El viaje de Pasaje Universo: una relectura de lo ancestral

Una música hecha de apropiaciones de ritmos, danzas ceremoniales, instrumentos andinos y momentos de improvisación. Añada un hapi drums, una flauta andina y un kaossilator de Korg. Es el trabajo desde 2008 del duo conformado por Gustavo Filograsso y Pablo Rozas. Argentinos de nacimiento están radicados en Vale do Capão, al interior de Salvador de Bahía, en donde comparten espacio y escuela con músicos locales y viajeros.

Hacen Groove ElectroOrgánico, una mixtura de elementos de la música electrónica con la música «acústica» u orgánica. Se apropian y disponen de elementos de ambas tradiciones y las disponen dentro del groove, sustento rítmico de sus composiciones. Sobre esa base ejecutan instrumentos en vivo, como una flauta andina, un didgeridoo o arpas de boca, cuya escases tonal los convierte en sintetizadores orgánicos.

¿Cómo definirían la música que hacen?

– Es una relectura e integración de varios elementos: cantos ancestrales andinos, música de medicina, ceremonial, música tradicional de diferentes partes del mundo y composiciones propias que normalmente surgen en momentos de improvisación. Nos apropiamos de esos elementos y los disponemos dentro del groove (sustento rítmico) de la música electrónica, que a su vez es reinterpretada ya que nuestra ejecución es con instrumentos musicales, en vivo.

Coquetean también con la electrónica…

– Hacemos uso de herramientas electrónicas como loop stations y pequeños sintetizadores, pero nuestra performance es mucho más cercana a una banda tocando en vivo que a un DJ «pinchando».

¿Como definen el estilo que llaman Groove ElectroOrgánico?

– Hoy en día esta existe un amplio espectro de proyectos que mixturan elementos de la música electrónica con la música «acústica» u orgánica. La variante más elemental es quizás la de los DJs que en algún momento de su set incluyen algún instrumento ejecutado en vivo. El ejemplo inverso son las bandas que integran DJs disparando audios y samplers como parte de su formación. Pedra Branca (de Brasil) es un ejemplo de calidad.

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¿Y cómo lo integran?

– Más allá de qué herramientas-instrumentos utiliza cada projecto, la idea de lo ElectroOrgánico, más profundamente habla de la convivencia entre dos discursos musicales diferentes: la construcción armónico-melódica, el desarrollo instrumental, formal y compositivo de la música «tradicional»; y el énfasis en el aspecto rítmico y el desarrollo de las variantes tímbrico-sonoras de la música electrónica.

Así, existen bandas que ejecutando exclusivamente instrumentos acústicos, remiten a la sonoridad electrónica. Podríamos llamar a esta variante como «Trance Orgánico» Un gran ejemplo es Highlight Tribe.

También recurren al uso de instrumentos tradicionales.

– En este punto, es importante resaltar el rol que tienen instrumentos no tradicionales o «étnicos» como el didgeridoo, las arpas de boca, el berimbau, y tantos otros, que al estar infinitamente limitados en lo melódico/armónico (son instrumentos con los que sólo se puede ejecutar una, dos o tres notas) ponen el eje en su aspecto tímbrico, convirtiéndose en verdaderos sintetizadores orgánicos.

Por otro lado, la popularización del uso de los loop stations acercó a muchos instrumentistas a un tipo de musicalidad más emparentado con el discurso electrónico en cuanto a lo formal.

El Groove ElectroOrgánico echa mano libremente a todas esas posibilidades. Es el groove electrónico sustentando música orgánica, es decir, música con raíz, ancestral, tradicional en el mejor sentido de la palabra; y al mismo tiempo, de la mano de la improvisación, música irrepetible, como todo ser vivo.

De hecho utilizan la zampoña y quena en sus composiciones ¿qué les gusta de sus sonidos?

– Son instrumentos orgánicos por excelencia, hechos de caña. Aportan una fuerte conexión a tierra dentro de nuestro set. Su sonido es representativo de la cultura andina, que es una de las raíces que más fuerza tiene en la música que hacemos.

¿Por qué es importante en sus presentaciones la improvisación?

– Cuando tocamos en vivo, no se trata de mostrar lo que hacemos, sino de compartir un momento único entre todos los presentes. Es fundamental para nosotros sentir la energía específica que la audiencia esta transmitiendo y responder a ella. Este feedback es permanente y se convierte en un circular energético que define lo que sucede en nuestras presentaciones. La improvisación es nuestro modo de participar en este juego de respuestas mutuas. Este intercambio no sería posible si en cada show tocáramos siempre lo mismo, no estaríamos respondiendo a la energía presente sino a una idea preconcebida sobre lo que tiene que suceder arriba del escenario. Gracias a la improvisación logramos estar presentes, juntos, y el show comienza a parecerse mucho más a una experiencia ceremonial.

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REFUGIADOS EN BAHÍA

¿Qué están rescatando de Bahía para su proceso creativo estos días?

– Nos instalamos en el Vale do Capão, que es un pequeño pueblo del interior de Bahia, principalmente por su poderoso flujo musical. Es un punto de encuentro de artistas de todo el mundo y está inmerso además en la inmensa cultura musical del nordeste brasileño. Todo eso lo convierte en un lugar donde nutrirse muy profundamente. Es un lugar para aprender, y prepararse para seguir en el ruedo. Tiene además una naturaleza muy hermosa, y muy presente, lo que también nos motiva para seguir quedándonos acá. Y geográficamente está a mitad de camino entre nuestro Buenos Aires natal y Europa, donde solemos ir a tocar durante las temporadas de verano, lo que lo convierte en un punto estratégico, cercano además a muchísimos festivales de música electrónica que suceden a lo largo del año en todo Brasil, lo que nos da buenas posibilidades para tocar permanentemente.

El Vale de Capão también es un punto espiritual muy fuerte, donde convergen terapeutas alternativos de todo el mundo y de muy diversas disciplinas, y donde existe la posibilidad de vivenciar ceremonias de todo tipo. La música como medicina es aquí una realidad cotidiana. Cada día aquí estamos viviendo y aprendiendo lo que luego vamos a llevar como mensaje al resto del mundo.

¿Qué están escuchando hoy?

– En el Vale, además de nuestros proyectos musicales, tenemos un estudio de grabación llamado Estudio Vivo y un club cultural, el «Clube das Artes». En ambos espacios trabajamos con muchísimos músicos que están de paso y muchos otros que viven aquí como nosotros. Al ser nuestra actividad permanente, sucede que lo que escuchamos en nuestro cotidiano, es lo que se desarrolla en ambos espacios. Y es muy interesante nutrirse de estos músicos, generalmente viajeros, que están por fuera de la gran media. Paralelamente, nos llama mucho la atención cada vez que descubrimos proyectos que se asemejan a Pasaje Universo. Uno de los que más escuchamos es Matanza, de Chile, pero hay otros como Rumbo Tumba, Tremor, Chapelier Fou. Aquí en Capão encontramos también a los hermanos de EcoProject Music, con los que ya tenemos planes en común.

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Al momento de describir su música ponen énfasis en las tradiciones ancestrales ¿por qué?

– Creemos en la música como un elemento de fuerza, de energía. Uno de los más poderosos quizás. Sentimos la música mucho más allá de su aspecto estético. Música es para nosotros toda vibración capaz de armonizarnos, de sanar. Toda expresión del espíritu, que llega al corazón porque nace del corazón. Nuestra práctica musical no busca expresar nuestras andanzas cotidianas, nuestras experiencias personales. Buscamos canalizar un mensaje que viene desde mucho antes de nuestra propia existencia, y que trasciende hacia mucho más allá de nuestro propio conocimiento. En esa búsqueda, encontramos grandes maestros en las culturas que occidente decidió olvidar a sangre y fuego. La música de la cultura andina, los cantos ícaros del Perú, los cantos con caja del noroeste argentino, los cantos orixás, toda música chamánica, están en esa misma sintonía.

Hay algo de sagrado en curso…

– En ese camino, la música se torna algo sagrado para nosotros, digno de toda nuestra entrega. Somos esclavos de la música. Al momento de tocar, para nosotros no se trata simplemente de dar un «concierto» sino de manifestar esa fuerza sanadora y sagrada, de entregarnos, y de intentar la entrega de todos los presentes. La situación se torna ceremonial por sí sola.

No puedo dejar de preguntarles, sobre cómo ven la situación política y social actual en Brasil?

– No tenemos mucho acceso a la situación política actual. En el pueblo donde vivimos no llega ningún periódico, y el acceso a internet es todavía bastante limitado. Obviamente las grandes noticias llegan, pero no podríamos opinar fundadamente sobre la coyuntura política.

Aún así, nuestra sensibilidad política sigue intacta. Uno de nosotros participó intensamente en política varios años en Buenos Aires, en la militancia de izquierda y antirrepresiva. Ahora, en lo personal, es tiempo de entender el universo político de nuevo. Repensar el mundo, más allá de la coyuntura, desde una perspectiva superadora. No somos de los que creen que el mundo esta bien como está, que todo es como tiene que ser y entonces no existe la injusticia. No, este mundo tiene que cambiar, y puede. El cambio personal es una parte, y sólo tiene sentido si apuntamos a la creación de un mundo nuevo. Con una conciencia y una realidad nuevas.

Desde nuestra experiencia personal, el camino que se nos presenta para eso, es el de la integración de la espiritualidad ancestral y la militancia política de izquierda. Generalmente, son mundos que se excluyen, se repelen. Desde lo teórico hasta lo personal. Pero creemos que ambos tienen todo para aportar al otro. Espiritualizar las prácticas políticas, politizar las prácticas espirituales. Construir el mundo de la nueva era.

Mauricio Becerra Rebolledo

@kalidoscop

El Ciudadano

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