Entre el 21 y el 23 de julio de 2017, en el Cine Arte Alameda, tomará cuerpo una de las experiencias literarias y contraculturales más importantes de los últimos 15 años en Latinoamérica: la Feria del Libro Independiente y Autogestionado, FLIA, instancia nacida en Buenos Aires y que con el pasar de los años ramificó su existencia por prácticamente todo el continente: Uruguay, Brasil, Bolivia, Colombia, Venezuela, Ecuador, Paraguay y Chile ya tienen sus propias FLIAs recorriendo sus territorios, con libros y mucho significado político en su paño de acción.
La historia parte justamente en una protesta. Pacífica, con los libros como arma. Año 2006. Una protesta contra la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (Filba), instancia de la gran industria que excluía en ese momento a las editoriales independientes o “chicas”. Durante los días de la realización de la Filba en la Rural, los “no admitidos” pusieron sus mantos afuera del recinto y ofrecieron sus textos. Nacía así la primera FLIA, que llegó a Chile en 2013, cuando Gustavo Bernal de La Polla Literaria y Adrián Barahona de Askasis armaron una en Quinta Normal.
“Si vienen a la feria del libro, hay que tener los ojos bien abiertos y sorprenderse”, dice de entrada Bernal, en referencia a las joyitas literarias que se pueden encontrar. Y al mismo tiempo aclara que, si bien la FLIA es una “Feria del Libro” en su eje, también está abierta a otras prácticas artísticas y culturales, como la fabricación de artesanías, comidas caseras, diseño independiente de vestuario e ilustraciones, entre otras.
El gesto político viene en gran parte por ese lado. En Argentina, donde la FLIA existe no sólo en la capital, sino en casi todas las grandes ciudades y provincias del país, las ferias resultan ser una experiencia cultural completa, o más bien, una pulsada en vivo de la actividad “contracultural”: puedes aprender a hacer desde bombas de semillas a libros con tetrapack, o puedes participar en una emisión de radio en vivo y saber en qué consiste el plan de Monsanto para América Latina, o sumarte a la asamblea de una fábrica recuperada.
“Por eso la FLIA quiere existir por sí sola”, dice Bernal, “sin pedir patrocinio ni asistencia gubernamental ni privada, porque es para la gente”. Y da en el clavo, pues en su esencia, y así se repite en todas las experiencias del continente, las FLIAs se mantiene distantes y antagónicas del poder, con todas sus representaciones.
Y eso parte por no pedir autorización para hacer la Feria, como lo hacen en la FLIA Capital, la de Buenos Aires, que en solidaridad con los artistas desalojados de la Sala Alberdi, en 2013, llegó a cortar la mismísima calle Corrientes con una feria, desafiando la represión policial que días antes había golpeado a artistas y músicos en este recinto.
En este punto, Gustavo Bernal visualiza un detalle no menor: la organización. “La FLIA es autogestiva porque es el único modo de mantener la independencia, y porque así se funciona sin jerarquías. Todo se hace a través de asambleas abiertas, en las que puede participar cualquier persona interesada”.
Actualmente, la FLIA en Argentina se realiza periódicamente, al igual que en todo el continente. Y en el último tiempo, la organización dio un nuevo fruto: la Radio FLIA, espacio radiofónico del colectivo que sale al aire todos los viernes, a las 21 horas de Argentina, por FM La Tribu (fmlatribu.com), y que constituye una importante plataforma de difusión de esta experiencia, un ejercicio similar al que se da en Valparaíso con el programa Kombo Literario, transmitido por Radio Placeres, y nacido bajo el alero de las editoriales independientes porteñas.
El capítulo chileno
Desde su partida en Quinta Normal, la FLIA Chile ha dicho presente en varias ocasiones, la mayoría de ellas en el barrio Yungay de Santiago: en la Fiesta del Roto Chileno y en el frontis del bar Chancho Seis, por ejemplo. Ahora, la organización anuncia la realización de una FLIA de tres días en el Cine Arte Alameda (21 al 23 de julio), precedida por un ciclo llamado FLIAs universitarias, donde participan editoras locales.
El periplo partió la semana pasada en la Facultad de comunicación y letras de la UDP, y continúa el 23 de mayo (11,30 a 15 hrs.) en la Universidad Cardenal Silva Henríquez; el 24 de mayo (11,30 a 15 hrs.) en la Facultad de Derecho de la Universidad Central; el 26 de mayo (12,30 a 15,30 hrs.) en la Facultad de Filosofía Y Humanidades de la U. de Chile; y el 31 de mayo (12 a 17 hrs.) en los pastos centrales del pedagógico en la UMCE.
Sobre la FLIA de julio, Bernal cuenta que vendrán editoriales de Santiago, Arica, Concepción, Coquimbo y Valparaíso, a las que sumarán una delegación de escritores y editoras de Argentina, como Capuchas, El Asunto, Milena Caserola, y Silbando Bajito.
Hasta el momento las editoriales chilenas confirmadas son Askasis, Así hablaba, Biblioteca de Chilenia, Con todo respeto, Crimental, Eleuterio, Das Kapital, De a Pie Ediciones, Desbordes, Ediciones Crimental, Editorial Moda y Pueblo, Educación Mutua y Libre, El macho silba y la hembra grazna, Filacteria, Gramaje, Hipérbole, Hiparquía Ediciones, Idea, La Polla Literaria, Libros del Laurel, Libros La Chispita, Liz Ediciones, Loba Ediciones, Loquita Cartonera, Los libros de la mujer rota, Maquinaria editores, Nadar, Papel Calco, Ediciones Periféricas, Periódico El Pueblo, Reacia Ediciones, Santa Sherwood, Santiago Ander, Sátira Ediciones, Sherezade, Treumun Ediciones y Venático Editores.
Más información en el Facebook de la FLIA Chile