Demostrando su capacidad de escuchar a las voces disidentes, la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) ha canalizado en las últimas semanas la reestructuración de la Mesa Ejecutiva y la inclusión de la Federación Mapuche de Estudiantes e instituciones privadas a su organismo.
Apenas tres semanas después de que El Ciudadano publicara un artículo que otorgó una mirada crítica a los conflictos de representatividad al interior de la Confech, los problemas parecen estar en el camino de la solución. Esto, tras la discusión de algunas de las propuestas emanadas por sectores que se sentían excluidos del organismo histórico de representación estudiantil.
Evidenciando una actitud diferente a la que suelen reproducir quienes participan de la política tradicional, los miembros de la Confech han debatido en sus últimas dos reuniones acerca de las soluciones que pueden ser otorgadas a los sectores que han exigido más espacio dentro de la toma de decisiones del organismo.
Los avances son claros: En la pasada reunión del 25 de junio fue discutida la posible integración de la Federación Mapuche de Estudiantes (Femae) a la Confech –que fue apoyada con 18 votos a favor, 5 en contra y 1 abstención. Por otra parte, se propuso reestructurar la Mesa Ejecutiva del organismo –entonces compuesta por 5 miembros de regiones y otros 5 de la Región Metropolitana-. La moción fue apoyada por una mayoría de 22 votos a favor, 4 en contra y 7 abstenciones.
EL TRIUNFO DE LA FEMAE
“Esta es una señal positiva, un cambio generacional respecto a la integración de los pueblos indígenas a los espacios de decisiones”, asegura Pablo Millalén, werkén de la Femae, respecto a los resultados de la votación.
La integración de la Federación Mapuche de Estudiantes fue un motivo de conflicto dentro de la Confech, en especial cuando algunos de sus miembros acusaron a las Juventudes Comunistas –con Juan Urra, encargado nacional universitario a la cabeza- de haberlos discriminado y de estar obstaculizando su petición. Finalmente, los jóvenes se reunieron con Guillermo Teiller, presidente del Partido Comunista, quien les ofreció sus disculpas y propuso zanjar la disputa.
La demanda de la Femae fue discutida por cada federación en conjunto con sus bases. Posteriormente, los votos de las universidades fueron expuestos en la reunión de la Confech, confirmando el apoyo a la petición de los estudiantes indígenas. Éstos exigen, entre otras cosas, la inclusión del idioma mapudungún en las universidades con mayor densidad de alumnos mapuche, la enseñanza de la historia de su pueblo y la creación de universidades interculturales.
“Es un avance importante de las nuevas generaciones que entiendan este proceso y que avancemos juntos en los espacios que nos competen a todos como ciudadanos”, reflexiona Millalén.
El joven werkén asegura que “ha sido una experiencia enriquecedora el participar en condiciones de igualdad con las otras personas y que nuestras demandas puedan ser ingresadas en el petitorio nacional. Eso es un avance importante para nosotros”.
Su perspectiva es apoyada por Eduardo Salazar, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Tecnológica Metropolitana (Utem). “A mí me parece fundamental que hoy en día las demandas de un pueblo históricamente discriminado y privado de canales de comunicación directos esté siendo parte de la Confech”.
Según Salazar, el pueblo mapuche tiene mucho que aportar al movimiento estudiantil. “No teníamos ideas de sus demandas y si no se hubieran integrado no hubiésemos sabido nunca”, afirma.
Dicha perspectiva es apoyada por Laura Palma, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de La Serena: “Yo creo que es un paso importante, ellos se vieron obligados dentro de su historia a verse sometidos a un sistema que no avalaban. Dentro de su cultura y cosmovisión han aportado bastante al debate”.
Actualmente, algunas de las demandas de la Femae se encuentran en el petitorio nacional que guía las peticiones del movimiento estudiantil.
LA REESTRUCTURACIÓN DE LA MESA: UN PASO MÁS ALLÁ DEL CENTRALISMO
Sumada a la petición de los estudiantes mapuche, uno de los problemas que había entorpecido la representación de la Confech como organismo nacional era su dificultad de establecer un diálogo a semejanza de las necesidades de las diversas regiones del país.
En vista de ello, una de las mociones en la reunión del pasado 25 de junio aprobó la necesidad de reestructurar la Mesa Ejecutiva del organismo –encargada de adoptar y masificar los mandatos democráticamente decididos a través de documentos y reuniones- para lograr una efectiva representación de sus actores. Así, tras una nueva votación, se concluyó que la nueva mesa estaría compuesta por dos dirigentes de cada zona del país, organizados en zonal Quinta, Norte, Sur y Región Metropolitana.
Los resultados de esta medida ya son conocidos. En la zona norte, por ejemplo, la Federación de Estudiantes de la Universidad de La Serena y la Universidad Arturo Prat (Iquique) ya fueron elegidas.
“Estamos bastante contentos de que se haya reestructurado la Mesa Ejecutiva, porque vamos a representar y expresar el sentimiento de los regiones. En la mesa ejecutiva anterior había muchas personas de Santiago y nosotros necesitábamos que la representación fuera más equitativa”, señaló Laura Palma, en representación de la Universidad de La Serena.
Por otra parte, por la Quinta Región, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Valparaíso –con Sebastián Farfán a la cabeza- asume en compañía de Nataly Espinoza, presidenta de la federación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
En la Región Metropolitana, la federación liderada por Camila Vallejo ya fue apuntada como miembro de la nueva Mesa Ejecutiva. Sin embargo, la Pontificia Universidad Católica de Chile disputó su puesto con la Universidad Tecnológica Metropolitana, resolviéndose más tarde que Giorgio Jackson asumiera la labor ejecutiva en compañía de Vallejo.
Por último, en el sur del país, ya fueron seleccionados como representantes las federaciones correspondientes a la Universidad de Los Lagos (Puerto Montt) y Universidad del Bío Bío.
Si bien la decisión es motivo de alegría para muchos, otros se muestran escépticos ante los beneficios que este cambio podría generar. “No creo que esto solucione los problemas de representatividad de las regiones, los medios de comunicación nacionales están en Santiago, entonces obviamente los dirigentes de la Región Metropolitana van a tener mayor posibilidad de salir en los medios. Además, también tienen más posibilidades de participar en las reuniones que se llevan a cabo en Santiago”, aseguró Camilo Ballesteros, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago.
Por otra parte, Nataly Espinoza, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso le bajó el perfil a la importancia de la Mesa Ejecutiva, pues asegura que “hay un mal entendimiento en cuanto a las facultades que ésta tiene, no es una mesa negociadora. La representación de los estudiantes tiene que estar dada por cada una de sus demandas”.
Sumado a la medida, en la última reunión de la Confech, el organismo decidió aceptar el ingreso de universidades privadas, lo que abre un gran espacio para los estudiantes de dichas instituciones. Las condiciones y requisitos que deberán cumplir las respectivas casas de estudio serán revisados en la próxima sesión.
LO QUE FALTA: PRÓXIMAS ESTRATEGIAS
Aunque los avances decididos por la mayoría no pueden dejar satisfechos a todos, los aportes de las últimas semanas van en búsqueda de unificar al movimiento y evitar el aprovechamiento de las diferencias internas como una posible crisis esgrimida por el Gobierno y los medios de comunicación.
“Es la estrategia que se utiliza para debilitar el movimiento, sin embargo hoy los estudiantes estamos más unidos que siempre, incluso estamos trabajando con los estudiantes de las universidades privadas”, asegura Espinoza. “Ellos quieren mostrar que no tenemos demandas comunes, cuando sí las tenemos”.
Por lo mismo, según Ballesteros, es necesario generar una instancia donde todos los puntos que tienen que ver con la estructura y prácticas del Confech sean reflexionados. “Lo principal es que el Confech pueda tener una instancia donde se evalúe su formación, como el hecho de que haya algunas federaciones de estudiantes que tengan 800 personas y representen un voto, mientras hay otras de 20 mil estudiantes que también representan un solo voto”.
Su opinión es apoyada por Eduardo Salazar, quien manifiesta que “es urgente que podamos organizar un congreso Confech de carácter resolutivo, en donde fijemos su estructura y organización”.
Hasta el momento, el organismo aún debe sentarse a reflexionar sobre el rol de los estudiantes de universidades privadas y el vínculo con los secundarios, entre otros asuntos pendientes. Sin embargo, la voluntad política de las nuevas generaciones ya parece haberle adelantado un paso al Gobierno: Crisis interna, por ahora, no.
Por Vanessa Vargas Rojas
Fotografías: Mauricio Díaz Buccioni
El Ciudadano