¿Qué pasa en Opción?

Opción se define como «una corporación privada sin fines de lucro», fundada en 1990, su objetivo dice ser proteger y defender los derechos de niños, niñas y adolescentes, y elaborar propuestas públicas para tales fines

¿Qué pasa en Opción?

Autor: Sebastian Saá

Opción se define como «una corporación privada sin fines de lucro», fundada en 1990, su objetivo dice ser proteger y defender los derechos de niños, niñas y adolescentes, y elaborar propuestas públicas para tales fines. Unas 17.000 niñas y niños que sufren diversas situaciones de abandono, violencia, maltrato, abuso y explotación sexual o trabajo infantil son atendidos allí. También, adolescentes que han infringido la ley. Opción cuenta con estatus consultivo especial ante el Consejo Económico y Social (Ecosoc) de la Organización de Naciones Unidas.

A pesar de su excelente labor y principios, en Opción también se «cuecen habas».

A mediados de mayo de 2009, el dirigente sindical Ramiro Orellana Riffo fue notificado por un Juzgado Laboral que Opción, su empleador, había solicitado al tribunal su «desafuero como dirigente sindical», para proceder a su despido. La solicitud se hizo sobre la base de una acusación en la que se le imputó haber «maltratado» a uno de los jóvenes atendidos en el programa. La Corporación Opción contó ante el tribunal con el testimonio en su favor de una de las compañeras de trabajo de Orellana.

Parecía algo simple y de fácil resolución: el dirigente sería desaforado y despedido. Pero no fue eso lo que sucedió.

En abril de ese año Ramiro Orellana Riffo había dado declaraciones respecto de la puesta en vigencia de la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil y el papel desempeñado por las instituciones colaboradoras como Sename y Opción, en un reportaje de la Revista de los Domingos del diario La Tercera.

Pareciera que las opiniones del dirigente no cayeron bien en sus empleadores o en quienes financian este tipo de instituciones «privadas-públicas». «En mi opinión la solicitud de desafuero centralmente es una reacción ante estas declaraciones, sobre todo teniendo en cuenta el tipo de conducta de mi empleador», dice Ramiro Orellana. Y agrega: «De hecho, Opción fue condenada en enero de 2008 por ‘prácticas antisindicales’ en contra de otra de las dirigentas de nuestro sindicato. No es de extrañar, por tanto, que su anhelo por desaforarme tenga que ver con el papel que junto a otros dirigentes jugamos en ese juicio. Uno de los compañeros que atestiguó a favor de la dirigenta cuestionada y maltratada por Opción, fue despedido meses después de prestar declaración», dice.

Iniciado el juicio en su contra, en mayo de 2009, Opción solicitó «separarlo de sus funciones sin goce de sueldo». El juez del tribunal concedió separarlo de sus funciones, «pero niega la solicitud de dejarme sin goce de sueldo. Yo apelé a tal resolución solicitando ‘reincorporarme’ al trabajo, solicitud que el juez desestimó… Así transcurren varios meses hasta que somos llamados a un primer comparendo, en febrero de 2010. En esa ocasión, a través de los abogados de Opción, me ofrecieron 12 millones de pesos para que acordáramos poner fin al juicio…. Yo rechacé tal ofrecimiento, fijándose una nueva audiencia para marzo de 2010. En esa ocasión me ofrecen, por medio de los abogados de Opción, 13 millones. Ofrecimiento que vuelvo a rechazar por considerar que el fuero sindical no puede ser objeto de ninguna negociación de orden económico, ya que su propósito es defender la organización sindical, que agrupa colectivamente a los trabajadores, y no un instrumento con el que puedan obtener los dirigentes ganancias personales», señala Ramiro Orellana Riffo.

Después de varios trámites en el tribunal, se fijó una nueva audiencia para abril de 2010. En septiembre de ese año, el tribunal falló en primera instancia, desestimando los argumentos de Opción. Seguidamente la Corporación Opción apeló ante la Corte de Apelaciones. Pero dicha Corte resolvió, en abril de 2011, ratificar el fallo de primera instancia -en fallo dividido-, dando nuevamente el favor a los argumentos del dirigente sindical.

«Frente a esta situación Opción recurrió de casación ante la Corte Suprema. El cúmplase se dictaminó el 9 de junio de 2011. En consideración de tal resolución me presenté a mi trabajo el lunes 13 de junio de este año, pero pude trabajar desde las 09:00 hasta las 11.00 horas, pues el Director del Programa y representante del empleador me señaló que le instruyeron para que me pidiera que me retirara, y que cuando fueran notificados del cúmplase dictado por la Corte me reincorporarían a mi trabajo», agrega Ramiro Orellana Riffo.

Durante más de dos años Ramiro Orellana Riffo ha luchado en los tribunales para que se respeten sus derechos… Y deberá seguir luchando, por él, por sus compañeros y todos los trabajadores maltratados, humillados y explotados.

Por  Arnaldo Pérez Guerra

Historiador y Periodista


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