El ex director del Buró Federal de Investigaciones (FBI) James Comey aseguró hoy ante el Senado de EE.UU. que el Gobierno del presidente Donald Trump mintió al justificar su destitución, aunque la Casa Blanca salió pronto al paso de ese testimonio al asegurar que el gobernante «no es un mentiroso».
La declaración jurada rendida hoy por el ex director del FBI a los miembros del Comité de Inteligencia del Senado, no obstante, incluye más contradicciones respecto a lo dicho estos meses por Trump.
«La Administración eligió difamarme a mí y de manera mucho más grave al FBI», aseguró Comey al abrir su testimonio en referencia a los motivos aludidos para despedirle el 9 de mayo pasado.
El presidente, en la carta en la que le comunicó el despido, aseguró que el FBI necesitaba alguien que «restableciera» la confianza de la ciudadanía en esa institución, algo que Comey consideró «simple y llanamente mentiras».
El ex director del FBI dijo que el verdadero motivo de su despido fue que Trump quería «de algún modo, cambiar (…) el modo en que se conducía la investigación sobre Rusia», algo tajantemente rebatido por el abogado del gobernante, Marc Kasowitz, que fue quien dio la réplica al testimonio de Comey.
Pero en el testimonio de Comey hay otras afirmaciones que, de comprobarse ciertas, podrían considerarse intentos de Trump de interferir en la investigación independiente del FBI sobre la supuesta intromisión rusa en las elecciones estadounidenses de noviembre pasado y su coordinación con la campaña del gobernante.
Esas acciones, de confirmarse, pudieran ser consideradas un intento de obstrucción a la Justicia, lo que podría desembocar en un juicio político contra el magnate inmobiliario.
Según Comey, Trump le pidió «dejar pasar» el caso sobre la investigación contra su ex asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, quien tuvo que renunciar por sus nexos con Rusia y por haber mentido a las autoridades intentando ocultarlos.
«No, no. Siguiente pregunta», respondió atropelladamente y con malestar Trump cuando se le preguntó sobre el asunto en la rueda de prensa que ofreció junto al presiente de Colombia, Juan Manuel Santos, el 18 de mayo en la Casa Blanca.
Previamente, en una entrevista con la cadena NBC el 11 de mayo, Trump también aseguró que había cenado con Comey el 27 de enero, una semana después de su toma de posesión, porque el entonces director del FBI quería hablarle sobre su permanencia en el puesto.
«Quería tener una cena porque quería quedarse» en el cargo, dijo entonces Trump, quien, preguntado que aclarara a petición de quién había sido la cena, respondió: «Creo que la pidió él».
Según Comey, fue el propio presiente el que le había llamado ese mismo mediodía para invitarle a cenar y, aunque había asumido que iba a ser con más personas, al final estaban a solas ellos dos.
Los contactos entre Trump a Comey son considerados cuanto menos inapropiados, dado el conflicto ético que pudieran suponer debido a la investigación independiente del FBI sobre un asunto que pudiera llegar a salpicar al gobernante.
Además, según la versión del ex director de FBI, fue Trump quien ya al comienzo de la cena en el Salón Verde de la Casa Blanca le preguntó a él si quería seguir en el puesto, y no al contrario, lo que interpretó como «un esfuerzo para que le rogara» por seguir y «crear algún tipo de relación de clientelismo».
Otro punto controvertido es el origen de los contactos.
Trump ha afirmado que el propio Comey lo llamó para asegurarle que él no estaba siendo investigado por la trama rusa, pero de las nueve conversaciones que él recuerda, seis de ellas por teléfono, no menciona ninguna en la que él haya sido quien llamara.
Comey insistió hoy en todo momento en la importancia de la «tradicional independencia del FBI respecto al Poder Ejecutivo».
A este respecto, una de las acusaciones más graves de Comey es que en la cena del 27 de enero Trump le pidió «lealtad, aunque evitó interpretar si ello supuso un intento de obstrucción a la Justicia, algo que -dijo- corresponderá determinarlo al fiscal especial designado para esta investigación, Robert Mueller.
No obstante, el presiente de EE.UU. también lo ha negado.
«No, no lo hice», respondió Trump en una entrevista con Fox al preguntársele por ello, aunque seguidamente aseguró que, de haberlo hecho, no habría sido «inapropiado».
Comey admitió hoy en el Senado que él mismo filtró a la prensa, a través de un amigo, el contenido de sus anotaciones sobre las conversaciones que mantuvo con Trump, después de que este le amenazara en Twitter con la publicación de «cintas».
«A James Comey más le vale que no haya cintas de nuestras conversaciones antes de que él empiece a filtrar a la prensa», tuiteó Trump el 12 de mayo, cuando el exdirector del FBI había empezado ya a filtrar su versión del contenido de sus encuentros.
«Dios mío, espero que haya cintas», dijo hoy al respecto Comey a los miembros del Comité del Senado.
Desde luego, eso aclararía quién miente.