Toma de la Universidad de Atacama: “Hay que poner el conocimiento al servicio de las mayorías”

En un verdadero espectáculo se transformó la presencia de agua en el río Copiapó luego de las lluvias de la primera semana de julio

Toma de la Universidad de Atacama: “Hay que poner el conocimiento al servicio de las mayorías”

Autor: Wari

En un verdadero espectáculo se transformó la presencia de agua en el río Copiapó luego de las lluvias de la primera semana de julio. Muchas personas fueron con sus cámaras para registrar un fenómeno que no se veía desde 1997, ya que unos pocos años antes se había secado aquel brazo del vital elemento que comparte nombre con la capital de la Región de Atacama. Pero no todos estaban preocupados de tomarse fotos o grabar videos del resucitado río; un grupo de jóvenes bajó al lecho para ayudar a las familias cuyas casas se habían inundado con barro y basura arrastrada por la corriente. Era una brigada de estudiantes en toma de la universidad pública local.

La Universidad de Atacama (UDA) es considerada por los estudiantes movilizados como una de las más pobres y precarias de Chile. Juan, estudiante de Derecho, quien participa en la Mesa Social de Atacama, cuenta que cerca del 80% de los alumnos tiene beneficios (becas, créditos) y aproximadamente el 75% de los estudiantes son de los dos primeros quintiles. «El aporte fiscal ha disminuido de un 40 (1996) a un 16 por ciento, en circunstancias que se dice que la UDA cumple un rol social; en muchos casos -indica-, los alumnos deben pasar por un período de nivelación pues provienen de una educación media de baja calidad; además, paralelamente necesitan trabajar y varios de ellos tienen hijos, por lo que una gran cantidad estudia más de los cinco años que duran las carreras».

Uno de los muchachos que participó en la limpieza de la casa inundada es Manuel, quien estudió un par de años traducción inglés-castellano, pero se retiró. En verano trabaja como temporero en las parras y el resto del año en la construcción. Su pasión es el buceo, que aprendió desde que estudiaba en un liceo de Caldera. Su madre es artesana y el marido de ella trabaja como soldador en algunas faenas. Fuertemente ligado a sus ex compañeros de universidad, varios días a la semana se queda a dormir en la toma. Él fue quien hizo las gestiones para que El Ciudadano -en la persona de uno de sus periodistas- fuera aceptado por la asamblea para compartir -durante tres días y cuatro noches- con los muchachos residentes: De la tarde del 18 a la mañana del 22 de julio pasado.

El nombre de la ciudad es un derivado de la voz aimara Copa-Yapu que hace referencia al color del óxido de cobre y a las tierras aradas, confirmando la milenaria combinación de agricultura y minería que se da en la zona. La capital de la Región de Atacama y de la provincia de Copiapó tiene alrededor de 170 mil habitantes. Llama la atención que el boom minero de los últimos años se traduzca en grandes “tacos” de vehículos todo terreno y 4×4, pero no en el mejoramiento de la salud, educación ni siquiera en la calidad del agua potable. La empresa Aguas Chañar, que todavía no entrega el servicio a poblaciones completas, produce un agua turbia que hace que muchas familias prefieran comprar soda envasada.

ASAMBLEA, ASEO Y FOGATA

Ese lunes habían comenzado las vacaciones de invierno, por lo que se veían menos alumnos; en total no superaban los 30, los cuales mantenían una toma que para ese entonces llevaba más de 40 días. Fue una jornada general de aseo, con limpieza de los baños y recolección de la basura en los patios y en el frontis del campus.

Durante la asamblea (foto) que se realizó esa tarde, Francisco, estudiante de Derecho y representante de la UDA en la Confech, informó sobre las últimas sesiones de ese organismo y de la intención de crear un Acuerdo Social sobre la base de asambleas territoriales. Al contar que la próxima reunión se llevaría a cabo en Magallanes, todos mostraron su descontento, pues debido a sus escasos recursos, se quedarían sin poder enviar un delegado, lo que consideraron discriminatorio y quizás un ardid para dejar fuera a las universidades más radicales. También se expuso que en el corto plazo era importante no bajar la movilización hasta que se consiguieran los “puntos intransables” del petitorio estudiantil.

Durante el día un moderado calor hacía agradable las jornadas, pero a partir de las 18 horas la temperatura descendía rápidamente, hasta que en las noches el frío era tal que resquebrajaba la piel. Por eso mismo, las conversaciones nocturnas se daban al calor de una fogata. En esos momentos, tampoco faltaban los guitarreos, acompañados de flautas y percusiones, con interpretación de variados estilos, pero donde destacaban melodías andinas, como las del grupo Arak Pacha.

Las conversaciones al calor del fuego versaban sobre múltiples tópicos, desde los debates en torno a los caminos al socialismo, pasando por fenómenos paranormales, historias de ovnis y fantasmas, hasta el accionar del imperialismo. Pero uno de los favoritos eran los recuerdos de antiguas movilizaciones, como aquella vez que debieron esconderse en el lecho del río para escapar de carabineros, durante el último gran enfrentamiento con fuerzas especiales en 2008. De esa época recordaban a un perro llamado “Tiburón”, que recibió ese nombre porque su mandíbula inferior era notoriamente más corta que la de arriba, al cual calificaban de “antifascista” pues participaba en las protestas, hasta que un día apareció muerto probablemente envenenado.

El martes en la mañana llegó un grupo de trabajadoras de aseo, a quienes se les dejó entrar al campus con la condición de que su jefe quedara fuera. Se les explicó que mientras durara la ocupación, ellas no estaban obligadas a hacer su labor –pues la toma tiene sus propios equipos de aseo-, pero que las dejarían entrar para que recibieran su salario. Y que si algunas querían igual hacer su trabajo, lo harían junto con los estudiantes. Luego tomaron desayuno con ellas y contaron que eran empleadas por un empresario que les paga el sueldo mínimo, y que les hacían contratos mensuales. En la conversación con algunos alumnos, éstos les relataron que en la UDA los trabajadores de planta al mes ganan unos 400 mil pesos, que hay profesores que se llevan hasta tres millones y el rector recibe cinco. Los jóvenes las dejaron invitadas a compartir en el casino las comidas los días que ellas fueran y todos coincidieron en la necesidad de estrechar lazos entre estudiantes y trabajadores.

DETONANTE Y RESISTENCIAS

Alexis, estudiante de Derecho, conocido como “Tata” explica que la movilización comenzó en mayo, con jornadas reflexivas por carreras, hasta que su Escuela tomó la iniciativa y votó el paro, a la que se sumarían el resto a comienzos de junio. La toma comenzó con algunas carreras (Trabajo Social) entre el 7 y el 13 de junio y después de una semana abarcó toda la UDA.

El futuro abogado señala que uno de los detonantes fue que a fines del primer semestre no estaban ingresados los créditos y las becas; y que mientras el Estado dice que es un problema administrativo interno a la UDA, ésta se defiende argumentando que es un problema del sistema público nacional. Y mientras, siguen cobrando los intereses.

Alexis reconoce que hubo resistencia a la movilización en carreras de ingeniería industrial, comercial e informática, y que les costó vencer esa especie de «gremialismo que domina en esas escuelas que ven que el tema no les afectaba a ellos, sino que era de los más pobres y de las carreras humanistas». Pero finalmente ellos debieron acatar la decisión mayoritaria de adherir al paro y tomarse la universidad.

Con respecto a la postura del rector, el “Tata” indica: “Celso Arias al comienzo se burló de nuestras peticiones, pero una vez en el Cruch ha cambiado su actitud, aunque no se puede confiar mucho en él. Si bien en el último punto de prensa dijo que ‘simpatizaba del movimiento’, indirectamente nos está amenazando con que vamos a perder el año”. El alumno opina que de los tres ejes de la demanda estudiantil: financiamiento, democratización y acceso, con lo que el rector se muestra más intransigente en con la triestamentalidad.

«LA CASITA»


Grupos de estudiantes duermen en algunos salones de Metalurgia, Enfermería, Trabajo Social, Pedagogía, Educación de Párvulos y Derecho, pero escogí quedarme a pernoctar en “La Casita”. Ésta es una pequeña casa de madera, de un solo espacio (foto), ubicado en un patio del área sur.

“La casita” fue donada tiempo atrás por Barrick Gold –empresa minera canadiense considerada “archienemiga” por los estudiantes en toma-. Ellos cuentan que antes estaba cerrada, pero la abrieron hace algunos años y ahora la usan para estudiar, dormir siesta, descansar, hacer reuniones, etc.

En las conversaciones, los alumnos manifestaron su rechazo el ingreso de la gran minería privada en la UDA, pues consideran que a través de pequeñas inversiones, donaciones y “ayudas”, intentan limpiar su imagen y cooptar a las personas, mientras que se llevan las riquezas, evaden y eluden impuestos, y ejercen el más poderoso lobby a nivel político, lo que les ha permitido ser subsidiadas por todos los chilenos, no asumir las externalidades negativas (contaminación) y establecer un falso e irrisorio “royalty”.

En “La Casita” varios estudiantes se acercaron a expresar sus visiones. Según Esteban, de Geología, la UDA está muy influenciada por dos logias masónicas que se disputan los cargos administrativos. Además, contó que a ellos les parece muy extraño que los aranceles sean igual de costosos que otras universidades con mejor infraestructura, extensión e investigación; mientras que en la UDA hay incluso hacinamiento por la poca cantidad de salas.

Edgardo estudió técnico en construcción en la Usach, pero su vocación era ser profesor. Vino a Copiapó porque sus dos hermanas viven y estudian acá, e intentó hacer su práctica profesional pero no lo consiguió. Trabajó en las obras del nuevo estadio durante siete meses, y ahora se desempeña como “propinero” en un supermercado. Tiene 24 años y estudia Pedagogía Básica con la beca «Vocación de Profesor». Para él, la UDA no está conectada con las reales necesidades de la región, sino que con los intereses del mercado: “La falta de profesionales de la salud contrasta con el exceso de ingenieros del área minera”, grafica. Y agrega: “Mientras los estudiantes de enfermería –la única carrera del área salud de esta universidad- deben hacer clases en los patios por falta de salas de clases, la UDA sigue produciendo ingenieros como fábrica de salchichas, para un mercado ya saturado de ellos”.

ORGANIZACIÓN DE LA TOMA

Cada mañana un estudiante se encarga de regar los árboles del patio.

Para conseguir alimentos, los muchachos salen en grupos a pedir vegetales a la feria libre y donaciones a las calles mediante un tarro (“macheteo”). Con lo que recolectan, preparan desayuno, almuerzo y once, la mayoría de las veces sin carnes rojas por la alta presencia de vegetarianos. Además de estas brigadas ocupadas de las adquisiciones y de la cocina, también se organizan en equipos de seguridad, aseo y difusión, que se reparten las tareas en turnos y en las que participan por igual hombres y mujeres.

Son comunes las conversaciones de sobre mesa, en que se comparten experiencias de jóvenes de distintas carreras. Un estudiante de enfermería cuenta que una compañera, que era una de las mejores alumnas, no pudo seguir estudiando porque no tenía plata. Otro, de Trabajo Social, explica que cuando comienza el año, deben repactar las deudas y cancelar un monto considerable, por lo cual junta el dinero trabajando en los veranos como vendedor en un local comercial. Paloma, una estudiante de Educación de Párvulos, recuerda: “Yo antes tenía beca completa, pagaba 35 mil. Pero a mi mamá le subieron un poco el sueldo y perdí el beneficio”.

Hay una perra con cuatro cachorros que nacieron en los primeros días de la toma. Un grupo de estudiantes se ocupa de conseguir dinero para comprarles alimentos y medicinas.

Otra actividad que requiere coordinación es confeccionar murales. El miércoles 20 se realizaron dos intervenciones: un mural en la zona norte (baños), por parte de la Umlem y en el área sur un grupo estampó sus manos pintadas (foto) mientras otras muchachas pintaban flores en los pilares.

Algo que ha falicitado la organización de los estudiantes es el uso de Redes Sociales para comunicarse con alumnos que están fuera de la toma. Varios jóvenes andaban con notebook conectados a las señales wifi que poseen algunas carreras.

También en esos días los estudiantes se organizaron para llevar adelante una campaña para donación de sangre. Se efectuó una asamblea de sensibilización, confección de lienzo y afiches, y difusión en la plaza principal.

INVESTIGACIÓN, EXTENSIÓN Y DEMOCRATIZACIÓN

La tarde del martes se desarrolló una jornada en que las distintas comisiones expusieron sus trabajos.

Gloria, estudiante de tercer año de Pedagogía Básica integra la Comisión de Investigación-Acción. Ella es de la localidad de Los Loros, ubicada por el valle del río Copiapó hacia la cordillera. Cuenta que allá está lleno de mocultivos y que sufren la contaminación por plaguicidas que son lanzados desde tractores mediante mangueras.

Este equipo, que trabaja vinculado con la de Extensión, relató sobre la experiencia del «puerta a puerta”, en la que explican a los vecinos las demandas de los universitarios. También efectuaron una reunión en la sede social de la población Barrio Nuevo, en donde constataron la deslegitimación de las juntas de vecinos. Además, desarrollaron atenciones ambulatorias gratuitas con los estudiantes de Enfermería. En esas actividades, contaron con el apoyo de alumnas de Educación de Párvulos, que cuidaban y entretenían a los niños mientras sus madres participaban de las reuniones. También mencionaron las reuniones que han sostenido con la CUT provincial y el sindicato de colectiveros.

Jack y Alex estudian Metalurgia: Como las exposiciones para la población deben ser validadas por la asamblea, presentaron power point con la problemática que implican los procesos de privatización de la salud, del cobre y de la educación. Después de las ponencias, los concurrentes daban sus opiniones, sugerencias y críticas para hacerlas más didácticas y accesibles al público masivo. Las propuestas que postublan para conseguir un mayor financiamiento para la educación son: reducir el gasto militar y en Defensa; aumentar los impuestos a las grandes empresas, e instaurar un verdadero y contundente royalty por la extracción de los recursos naturales no renovables.

Comisión Democratización: En ella están elaborando un análisis histórico de la participación estudiantil en la UDA; plantean la recuperación del Tricel –que está a cargo de Asuntos Estudiantiles, con participación mínima de los estudiantes-; preparar una propuesta para reformar los estatutos de la Federación de Estudiantes (Feuda), y crear las condiciones para convocar a un Congreso constituyente.

La directiva de la Feuda fue electa con un 17% del estudiantado en abril de este año. Así y todo, la Rectoría los avaló siendo que los estatutos piden un quorum del 50% más uno. Además, el joven que fue nombrado presidente con el apoyo de las autoridades, Alexis Sepúlveda, no figuraba como alumno regular (había reprobado tres veces un ramo e igual apareció matriculado). Esto, la mala gestión en la semana de recibimiento a los mechones, provocó ataques constantes a la Directiva, y, cuando llegó el tiempo de movilizaciones, al constatar que la Feuda no las apoyaría, la asamblea votó su destitución. Luego renunció el vicepresidente y el mando lo tómo la  Asamblea Plenaria, compuesta por el Consejo de Presidentes más los vocales -cada 70 estudiantes se elige uno de éstos.

 

Campaña para la donación de sangre en la plaza principal de Copiapó

“VIVIRÍA POR SIEMPRE AQUÍ”

Pablo estudia Trabajo Social y ha participado en las tomas de los años 2006, 2008, 2009 y en la de ahora. Dice que podría vivir para siempre en la toma, y otros agregan que tendrían huertos y animales para la subsistencia alimentaria. Es padre de una niña pequeña y trabaja de “propinero”. Cuenta que la persona que inventó la empresa que le cobra a los empaquetadores por sus turnos estudió en la UDA, que estaba encargado de la Bolsa de Trabajo y que cuando terminó su carrera se llevó el negocio con él.

Ante las amenazas de que el Rector pediría el desalojo por fuerzas especiales, los estudiantes afirman que no opondrían resistencia, pero que pasado unos días, se volverían a tomar la universidad. Están dispuestos a estar en toma el tiempo que sea necesario con tal de que se produzcan los cambios que vayan en la dirección de conseguir una educación accesible, de calidad y orientada a satisfacer las necesidades de las mayorías.

El día de mi partida, jueves 22 en la mañana, la asamblea organizaba la visita que realizaría la semana próxima el economista Marcel Claude, quien expondría sobre el tema: ¿Cómo financiar la educación? Reformas tributarias y gran minería.

Para los que fuimos parte del movimiento estudiantil que luchó por el retorno a la democracia en la década de los ochenta, las manifestaciones, los trabajos voluntarios y las tomas fueron instancias que marcaron nuestras vidas. Volver a vivir esa extraordinaria experiencia 25 años después confirma que hoy como ayer siguen vigentes aquellos deseos de poner a los establecimientos de educación superior al servicio de la gente sencilla o del ciudadano de a pie, en resumidas cuentas, del pueblo.

Recuadros

RESPIRANDO DESECHOS MINEROS

Flanqueada por un río seco y una carretera, y cortada en dos por el Centro de Formación Técnica UDA con una bandera canadiense (Centro Internacional Minero Benjamín Teplizky). En el cerro que está al costado se observa un enorme relave minero (foto), cuyo polvillo tóxico cae sobre el campus y es respirado por los alumnos y funcionarios. Peor aún, el complejo deportivo con cancha de fútbol está emplazado al lado de la torta de desechos mineros, por lo que los alumnos se ven expuestos a esos contaminantes cada vez que hacen deporte y corre un poco de viento.

En el área norte están las carreras técnológicas y las ingenierías, y existe una réplica del primer ferrocarril “La Copiapó” que circuló entre esta ciudad y el puerto de Caldera (1851), un área verde conocida como “Los pastos” y el túnel de una mina en donde los estudiantes realizan sus primeras prácticas. Un mural recuerda al estudiante Guillermo Vargas, quien fue asesinado en los cerros aledaños al campus, durante un allanamiento efectuado por tropas del Ejército en 1984 y en el que también murió un militar infiltrado. En la zona sur se encuentran las escuelas humanistas, sociales y enfermería. En ambas hay antiguos edificios considerados monumentos nacionales. Sumando las dos áreas, en la UDA estudian cerca de tres mil estudiantes.

La Universidad de Atacama fue creada en 1981, como parte de la política de desmembramiento de la Universidad Técnica del Estado llevada adelante por la dictadura militar. Sus inicios se remontan a 1857, cuando se fundó la Escuela de Minas de Copiapó, a la que posteriormente se fusionó en 1947, la Escuela Normal –donde estudió la poeta Gabriela Mistral.

La UDA es gobernada por una Junta Directiva de nueve miembros; de ellos, tres son designados por el Presidente de la República, tres son profesionales que no tienen función en la universidad, y otros tres son académicos que se desempeñan en ella.

Los estudiantes que están movilizados se encuentran investigando algunas denuncias que existen con respecto a supuestas irregularidades financieras y falta de información relevante con respecto al CFT y a algunos terrenos que posee la UDA y que se rumorea sobre su posible enajenación. También les parece sospechoso lo abultado de las cifras que aparecen en los items gastos varios y otros. Para esto, los alumnos se encuentran estudiando los antecedentes que la universidad entrega en virtud de la Ley de Transparencia.

NI SUSTENTABLE NI EQUITATIVO

La Región de Atacama, la original entrada norte al Reyno de Chile, es un productor neto de riquezas mineras, pero, a la vez, donde el abuso y la pobreza son pan de cada día. Una región con un enorme potencial turístico, pero que se estropea con la contaminación de termoeléctricas (Guacolda en Huasco, en donde también se proyecta instalar otra en Punta Alcalde), de fundiciones (planta de pellets en Huasco, y la de Paipote), de relaves mineros (como la gigantesca “playa” de Chañaral), así como de futuras desalinizadoras en la hermosa costa al norte de Caldera.

Una región con costas privilegiadas, con playas paradisíacas como La Virgen (al sur de Puerto Viejo), que se verán gravemente perjudicadas si se instala la gigantesca termoeléctrica Castilla, que iría acompañada de un depósito de cenizas, torres de alta tensión, caminos y un puerto; afectando dramáticamente a la ancestral comunidad agrícola de Totoral.

Una región con un histórico apoyo electoral a partidos progresistas (cuna del Partido Radical) y de izquierda (hoy representados por el diputado comunista Lautaro Carmona y la senadora socialista Isabel Allende), pero donde la apatía y la desmovilización social parecen ser la tónica. Una zona que tuvo su propia revolución constituyente en 1859, en que por primera y única vez los ciudadanos eligieron a su Intendente (Pedro León Gallo), pero que para variar fue aplastada a sangre y fuego por el centralismo santiaguino y las fuerzas conservadoras.

Una zona en que la agricultura resiste al avance del desierto más árido del mundo (Atacama), y que entrega las primera uva de exportación de Chile –lo que atrae a muchos técnicos y temporeros del sur- pero que intoxica con plaguicidas y que se disputa gota a gota el agua con la expansiva minería.

Una región donde las obras de infraestructura escasean, pero en donde se privilegia la construcción de autopistas que van de Copiapó a Caldera y a Vallenar, para facilitar el transporte de camiones, pero encareciendo –mediante altos peajes- las movilidad de los ciudadanos de a pie.

La Región de Atacama es, tras Aysén y Magallanes, la menos poblada del país. Una región con más de 280 mil habitantes, y una población rural que incluye comunidades indígenas collas y descendientes de diaguitas y changos. Atacama, junto con las regiones de Los Ríos y Magallanes, son las únicas regiones de Chile que poseen un emblema propio (foto arriba).

Por Cristian Sotomayor Demuth

La primera y penúltima fotografía son de José Manuel Gutiérrez Bermedo

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