La sexualidad forma parte del ser humano desde su concepción y evoluciona a lo largo de la vida, condicionado por el entorno social en el que se encuentra. En la actualidad, la sexualidad en los adolescentes y jóvenes está altamente influenciada por la televisión, cine, la publicidad y los contenidos que muchas veces pueden encontrarse en redes sociales.
Constance Hall es una madre australiana que desde su blog personal ha tenido una gran influencia dentro del ámbito maternal. En su página web ha manejado diferentes tipos de temas, diseñados para las ‘mummy bloggers’ o mamás blogueras.
En una de sus recientes publicaciones realizadas en Facebook, decidió compartir un texto para que –dice– cuando sus hijos crezcan puedan conocer la manera de cómo tratar a una mujer.
Entre las recomendaciones de la bloguera está el respeto al momento de expresarse ante una mujer. Aconseja, entre otras cosas, que no se debe comentar las intimidades de ella.
En otro de sus apuntes explica que la menstruación no debe verse como algo negativo. Por el contrario, deberían apreciarlo más, pues es algo natural que está encuentra dentro del “paquete del amor” hacia la mujer.
Tal como lo publicó la página web Gonzoo, la mujer enfatiza en que las relaciones sexuales con las chicas no se basan sólo en la penetración, afirma que deben recurrir a la creatividad para que la pareja disfrute el momento.
Entre las anotaciones finales, Constance resalta la importancia de no creerse dueño de la mujer ni tomar decisiones por ella. Además –afirma– que si en algún momento la mujer toma la decisión de romper la relación, su pareja debe aceptarlo y dejar que se vaya.
La publicación ha abierto un debate en redes sociales, pero también se ha hecho muy popular. A continuación le dejamos el escrito que les ha dejado a sus hijos.
“Todas las mujeres son diferentes, nunca las comprenderás del todo. Probablemente nunca conseguirás comprender a una solo. Pero si puedo influenciarte, al menos una parte, de tu relación con las mujeres, seré una mujer feliz.
- 1. La manera de la que hables de las mujeres definirá tu felicidad con ellas. Una mujer con la que te has acostado o quieres acostarte con ella, o te casaste con ella, o simplemente la has conocido en un bar. Nada te hará ganar más a una mujer que saber que se le habla con respeto. La gente intentará convencerte de que es “la manera de hablar de los hombres”, pero no lo es. Llamarla gorda, compartir detalles íntimos o enfurecerla no hará nada sino traerte infelicidad. Háblalo con tus amigos, pero con el máximo respeto. No deberías tener que decir eso de “imagínate que es tu hermana” cada vez que hablas de una mujer. Todas somos la hermana de alguien, todas somos hermanas de todos.
- 2. Estás aquí por una razón, pero una muy importante es porque las mujeres tienen la menstruación. No es asqueroso, no da miedo. Es bastante adorable. ¿Quieres conseguir alguna vagina? Pues tienes que querer el paquete completo. Nada pone menos a las mujeres que un chico que no es lo suficientemente hombre como para afrontar la realidad de la menstruación. Compra tampones, lava la ropa interior.
- 3. Hablando de vaginas… Siéntete lo incómodo que quieras, pero necesitas saberlo. Las mujeres necesitan algo más que un pene. No entraré en mucho detalle, pero sé creativo y no dejes que te afecte cuando una simple penetración no le hace perder la cabeza. Ella está siendo honesta, hazlo mejor.
- 4. Lucha con la pasión de una madre. Porque su pasión e identidad se ve en el momento que dan a luz. Pon a tu mujer lo primero y lucha por su derecho a ser una persona individual. No te olvides ni dejes que se olvide quién era ella cuando te conoció. La loca, creativa, apasionada o misteriosamente tímida y sexy mujer que fue una vez. En un mundo que intentará convencerla para que no luche por sus derechos, debes forzarla a ser su propia estrella. Permanece a su lado, comparte tu dinero con ella, respeta a sus amigos, cómprale un buen vino, no dejes que su belleza te suponga una amenaza. No eres dueño de nadie, eres afortunado simplemente con tenerla andando por el mismo camino que tú durante un rato. Ilumina ese camino, o cuando se presente un desvío te encontrarás en el lado más triste.
- 5. Quizá tengas que dejarla ir. Puede ser un auténtico grosero al respecto, persiguiéndola, acosándola, poniéndola verde, amenazándola; o puedes dejarla. Una vez dejé a un hombre que me abrazaba, me sonreía, me guiñaba un ojo y me marché. Esa es la única ruptura en la que me he arrepentido en mi vida. No importa cuánto llegues a amarla, tiene derecho a marcharse.”