Habla la «jefa de los pumas» de Córdoba

Kai Pacha hoy tiene 48 años

Habla la «jefa de los pumas» de Córdoba

Autor: Javier Paredes

Kai Pacha hoy tiene 48 años. Padece de un tipo de autismo que en su niñez le obligaba a no salir del patio de su casa y su cuarto, donde tenía dos huecos en la pared por donde observaba el mundo. Sus únicos interlocutores eran los animales: les contaba sus miedos, sus sueños, sus complejos.

Por ese entonces, «podía hablar, pero no podía comunicarme con los demás», explicó a la BBC. Hoy es dueña de una reserva natural en Córdoba, Argentina. ¿Por qué? Se dio cuenta que los animales necesitaban su ayuda, porque «los atacamos, les dañamos su entorno» y quiere retribuir el apoyo que le dieron durante su niñez.

Kai superó el autismo y aprendió a comunicarse con sus semejantes precisamente para realizar el objetivo de ayudar a los animales.

«Los animales fueron mis salvadores durante años y ahora yo los tengo que salvar a ellos», afirmó a la estación británica, que resalta que «hablar no le resulta cómodo».

La reserva de la cual es titular Kai Pacha, llamada Pumakawa, se ubica en las sierras de una de las provincias más ricas del país trasandino. Su concepto es libre, sin jaulas, como el zoológico.

«No nos interesa la exhibición en una vidriera, sino la recuperación del monte y del animal», dice Kai Pacha.

Autoridades y civiles acercan a Kai animales heridos. Un animal que destaca es kaku, una puma de cabeza pequeña que llegó cachorra y con la cual debió ser extremadamente cuidadosa, dada la incapacidad de la especie de calentarse a sí mismos.

Kaku y Kai se relacionan como si fueran de la misma especie. Pasaron tanto tiempo juntas que, en un caso extraordinario, la puma la ve como una de sus pares.

 

Córdoba, la ciudad que aloja la reserva Pumakawa, es el epicentro de la industria agrícola, es una de las regiones más intervenidas por el hombre de Argentina: solo el 4% de la flora se mantiene. En otra regiones esa proporción es del 50%. Ello hace que los pumas de la región mantengan una situación de desconcierto.

«Si seguimos sembrando más de lo que se deberíamos y el puma sigue mostrando este poder de adaptación, vamos a tener pumas en las autopistas, en las ciudades», explica Kai.

 

Hablar por los animales

Fue en medio de un incendio sucedido en 2009 en la región, cuando Kai asumió un vínculo adulto y decidido con los animales. Estando en cercanías de la jaula de los pumas, salió corriendo para eludir el humo. Los pumas la siguieron como si fuese la jefa de su manada.

Ahí Kia terminó de entender que su «misión» en la vida es hablar por los animales.

 


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