Un nuevo estudio en Nature acerca del cambio climático ofrece una mirada general sobre las consecuencias futuras de no tomar medidas para detener su acción, y el panorama se vislumbra un tanto infernal. Si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), casi tres cuartas partes de la población mundial experimentará peligrosas olas de calor para el año 2100.
El concepto «ola de calor» tiene diferentes definiciones, pero para entenderlo se puede definir como un rango de temperatura que se mantiene más alto de lo normal durante unos días o semanas. Las olas de calor acarrean sequías, incendios forestales y mayor riesgo de contraer enfermedades contagiosas, pero el estrés por calor también puede causar insuficiencia de órganos.
Aunque siempre se puede esperar cierto nivel de mortandad con las olas de calor (personas con enfermedades, ancianos, etc.), las más recientes han causado más muertes de lo que se esperaba, y se sospecha que la longitud y la intensidad de las olas han aumentado en los últimos periodos, informa IFLScience.
Este estudio examinó documentos desde 1980 a 2014 y encontró que había 783 casos de «exceso de mortalidad humana» asociada con olas de calor en 36 países diferentes. Tratando de identificar el umbral de calor en el que ocurren muertes excesivas, el equipo de la Universidad de Hawái en Mānoa, observó que por lo menos el 30% de la población mundial está experimentando temperaturas por encima de este umbral, al menos 20 días al año.
Extrapolando sus datos, los investigadores encontraron que incluso con una reducción drástica de los GEI, el 48% del mundo experimentaría condiciones mortales de calor hacia fines del siglo. Si no se toma ninguna medida –por ejemplo, si el acuerdo de París fracasa– el 74% de la población mundial sufrirá estas condiciones excesivas en 2100.
Para entonces, habrá alrededor de 11,2 millones de personas en el planeta, lo que significa que 8,3 millones experimentarán olas de calor potencialmente mortales durante al menos tres semanas al año. Como han revelado estudios previos, quienes viven en Medio Oriente y África subsahariana serán los más afectados, pero el resto del mundo no escapará a los efectos de esas quemantes temperaturas.
Para algunas zonas de Estados Unidos, en cambio, esto no será un problema, porque algunos estados podrían quedar sumergidos bajo el agua, por causa del aumento de los niveles del mar, también relacionado con el cambio climático. En definitiva, las medidas para detener este fenómeno mundial son urgentes y deben ser sistemáticas.
El Ciudadano