A toda costa el ministro del Interior y Seguridad Pública, Rodrigo Hinzpeter, busca frenar el avance del movimiento estudiantil que ha convertido la calle en el escenario de su protesta.
Sin explicarse el porqué o el trasfondo de algunos actos de violencia, la nueva misión del ministro, es hacer una modificación al decreto 1806 referente a las reuniones públicas, con la idea de prohibir la presencia de encapuchados durante las manifestaciones.
No obstante, Hinzpeter no ha respondido con claridad a las repetidas denuncias que han dejado de manifiesto la infiltración de policías encapuchados en las marchas del estudiantado.
A su vez, el ministro señaló que busca aumentar las penas para aquellos que ocasionen desórdenes en la vía pública, modificando la condena de 341 días a tres años.
La acción que en el fondo busca facilitar el trabajo a la policía para la persecución y procesamiento de quienes han tomado una posición más radical para hacer frente al sistema neoliberal, de seguro dará mucho que hablar durante la semana próxima.
El Ciudadano