En México se casan cada año un promedio de unas 600.000 parejas cada año, pero finalmente uno de cada 6 se acaban separando al poco tiempo. Esto supone una tasa de destrucción que cada vez va más en crecimiento. La ruptura de valores y tradiciones, así como la facilidad para volver a comenzar una vida feliz hace que muchas de estas personas no se lo piensen dos veces a la hora de separarse. Pero en el camino nos encontramos con parejas que lo hacen por un motivo cada vez más disparatado.
1. Las relaciones de pareja
Cada pareja es un mundo diferente, ya que para la convivencia se tienen que aunar costumbres y personalidades que no tienen por qué ser, ni de lejos, iguales. Es por ello un arduo trabajo el conseguir casar ambos puntos de vista de modo que la convivencia se convierta en algo apacible. Todo se hace cuesta arriba cuando tienes que comenzar a negociar por cada una de los derechos que vas a tener que mantener a lo largo de la relación, sea esta para siempre o finalmente para un breve lapso de tiempo. Sea como fuere sin estos términos las relaciones se hundirían.
2. Las costumbres
Pero algo que viene de cada hogar es la facilidad para tener una u otra costumbre. Algo que se hereda del comportamiento personal o de los propios hábitos de cada uno. El problema viene cuando esos hábitos están tan adheridos a la propia personalidad que son completamente imposibles de cambiar. Máxime si es algo que llevas arrastrando prácticamente desde tu infancia. Esto fue lo que le sucedió a esta pareja cuando comenzó a conocerse y se estableció una de las prohibiciones más absurdas que hayamos visto. A pesar de todo estuvieron juntos 3 años.
En México se casan cada año un promedio de unas 600.000 parejas cada año, pero finalmente uno de cada 6 se acaban separando al poco tiempo. Esto supone una tasa de destrucción que cada vez va más en crecimiento. La ruptura de valores y tradiciones, así como la facilidad para volver a comenzar una vida feliz hace que muchas de estas personas no se lo piensen dos veces a la hora de separarse. Pero en el camino nos encontramos con parejas que lo hacen por un motivo cada vez más disparatado.
1. Las relaciones de pareja
Cada pareja es un mundo diferente, ya que para la convivencia se tienen que aunar costumbres y personalidades que no tienen por qué ser, ni de lejos, iguales. Es por ello un arduo trabajo el conseguir casar ambos puntos de vista de modo que la convivencia se convierta en algo apacible. Todo se hace cuesta arriba cuando tienes que comenzar a negociar por cada una de los derechos que vas a tener que mantener a lo largo de la relación, sea esta para siempre o finalmente para un breve lapso de tiempo. Sea como fuere sin estos términos las relaciones se hundirían.
2. Las costumbres
Pero algo que viene de cada hogar es la facilidad para tener una u otra costumbre. Algo que se hereda del comportamiento personal o de los propios hábitos de cada uno. El problema viene cuando esos hábitos están tan adheridos a la propia personalidad que son completamente imposibles de cambiar. Máxime si es algo que llevas arrastrando prácticamente desde tu infancia. Esto fue lo que le sucedió a esta pareja cuando comenzó a conocerse y se estableció una de las prohibiciones más absurdas que hayamos visto. A pesar de todo estuvieron juntos 3 años.
Confianza y respeto
A pesar de que la confianza y el respeto es la base de una relación, esta joven le impuso como norma que él NO podía entrar a la habitación de ella. Hay que tener en cuenta que aún vivía con sus padres, por lo que no había problema con ello para que el chico pudiera dormir en sus propia casa. Pero desde primera hora desconfiaba de lo que ésta podría encerrar en un cuarto con tanto misterio. Aunque pudiese pensar que fuese una rara afición o una norma sobre su propio santuario, nunca imaginó lo que podría encontrar dentro.
Pactos personales
Sea como fuere la norma no se rompió durante el tiempo que duró la relación y la joven mantuvo su secreto. Puede que el hecho de que no fuese su propia casa le inhibiese de poder entrar tranquilamente y husmear donde le tenían prohibido. Precisamente no fue por el hecho de romper su palabra o de respetar a su pareja, sino por el mandato de la madre de ella, quien le autorizó a entrar un día normal. Esto supuso una mezcla de curiosidad y miedo, ya que su pareja fue muy tajante en ese asunto.
El momento clave
Un día la casualidad se puso de su parte, ya que ella había entrado a darse un baño mientras que su madre estaba ocupada con la colada. En ese momento ella vio al joven esperando y le pidió como favor si podía llevar unas prendas al dormitorio de su hija, ya que ninguna de las dos podía hacerlo en ese momento. Por fin había obtenido una autorización para conocer lo que su pareja encerraba en su dormitorio con tanto celo. Las hipótesis se dispararon cuando iba acercándose al cuarto que durante tanto tiempo tuvo velado. La sorpresa fue mayúscula.
El secreto mejor guardado
Justo cuando por fin abrió la puerta se llevó la sorpresa más desagradable que podía imaginar. Su pareja no quería que entrara en su dormitorio porque era lo más parecido que había visto a un vertedero, con todo tipo de basura arrojada por doquier y con un desorden que sería capaz de trastornar a cualquiera. Había ropa mezclada con compresas usadas, todo tipo de vestimentas colocadas en cualquier rincón y sin que tuviera visos de cambiar lo más mínimo.
La gran pelea
Una vez la joven descubrió que el chico había entrado en su dormitorio, a pesar de la prohibición expresa, comenzó una enorme pelea. Como si él tuviese la culpa de algo, ya que la madre había sido la que le había pedido expresamente que entrara a dejar la ropa. No sabemos si el haber roto su promesa o el hecho de que le diese vergüenza poder continuar con alguien que conociera unos tan insalubres hábitos de convivencia, pero la relación se terminó ese mismo día.
Su pequeña venganza
Ante la impotencia de haber perdido una relación sin haber hecho nada para merecerlo, el joven subió a internet una foto donde mostraba al mundo la verdad de su ahora expareja. Si bien es cierto que en ese sentido el joven actuó mal, ya que estaba violando la intimidad de la que había sido su pareja, pudo recibir gracias a ello algunos consejos por parte de las redes sociales. En esta situación, prácticamente fue todo el mundo el que se puso de su lado, con comentarios que hicieron que la historia fuera viral.
La respuesta de las redes sociales
Al subir la foto, la gente comenzó a alabar a la madre de la chica, pues todo el mundo decía que había sido ella quien le había salvado de vivir un tormento con una persona tan sumamente desagradable. Algunos aludían al hecho de que se había librado de un enorme problema y que la próxima vez debería tener más cuidado a la hora de aceptar pactos sin saber a ciencia cierta lo que sucedía. Una cosa es tener tu propio espacio personal pero otra convertirlo en un auténtico estercolero. ¡No dude en compartir este artículo con todo el mundo y en dejar un Me gusta en nuestra página de Facebook!
Fuente: Pixabay / Imgur