Casi al término del proceso eleccionario de Alcaldes y Concejales, para variar se aprecia una suerte por parte de algunos de sacar cálculos optimistas y se dan por ganadores basándose en pequeñas diferencias porcentuales. Sin embargo, en esos análisis que por cierto son muy a priori, una vez más no se tiene en cuenta la votación de quienes se inclinaron por las alternativas que no forman parte de la Concertación ni de la Alianza.
Lo especial de estos sectores a los cuales hago referencia, es que se encuentra conformado por independientes, pero no bajo el concepto de independientes que puedan eventualmente llegar a formar una lista dentro de un sub pacto, sino que ciudadanos que no responden a los acuerdos de una coalición en particular y en un escenario como el actual no tienen extendido un cheque nominativo a favor de ningún candidato si se llegase a producir por tercera vez una situación de segunda vuelta en una elección presidencial.
Aprecio en la coalición de gobierno matices de algunos personeros de rasgos acentuados de soberbia y tratos hacia la gente poco delicados, pero estas actitudes claramente no están generalizadas en todos y más aún algunos se abren a aceptar que los resultados electorales son un indicador de una expresión de la opinión de la gente, eso sí claramente esas manifestaciones para ciertos casos tratan de reunir puntaje para alguna postulación.
Digno es de reconocer que se han desarrollado acuerdos importantes que han permitido quebrar en un grado muy menor, pero de importancia este asunto del binominal, aunque también se observa la tozudez de un partido de la Concertación que cerró las puertas a lo posibilidad de elegir como alcalde al candidato del Juntos Podemos en la comuna de Estación Central. Se aprecia en este aspecto una loable actitud de la Presidenta, por sobre la voluntad política de la Concertación como un todo.
De lo anterior, surge una primera apreciación en cuanto a la necesidad de recomponer la fuerzas políticas al interior del gobierno, no necesariamente con vistas a ganar una próxima elección sino a dar ciertos pasos para construir un país diferente, que a mi juicio ha contado con obstáculos por una diferencia extrema entre las personas que integran esa coalición y de lo cual la actitud en el actuar cotidiano es sólo una parte, ya que también veo que hay diferencias en la sensibilidad social, el tipo de intereses personales y una intolerancia acentuada a producir una gran participación ciudadana que era la esencia de los inicios de las carreras políticas de muchos de los que hoy tienen cargos públicos y que otrora cuando existían ideales, muchos eran contrincantes entre sí y se reencuentran con formato de cuello y corbata.
Es cierto que los resultados no otorgan una ventaja clara a la Alianza como para darse por ganadora en las Presidenciales que es un tema que se instaura desde mañana, pero hay un terreno fértil para que ello ocurra.
Veo entre otras cosas con preocupación el envejecimiento del padrón electoral, y como a lo largo de 18 años la política no resulta atractiva para los jóvenes quienes se restan de la participación. No se trata sólo de un recambio generacional, sino que también sería conveniente una rotación de apellidos. En fin, hay tantas otras cosas que son difíciles de revertir en el período que resta hasta las elecciones del 2009. Por tanto, se debe trabajar sobre un Proyecto País diferente, que aglutine a quienes tienen una visión centralizada en la importancia del ser humano y para marcar la diferencia con el candidato de la derecha, no se debería dar pie para que dicho candidato comience a encontrar en el actual gabinete o en personeros concertacionistas, eventuales colaboradores para el caso que resulte elegido.
La decisión de importancia va por el camino de sí se trabaja para el resultado de las próximas elecciones o para el futuro del país de forma acelerada y ágil. Hay interesantes aportes en propuestas educacionales, que es uno de los ejes fundamentales de la transformación, pero al parecer no han formado parte de los análisis realizados por la autoridad que corresponda, el acento se coloca en esto ya que considero que este es el eje de un país mejor y de allí se deriva todo lo demás. Como se señalará que con motivo de las elecciones parlamentarias del próximo año debería producirse antes de fin de año un ajuste ministerial, me parece conveniente para el país que aunque sea para el “ultimo tiempo”, se presente al país un equipo de mayor sintonía con los temas de las luchas contra la desigualdad, la equidad en la educación, la igualdad de oportunidades y tantos otros temas que inicialmente concitaban apoyo, pero hoy han producido incredibilidad.
Por Luis Osorio