No se puede decir que los násicos o monos narigudos (Nasalis larvatus) sean una belleza entre los monos. Sus barrigas son enormes, y su nariz es tan desproporcionadamente grande que hasta les estorba para comer. Ambos factores, sin embargo, son cruciales para su supervivencia.
Los monos narigudos proceden de Borneo, y su hábitat natural son los manglares, zonas pantanosas en las que muy pocas especies de primates se aventuran por un simple motivo. La mayor parte de especies vegetales que crecen en estas ciénagas son altamente tóxicas.
Los násicos, sin embargo, se alimentan de plantas que harían enfermar a otros monos, y el secreto está precisamente en sus enormes barrigas. El estómago de estos monos ha evolucionado para albergar varias cámaras que ayudan a procesar las toxinas hasta hacerlas inofensivas.
En cuanto a sus monumentales narices, su tamaño también está relacionado con su supervivencia, pero de otra manera. La nariz es mucho más grande en los machos, que la usan como una cámara de resonancia para dar potencia a sus bramidos con los que captan la atención de las hembras. Los násicos viven en grupos familiares con un único macho y varias hembras, así que cuánto más grande la nariz, más posibilidades tiene el mono de perpetuar su linaje. Lo feo es bello según quién lo mire.