientos de cosas que hice entre medio, pero lo importante es que ya no estaba».