Hace algunos minutos, el Presidente de la República tomó juramento a los nuevos ministros de su gabinete. Sin embargo, más que un real cambio, puede considerarse una jugada estratégica que intercambia posiciones -entre parlamento y ministerios- sin apartar del todo a ministros muy criticados. Sea como sea, sin las movilizaciones sociales del último tiempo, el cambio no se hubiese concretado en este momento.
El juego de «las sillas musicales» (la ceremonia que se desarrolló en el Palacio de La Moneda) incluye entre los cambios más importantes –por su repercusión mediática: El retiro de Ena Von Baer del ministerio Secretaría General de la Presidencia (vocería), que será reemplazada por el hasta ahora senador (UDI) por la Sexta Región, Andrés Chadwick (primo del Presidente).
Por su parte, Joaquín Lavin, será removido desde Educación a Planificación (Mideplan), donde se desempañaba Felipe Kast; y su lugar en Educación será ocupado por Felipe Bulnes, quien hasta hoy se desempeñaba como ministro de Justicia.
Vale decir que uno de los cambios que se preveían y no se realizaron fue el de Rodrigo Hinzpeter, del Ministerio del Interior y Seguridad Pública.
Pablo Longueira asumirá el ministerio de Economía, Turismo y Fomento, en reemplazo a Juan Andrés Fontaine. Teodoro Rivera Neumann (el único r0stro desconocido del grupo, actual rector de la Universidad Autónoma de Chile) reemplazará a Bulnes en Justicia.
En el caso de Minería, se separa este Ministerio del de Energía. Laurence Golborne queda a cargo de Obras Públicas y el ex ministro de dicha cartera, Hernán de Solminihac, a cargo de Minería. Por su parte, el hasta ahora intendente de Santiago, José Echeverría, pasa a la cartera de Energía.
En su discurso, Piñera afirmó que como Gobierno saben «que vamos avanzando por el buen camino» y que sus ejes son “lograr una mejor educación, compatibilizar desarrollo económico con medio ambiente, y lograr una sociedad más justa que no tolere tantos abusos, que reduzca desigualdades….»
Dentro de las prioridades fijadas a los nuevos ministros, destacó la llamada al nuevo ministro de Educación -que ingresa con un conflicto en pleno desarrollo- a implementar el acuerdo de calidad y equidad en la educación y sacar adelante el «Gane».
A Longueria, por su parte, le llamó a «hacer de Chile un pais con verdaderas y mayores igualdades de oportunidades», implementar la agenda de impulso competitivo e impulsar la pequeña y mediana empresa.
Y a Lavín pidió «avanzar hacia una sociedad sin pobreza extrema hacia el fin de nuestro gobierno», concluyendo con sus habituales llamados a la unidad nacional y la «aventura del futuro».
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El Ciudadano