Frente de estibadores para el Pacífico Sur

El Ciudadano conversó con el Presidente de la Federación de Trabajadores Portuarios de Iquique, quien además es vocero nacional de la coordinadora de trabajadores marítimo portuario de Chile. El dirigente manifestó que la organización de los estibadores está cobrando fuerza, al tiempo que criticó a los administradores del modelo, que considera “ultra liberal” y “heredado de la dictadura”.

¿Cuál es la situación actual de los portuarios de Iquique?
-Creemos concretamente que hay que ir dando paso a nuevas generaciones de dirigentes, volver a la base, volver a la toma de decisiones entre todos. Como dirigente y Presidente de la Federación de Trabajadores Portuarios de Iquique (Fetrapi), creo que el mejor regalo que se nos puede ofrecer es demostrar que nuestro permanente trabajo de concientización está dando frutos, con jóvenes más críticos, más reclamadores por sus derechos y más decididos a luchar por mejores condiciones de trabajo y de salario.

¿Has notado algún cambio o disposición distinta, en las nuevas autoridades?
-Creo sinceramente que este es un gobierno de administración que va a seguir manteniendo los esquemas heredados de la dictadura. Tal vez puede haber nuevos rostros, más disposición, mejores personas, pero el sistema es el mismo. Se mantiene el esquema ultra neoliberal, creado por la UDI y la dictadura pinochetista, mantenido en los tres últimos gobiernos de la Concertación y sostenido bajo un represivo esquema policiaco. ¿Gobierno de puertas abiertas? ¿Pero abiertas a qué? Siempre se impone el criterio que señala el modelo. Concretamente no creo posible cambios de verdad, sólo maquillaje.

En cuanto a organización, ¿en qué está el movimiento nacional de los portuarios?
Estamos trabajando en una mesa negociadora nacional con el Gobierno. También queremos hacer cada vez más grande nuestra organización, a tal punto que estamos seguros de representar a más del 85% de todos los estibadores portuarios de Chile. Y seguiremos creciendo, a pesar del trabajo de algunas empresas por tener dirigentes títeres, pagados, impedidos de cualquier posibilidad de reacción, vendidos total y completamente. Finalmente, estamos en un trabajo internacional fuerte, para coordinar la formación de un gran frente de estibadores portuarios del Pacífico Sur. Ya estamos conversando con los compañeros peruanos, de Ecuador y Colombia. Muy pronto estaremos en condiciones de luchar en todos los puertos, juntos.

-¿Continúan las prácticas antisindicales por parte de empresas y autoridades?
-Este sector sigue siendo uno de los más complicados, con empresarios -en algunos casos- muy retrógrados. Hay que considerar que de este sector empresarial salieron los recursos para mantener a Pinochet en su prisión de Londres. Quieren cambios, exigen condiciones liberales, menos normas de fiscalización y menos requisitos para hacer y deshacer en los terminales y en los puertos. Tenemos muchos dirigentes y trabajadores con abusos por parte de los mandos de empresas. Hoy, por ejemplo, escuchaba a un compañero de San Antonio que contaba cómo la empresa abusaba por medio de la acción antisindical. Y otro compañero de Iquique me llamaba por teléfono para señalarme su caso. Lamentablemente, seguimos teniendo empresarios que creen en la lucha de clases entre ricos y pobres. Además, sostienen que es justo que existan explotados y explotadores. Fundamentalmente existe una falta de normativas que protejan la acción sindical. Estamos condenados por las empresas, como las del grupo SAAM de Ricardo Claro.

-¿Cuánto están percibiendo por turno? ¿Cómo están estos pagos en el resto del país?
-El valor del turno actual, en Iquique, del movilizador es de $ 22.500. Creo que hoy es uno de los más altos. Pero hay compañeros de otros puertos que están avanzando rápidamente en lograr algo más justo. Hay que recordar que en puertos había valores por turnos de $ 5.000. Creo que el trabajo de la Coordinadora de Trabajadores Marítimos Portuarios de Chile, ha sido fundamental para alcanzar estos logros. La lucha y la unidad, bajo el slogan «Nunca más solos »

Fernando San Román