No lo pasa nada de bien por estos días. El golfista Tiger Woods fue detenido en la madrugada del domingo al lunes (sobre las 3:00) en Jupiter (Florida) después de que la Policía sospechase que conducía bajo los efectos del alcohol o drogas. El golfista fue directamente trasladado al calabozo de Palm Beach, aunque los cuerpos de seguridad todavía no han confirmado si dio positivo en alcohol o en drogas.
Woods ingresó en prisión a las 07.18 hora local y fue puesto el libertad condicional a las 10.50 bajo fianza.
En el pasado mes de abril, Woods, de 41 años, ganador de 14 grandes y de 79 títulos en el PGA Tour, se había sometido a una cuarta intervención quirúrgica de espalda para aliviar los dolores que sufre de forma permanente.
Su último torneo fue el 3 de febrero en Dubai, donde firmó una tarjeta de 77 y se retiró al no poder superar el dolor de espalda.
Woods, ganador de 14 majors y de 41 años, se había sometido recientemente a una nueva cirugía en la espalda, después de que intentara jugar y tener que volver a parar por molestias. Era la cuarta operación que se le hacía desde 2014 y recientemente había declarado: «Me encuentro muy bien, hacía años que no me sentía así, y el pronóstico para jugar al golf profesional a largo plazo es bueno».