A pesar de todo, Población Santa María resiste inclemencias del tiempo

Damnificados del incendio del pasado 2 de enero en Puertas Negras ahora se ubican poco más arriba de población Marina Mercante en terreno del SERVIU administrado por la Municipalidad porteña, a la espera de una solución habitacional definitiva.

A pesar de todo, Población Santa María  resiste inclemencias del tiempo

Autor: Gabriel Muñoz

40 familias damnificadas por el incendio del pasado 2 de enero en Puertas Negras que hoy viven en la población Santa María se vieron afectadas por las pasadas lluvias del 11 mayo en Valparaíso.

El viento norte sumado a las fuertes precipitaciones obligaron a personal municipal del departamento operativo, de emergencia, de asistencia técnica y de reconstrucción a trabajar en agotadoras jornadas para evitar mayores inconvenientes en las 50 casas ubicadas en la parte alta de Playa Ancha.

“Vivienda digna para todos los afectados, independiente de su condición en el incendio. Esa es la voluntad del Municipio y, entendemos, también es la del Gobierno. La solidaridad tiene un rostro de dignidad que creo que debemos saber mantener», indicó en su momento el alcalde Jorge Sharp y, al parecer, las palabras se hicieron efectivas en el personal encargado de la oficina de reconstrucción municipal. “A pesar de que el municipio está quebrado, conseguimos material para hacer aleros, sellar techumbres y drenar el terreno. Si hubiéramos hecho caso al director del Servicio de Vivienda y Urbanismo (SERVIU), todas las casas estarían tapadas con plásticos”, señaló un trabajador municipal del departamento de asistencia técnica.

Si bien las viviendas son de emergencia, éstas están nuevas y los materiales son buenos. “Pero la construcción deja mucho que desear”, recalca una vecina que alega por las filtraciones que sufrió por la ventana y la unión del baño. “La ONEMI recibió las ofertas pero no fiscalizó la construcción de las casas. Nosotros alegamos pero las constructoras se defienden argumentando que es un problema de diseño”, explica una socióloga a cargo de la coordinación social de esta etapa de reconstrucción porteña.

Empresas sin compromiso social

Gracias a la información obtenida desde el sitio del gobierno transparente (orden de compra 5920-470-SE17 “SC4857) se puede advertir que Forestal Arbolito y Bisonte fueron las empresas a cargo de la compra, traslado y armado de las viviendas. Reifox Industrial SPA, por su parte fue la encargada de instalar los baños. Sin embargo, su trabajo deja mucho que desear, a pesar de los casi 200 millones que gastó la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi).

“La unión entre casa y baño, no existe, sellaron con silicona, lo cual es transitorio. Las cumbreras están mal puestas. El trabajo fue mal ejecutado, hasta una persona con pocos conocimientos de construcción se daría cuenta”, exclama uno de los 35 maestros que forman parte de las cuadrillas que instaló la Municipalidad para subsanar los problemas acarreados por la falta de prolijidad de las contrapartes de las pésimas constructoras contratadas por ONEMI y supuestamente, supervisadas por SERVIU.

Si bien el intendente de Valparaíso, Gabriel Aldoney, había señalado que en esta ocasión se había cambiado el criterio,es decir, las viviendas serían instaladas por la misma empresa que las fabricó. O sea, la garantía respecto de emergencias por lluvia se encontraba asegurada. No obstante, los evidentes problemas que se produjeron durante los días posteriores a la lluvia evidencian lo contrario.

Al parecer el director regional de Onemi, Guillermo de La Maza, sólo se conformó con el aspecto visual de las casas. En recientes declaraciones, destacó que “las casas compradas no son las típicas mediaguas sino módulos de 24 m2, que tienen bastante mejor habitabilidad y, dentro de los recursos, incorporan baño interior, no un baño externo ni comunitario”, destacó el directivo. La señora Marta tendrá que contener a su perra Deysi para que la autoridad compruebe por su propia experiencia cómo es habitar un pequeño espacio que dejó entrar al agua y el viento, mojando enseres y exponiendo a enfermedades a una persona de 83 años.

Barrio transitorio con vista al mar

Como en todo Playa Ancha, la vista al mar desde la Población Santa María es inmejorable. Sin embargo, la orientación de las casas y la única ventana (de aluminio o PVC) impiden disfrutar la panorámica. Peor aún, como hubo un problema de filtraciones, ya que no se les hizo un alero adecuado, algunos vecinos no pueden ni salir porque se hincharon las maderas.

Si bien el cuarto de madera de pino prensada y cubierta de planchas acanaladas de zinc y papel fieltro es mejor que el albergue cercano al estadio de Playa Ancha donde estuvieron albergados casi dos meses, los habitantes saben que su actual casa es transitoria.

No obstante, las propuestas de subsidio no resuelven sus problemas. “Existen hasta el momento subsidios de 900 UF para ser utilizados en viviendas usadas. Pero es difícil conseguir algo, sobretodo en Valparaíso. Nuestra vida y trabajo están acá pero los corredores de propiedad, como no ganan su comisión, no quieren hacer negocios con nosotros. El mercado es escaso y usurero , reclama Verónica, madre de 4 niñas y abuela de 8 nietos, que deambulan por el terreno que gracias a la gravilla y trabajo a punta de pala y picota pudo drenar unas pozas gigantes que amenazaban con ingresar a las casas.

Los ex vecinos del sector de Villa Esperanza y la calle Luis Emilio Recabarren obtuvieron una solución habitacional diferente a la mediagua. Pero aún no es una respuesta que satisfaga sus reales necesidades. De pensar así, se los dejaría a su suerte. Por ello, exigen, el Gobierno Central debería tomar cartas en el asunto.

Mientras, un Municipio que no posee presupuesto (debido a las horrendas administraciones anteriores) cuenta sólo con mano de obra, clama por la faltan materiales y dinero para no trabajar en la precariedad. Sus trabajadores saben que están trabajando en doble jornada en busca de generar mejores condiciones de habitabilidad para sus vecinos y vecinas.

Al menos los servicios básicos están cubiertos. Sin embargo, hacen falta juegos para niños, implementos para corregir el terreno. El invierno recién comienza y como éste, hay otros barrios con personas que también lo perdieron todo y luchan por comenzar de nuevo. El edil Jorge Sharp, señaló que “vamos a estar fiscalizando para que todas las familias tengan una solución digna y concreta”. Pero más allá de la figura comunal, se evidencian autoridades indolentes, empresas antiéticas y una naturaleza que pone a prueba toda materialidad. Por tanto, el esfuerzo tiene que ser mayor. No todo puede recaer en los trabajadores conscientes y esforzados de nuestro país. De lo contrario, se continuará con el círculo vicioso donde las pérdidas se socializan y las ganancias, se privatizan.


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