Director de Chile Ciudadano frente a estafa de La Polar: “Los ciudadanos organizados son imbatibles”

Tomás Fabres (49 años), abogado egresado de la Universidad de Chile, es director de la Fundación Chile Ciudadano que lleva adelante acciones legales a favor de miles de clientes de la bullada estafa que han sido víctimas  de la multitienda y vendedora de créditos La Polar que ha llenados los titulares en el país

Director de Chile Ciudadano frente a estafa de La Polar: “Los ciudadanos organizados son imbatibles”

Autor: Sebastian Saá

Tomás Fabres (49 años), abogado egresado de la Universidad de Chile, es director de la Fundación Chile Ciudadano que lleva adelante acciones legales a favor de miles de clientes de la bullada estafa que han sido víctimas  de la multitienda y vendedora de créditos La Polar que ha llenados los titulares en el país.

El crimen está asociado a una burbuja crediticia que finalmente estalló hace alrededor de dos meses y que no sólo tendrán que pagar los endeudados directos, sino que todos los chilenos por medio del salvataje de la empresa por medio del Fisco, resultando doblemente castigados por el efecto en la baja de los ahorros previsionales de los trabajadores cuyos recursos para pensionarse las privadas  Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs) están facultadas para jugar en el casino especulativo bursátil.

La Fundación nació a mediados de la primera década del siglo XXI y está formado por un  equipo multidiscliplinario que de gana la vida en actividades propias y no en la Fundación.

-¿Cuáles son los fines de Chile Ciudadano?

-Los objetivos de la Fundación son dos: recorrer el camino efectivo del ejercicio del Derecho. Es decir, lo que hacemos es prestar asesoría a las personas que han sido lesionadas o abusadas en situaciones de desequilibrio de poder y asimetrías en materia de recursos, información, influencia y otros. Nosotros partimos con el tema de los contratos de sepulturas, por ejemplo. Luego de vivienda, seguros, mercado del dinero. Y el segundo propósito es fomentar la asociatividad y calidad. Nos dimos cuenta de que los chilenos muchas veces no se reúnen de manera virtuosa, existe dependencia económica del Estado, personalismos. Realizamos una fuerte crítica a la actividad legislativa (Presidente y Congreso), por cuanto no hay un seguimiento de las leyes y se aprueban normas que después no se evalúan. Como los procedimientos jurídicos de la Ley de Defensa al Consumidor, que es de los juicios más largos que existen en Chile. Y para desarrollar sociedad civil, la gente no necesita discursos, sino que experiencias exitosas. Por eso nosotros estamos para que ganen los afectados y no para dar testimonio.

AUTONOMÍA ECONÓMICA PARA ACTUAR CON LIBERTAD

-¿Cómo se sostiene económicamente la organización?

-En tiempos ordinarios la Fundación se financia con platas del propio equipo. La idea es que la falta de recursos no sea un obstáculo para que las personas puedan ejercer sus derechos. Y cada vez que ganamos un conflicto hacemos que el victimario pague la cuenta, porque la víctima tiene que irse con su indemnización  completa. Y no recibimos, como principio, financiamiento de instituciones nacionales o extranjeras con el propósito de cautelar nuestra autonomía y libertad.

-¿Sustituyen la acción de los afectados?

-No estamos en la industria de la caridad. Son las personas damnificadas las que deben trabajar y movilizarse por sus derechos. De hecho, al término de cada caso se invita a las víctimas a formar una organización propia. Y estamos convencidos que un grupo de ciudadanos organizados es imbatible.

-¿Hasta dónde llega la autonomía de la Fundación?

-Nosotros vamos a cualquier lado menos donde, por ejemplo, los dueños de los bancos o los políticos. No confiamos en ellos. De hecho, yo los conozco muy bien y cuando los visito y les pregunto qué están leyendo me dicen que la revistas del corazón. Están fregados intelectualmente. Yo vivo en Ñuñoa (comuna de sector medio), tengo a mis hijos en un colegio del barrio porque no quiero que se topen con sus hijos, ni deseo vivir en sus barrios, ni tener sus autos, ni veranear en sus lugares.

LA POLAR: LAS FORMAS DEL DELITO Y LA BURBUJA

-¿Qué ocurrió y ocurre en el caso de La Polar?

-La Polar es un caso clásico de organización delictual al interior de una compañía. La diferencia con otros casos, es que aquí los bandoleros dañaron los intereses de otros bandoleros. Hasta la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, dijo que ‘nuestros hijos van a los mismos colegios, ¿cómo pudo haber ocurrido esto?’.

-¿Y cuál fue el procedimiento empleado?

-Haciendo una aplicación abusiva de una cláusula del contrato de los clientes en materia de línea de crédito, donde la persona mandata a la empresa para documentar deuda. Y los tipos, muy ingeniosamente, entendieron que con eso también estaban facultados para decir cuál era la deuda. Todo esto viene de la conducción de La Polar desde los tiempos de Norberto Morita y Raúl Sotomayor, quienes se lanzaron sobre un segmento de la población intocado por el negocio del crédito de consumo en el retailer: las dueñas de casa, estudiantes, etc. Entonces realizan una política totalmente imprudente de créditos, es decir, donde hay evaluación de riesgo cero. En medio de ese plan de expansión de tiendas, de clientes y colocaciones ocurre la morosidad masiva. La Polar resuelve que ya no importa el monto de la deuda, sino que se concentran en mostrar la deuda como saludable. Así comienzan las repactaciones, que no son más que la refinanciación de una deuda vencida. En Chile, las repactaciones producen la capitalización de los intereses y todos los gastos ‘accesorios’, y ello implica la curva de aumento de la deuda. De ese modo, cada deudor debía cada día que pasaba montos superiores. Ello se combinó con auditores externos que negociaron las notas de los estados financieros. Es decir, fallaron los sistemas de control interno de la corporación.

-Lo importante es la apariencia, la sensación de confianza…

-En La Polar, la remuneración por el desempeño de los grandes ejecutivos está asociada al precio de la acción. Si se ve bien por fuera, entonces hay mayor demanda.

“EL SERNAC EN CHILE ES SÓLO UN TRAMPOLÍN POLÍTICO”

-¿Cómo se dieron cuenta de lo que está pasando en la multitienda?

-El escándalo saltó por el lugar menos pensado: el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), que es un organismo castrado, sin capacidad de fiscalización, menos con facultades intrusivas. Eso lo puede sólo hacer la Superintendencia del sector. Luego, la gente envió reclamos al Sernac, el cual, por la cantidad de denuncias, pidió hacer una auditoría a la compañía, la que simplemente mintió. Todo firmado, claro, por el líder de la banda, Julián Moreno. De este modo llegaron a un acuerdo en noviembre de 2010 –que es el mismo acuerdo actual conocido profusamente-, pero que no se cumplió. El Sernac insistió, y en mayo de 2011 presentó una demanda colectiva contra La Polar. En ese momento quedó en evidencia como las superintendencias (la de Bancos y la de Valores) no hacen su trabajo. Esto se transformó en un problema político donde estamos frente a medio millón de familias afectadas (votos), y termina hablando el ministro del Interior al respecto (!).

-¿Cuándo y por qué ingresa a tallar la Fundación en la estafa?

-Nosotros entramos al comienzo del conflicto para que no se repitieran dos precedentes malísimos. Cuando hay un problema de esta magnitud, la agencia estatal a cargo de los consumidores, por ley, lo primero que debe hacer es llamar a las agrupaciones de consumidores. Aquí ocurre lo contrario. El Sernac en Chile es sólo un trampolín político. Y los precedentes negativos fueron la colusión de precios de Fasa (Farmacias Ahumada) y la compensación que debió pagar a los consumidores dañados que se redujo a un 20 % de lo que estaba presupuestado. Y hace unos años, el Sernac envió una demanda colectiva contra siete casas comerciales por cobro de intereses por sobre el máximo convencional. Hubo un acuerdo tras bambalinas y las compensaciones fueron ridículas y no se efectuó investigación alguna.

-¿Cómo caracterizas la conducta estatal?

-El Estado chileno ya declaró suficiente la compensación en el caso de La Polar, a través del Sernac. Pero a nosotros nos interesa un cambio de comportamiento en las empresas, y, por tanto, la Fundación interviene las compañías.

-¿En qué situación se encuentra el caso?

-En resumen, existe una oferta unilateral de La Polar avalada por el Estado y que se implementará hasta el 31 de agosto de 2011. Sabemos que será un gran fracaso, en todo caso. Asimismo, hay un juicio colectivo que inició el Sernac, del cual esa entidad se va a retraer, pero que nosotros sostendremos. En los hechos, lucharán los ciudadanos afectados con nuestra asesoría. Y quienes determinan el monto de la compensación son, obviamente las personas dañadas. En paralelo hay acciones criminales para evitar la impunidad.

-¿Cuáles son los accionistas más poderosos de La Polar y cuáles los acreedores más golpeados, además de los clientes individuales?

-Los principales accionistas de La Polar son las Corredoras de Bolsa. Por otra parte, entre los acreedores también castigados, se encuentra el Banco de Crédito e Inversiones (BCI); los Tenedores de Bonos y las AFP’s con un 25%.

-¿Qué pasará con La Polar?

-Creemos que el drama se va a repetir. Una gran cantidad de clientes será birlado nuevamente, por falta de información correcta y clara para las personas. Y La Polar no tiene la capacidad de producirla.

-¿Hay posibilidad de que la empresa quiebre?

-Es altamente improbable que dejen caer a La Polar porque hay demasiado dinero involucrado. Ya saldrá el BancoEstado (que vive de dineros públicos) con una línea de crédito para salvarlos también. Sin embargo, La Polar perderá miles de clientes y un grupo pequeño, más paciente, recibirá una retribución más justa que la miseria ofrecida hasta ahora como compensación.

Por Andrés Figueroa Cornejo


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