Ya serán dos meses que la oposición al gobierno de Nicolás Maduro ha salido a las calles a pedir la salida del presidente venezolano, protestas que han venido a tensionar aún más el ya crispado ambiente político-social del país caribeño.
Hasta el momento son más de 30 los muertos, tanto adherentes del Gobierno como opositores, y no se ve alguna salida política a la crisis. Maduro ha intentado tomar las riendas del asunto, invitando al diálogo y, hace dos semanas, lanzando su propuesta de llevar adelante una nueva Asamblea Constituyente que permita sentar las bases de un nuevo Estado. Una propuesta absolutamente rechazada por la oposición, que prefirió aumentar la presión callejera.
Junto con lo que ocurre en las calles, el gobierno venezolano se ha visto asediado por los medios de comunicación tanto nacionales como extranjeros. Diariamente se pueden ver informaciones de los hechos que suceden en el país, con publicaciones que dan cuenta de una cara de la moneda, tomando posturas claramente de oposición, y estirando un poco más el elástico hasta que pueda llegar a cortarse.
En Chile, las consecuencias de esta estrategia se perciben a través de las encuestas. Este lunes la medición semanal de Cadem presentó que el 86% de los encuestado sostiene que la imagen de lo que se vive en Venezuela es de una «dictadura» y que un 88% de los consultados sostienen que en dicho país no se respetan los derechos humanos.
Al respecto, y en conversación con El Ciudadano, el académico y director del Observatorio de Medios de la Universidad Católica de Valparaíso, Pedro Santander, sostiene que «existe una especie de colusión, un cartel mediático a nivel mundial, que cada cierto tiempo se pone de acuerdo en poner noticias contra Venezuela. Esto no es conspiración, está comprobado empírica, política e ideológicamente».
Para Santander la cobertura que se da por parte de los medios nacionales y extranjeros a la crisis política y social que vive el país se puede calificar de «infame» y que apunta derrocar el gobierno encabezado por Nicolás Maduro. En ese sentido, agrega que «en la historia del periodismo del siglo 21 hay dos momentos que van a pasar a la historia de la infamia del periodismo: El primero, cuando todos los medios del mundo creyeron que en Irak había armas de destrucción masiva, con lo que legitimaron la invasión de Estados Unidos; el segundo momento de infamia es lo que se está haciendo con Venezuela».
¿Qué se busca?
«Estamos ante 19 años de infamias de la prensa contra Venezuela. Y esto tiene repercusiones, y una es que frente a tal bombardeo mediático es que muchas personas caen ante esas mentiras. Hoy respecto de Venezuela tenemos el imperio de la desinformación», sostiene enfático Santander.
El académico no tiene dudas en sostener que la intencionalidad de los medios a la hora de publicar sobre Venezuela se enmarca en un proceso de manipulación de la información. Y además deja una tarea para el público cuando señala que «tienen que preguntarse por qué hay tanto interés de los medios del mundo por Venezuela. Por qué hay 80 diarios que titulan más menos lo mismo, por qué Chávez o Maduro se convierten en tema de política interna, por qué Estados Unidos declara a Venezuela como una amenaza extraordinaria e inusual. Esto se da simplemente porque Venezuela ha decidido soberanamente seguir su propia ruta de desarrollo».
Finalmente, el académico pone en la balanza la falta de cobertura para los hechos que ocurren en otros países de la región que igualmente se encuentran en escenarios de crisis. En este punto, Santander recalca que es necesario preguntarse «por qué esos mismos medios no prestan atención a lo que pasa en México, por ejemplo. En marzo pasado asesinaron a tres periodistas; desde que asumió Peña Nieto son decenas los periodistas asesinados, cosa que en Venezuela no pasa. En Honduras han asesinados a múltiples dirigentes sociales; Colombia es el país más peligroso de la región para la actividad sindical y en Brasil una banda de corruptos están en el gobierno. Pero no aparece».