La cúrcuma posee más bondades que la usualmente conocida para saborizar los alimentos. Ésta tiene propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias, las que no se aprovechan totalmente por la inestabilidad e insolubilidad en agua de uno de los principios activos de la cúrcuma: “la curcumina”. Lo anterior limita que esta molécula tenga efecto biológico cuando se ingiere como aliño por la vía oral.
En base a esto, un grupo de investigadores del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS) y académicos de la U. de Chile, liderados por el Dr. Andrew Quest, de la Facultad de Medicina, y por el Dr. Felipe Oyarzún, de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, trabajaron en una nanoemulsión en base a curcumina para promover su efecto anticancerígeno.
Así, como explicó el profesor Oyarzún, desarrollaron “un medicamento muy pequeño, donde la curcumina está disuelta y protegida, y que se puede administrar eficientemente por cualquier vía”.
Esta solución, detalló Andrew Quest, “se generó emulsificando la curcumina y encapsulándola dentro de nanoestructuras en cuyo núcleo está la curcumina disuelta y protegida”. Incluso, agregó el investigador, “esta fórmula se puede transformar en un polvo y después de resuspenderse en agua, y volver a administrarse. Entonces, desde el punto de vista del almacenamiento, también es un producto muy promisorio pues se puede preservar por mucho tiempo”.
Para este estudio, la aplicación de la nanoemulsión fue subcutánea dado que en el modelo animal se generó un tumor muy resistente. Luego lo extrajeron quirúrgicamente y aplicaron una dosis de la formulación, y finalmente cerraron la herida. En el caso del cáncer a la piel (melanoma), que fue con el experimentaron los investigadores, el tumor primario es capaz de reaparecer y proliferar en otras partes del cuerpo luego de ser extirpado, acción que termina desencadenando la muerte del paciente. Fueron justamente estos efectos los que lograron detener con una sola dosis de la nanoemulsión de curcumina: “prevenir la reaparición y metástasis en el 100 por ciento de los animales tratados”, como explicó Oyarzún. De los casos no tratados, el 70 por ciento presentó reaparición del tumor y metástasis.
Continuar explorando las potencialidades de la curcumina
“Lo que queremos es probar el nanomedicamento en otras líneas celulares en otros modelos animales y también en humanos”, señaló el profesor Oyarzún, “pues pensamos que esta formulación tendrá un impacto muy importante en el tratamiento del cáncer».
Por este motivo, los investigadores convocan a actores del mundo público y privado para apoyar este innovador y promisorio descubrimiento, que implica altos costos económicos.
A la fecha, ya han solicitado una patente preliminar en Estados Unidos y han conversado con facultativos de hospitales públicos. “Fuimos al Hospital San Borja Arriarán y les expusimos a los cirujanos digestivos, en una reunión clínica, lo que habíamos logrado. Ellos están muy motivados y dispuestos a probar nuestra formulación con sus pacientes. El asunto es que, para llegar a esto, necesitamos recursos que no tenemos”, explicó Oyarzún.
Al mismo tiempo, agregó el profesor, “queremos ver si este potencial es similar para todos los tumores metastásicos, o ver en cuáles tiene más eficiencia”.