Unas 7.000 personas, entre ellas 5.000 indígenas, se reunieron hoy en la ciudad colombiana de Cali para denunciar las amenazas y los asesinatos de los que han sido objeto líderes sociales en el suroeste del país, informaron voceros de la protesta.
«Representantes de 12 departamentos se hicieron presentes este miércoles en Cali para contarte al país lo que está ocurriendo en nuestros territorios», dijo el coordinador del espacio de paz del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), Geovanny Yule.
Portando banderas, arcos y flechas, los asistentes marcharon por una de las principales vías de la ciudad hasta concentrarse en una céntrica plazoleta en donde llevaron a cabo una audiencia pública. Según el vocero, la intención de la actividad de hoy era reunirse con representes del Gobierno nacional, que habían sido convocados, para exponer la problemática actual de las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes en el país.
Sin embargo, aclaró, «el Gobierno no hizo presencia, por lo que se determinó que habrá una gran movilización nacional hacia Bogotá», en una fecha aún por confirmar.
Las denuncias hechas por los indígenas dan cuenta de «asesinatos, desplazamientos, amenazas, intimidaciones y torturas de líderes y autoridades indígenas, campesinas, afrocolombianos y de derechos humanos en el suroeste colombiano», precisó Yule.
También, alertaron sobre la «intervención de las multinacionales» en territorio nativo para extraer recursos naturales y acerca de la «aparición sistemática de grupos paramilitares que han proferido 15 amenazas» a miembros de la comunidad.
Finalmente, se refirieron al incumplimiento de los acuerdos firmados por el Gobierno con las organizaciones sociales de la región y al desmonte del patrimonio público al privatizar la salud y la educación.