Investigadores de la Universidad de Tel Aviv (UTA) y de la Universidad de Harvard diseñaron un nuevo método que controla la formación de cicatrices donde utilizan campos eléctricos breves y con pulsaciones que impiden la formación de estas lesiones ocasionadas por cantidades excesivas de colágeno.
La investigación fue dirigida por el doctor Alexander Golberg, de la Escuela de Estudios Ambientales de la UTA, junto con el doctor Martín Yarmush, del Centro de Ingeniería para la Medicina del Hospital General de Massachusetts, la Escuela de Medicina de Harvard y el Hospital Shriners Burns de Boston.
El doctor Goldberg explicó en exclusiva a Infobae los detalles de este trabajo en el que han invertido media década y que espera ver la luz, tras pasar las pruebas finales en humanos.
«A la importancia de esta solución la vimos en las salas de espera de los pediatras, siendo testigos del dolor físico y emocional de las víctimas de quemaduras. La gente no se muere por las cicatrices, sino que sufre a causa de ellas. La tecnología que hemos desarrollado, denominada electroporación irreversible parcial (EIP), se puede emplear para impedir la formación de cicatrices debilitantes provocadas por quemaduras».
«La cicatrización es un proceso muy complejo, que involucra la inflamación y la cicatrización. Descubrimos la forma de impedir de manera parcial la formación de cicatrices en modelos animales», agregó el experto
Las quemaduras constituyen un problema de salud pública a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) causan alrededor de 265 mil muertes al año. Cuando no matan, las quemaduras dejan cicatrices permanentes que provocan daño emocional en las víctimas.
Además el 10 por ciento de las muertes causadas por heridas no intencionales son producidas por quemaduras relacionadas con el fuego. La destrucción de las células de la piel y del tejido, lleva a transitar un camino de recuperación que nunca se termina.
«Las pruebas que realizamos demostraron una reducción de entre el 50 y el 60 por ciento en el tamaño de las cicatrices», cuenta Goldberg.
Es necesario destacar que el experto explica que solo han desarrollado esta técnica para cicatrices en formación, donde «la idea es tratar la herida inmediatamente después, durante el proceso de curación».
Ahora, el próximo paso consiste en conseguir fondos para desarrollar un dispositivo para el estudio clínico en seres humanos.
«Conseguir fondos es un problema en este tipo de desarrollos, ya que la mayoría de las instituciones suele privilegiar el apoyo a investigaciones que buscan la cura a enfermedades mortíferas. Pero nosotros creemos que es muy importante seguir con estos estudios y que este método pueda ser aplicado en humanos. Es cierto que aquí la vida de los pacientes no está en riesgo, pero sí lo está su calidad de vida y su felicidad», concluyó el especialista
Extraído de: Infobae.