Vice presidenta Fech se refiere a acusaciones contra Pan y Rosas y expulsión de Coordinadora Ni Una Menos

El día 14 de junio, El Ciudadano publicó una nota que recoge la declaración de la Coordinadora Ni Una Menos informando sobre la expulsión de la organización feminista Pan y Rosas

Vice presidenta Fech se refiere a acusaciones contra Pan y Rosas y expulsión de Coordinadora Ni Una Menos

Autor: Javier Paredes

Foto: La Izquierda Diario

El día 14 de junio, El Ciudadano publicó una nota que recoge la declaración de la Coordinadora Ni Una Menos informando sobre la expulsión de la organización feminista Pan y Rosas. A raíz de este hecho, una de las aludidas, Bárbara Brito, vice presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, nos hizo llegar el siguiente artículo para exponer su punto de vista sobre el conflicto y que reproducimos a continuación.

Durante las últimas semanas, se ha producido una crisis al interior del movimiento de mujeres. Nuestra organización, Pan y Rosas, y mi persona en particular, hemos sido objeto de una campaña de ataque y desprestigio, que mediante una falsa acusación de carácter grave (“encubrimiento de abusadores y violadores”), así como calumnias de diverso tipo, no tiene otro objeto que acallar legítimas diferencias en nuestro movimiento y “condenar” mediante expulsiones y difamaciones el trabajo que durante años venimos realizando, desde una perspectiva de izquierda anticapitalista, para enfrentar la violencia de género y luchar contra la opresión.

El método esgrimido, de linchamiento mediante redes sociales, de acusaciones graves infundadas, y hasta ataques misóginos (que somos títeres de los hombres de nuestra organización, sin nombrar acusaciones peores contra nuestras compañeras), sin siquiera una mínima seriedad de presentación de pruebas, constituye un hecho de gravedad extrema que no se puede dejar pasar, pues siembra un peligroso precedente de que se puede recurrir impunemente a la calumnia para buscar proscribir una organización que durante años hemos estado a la cabeza de la organización del movimiento de mujeres y de la izquierda. Es el mismo método con el cual un sector actuó al interior de la Coordinadora NiUnaMenos en Santiago, expulsando a Pan y Rosas de manera autoritaria y a espaldas de la instancia asamblearia, sin realizar ningún tipo de votación en dicho espacio.

Consideramos que estos métodos son inaceptables, más aún entre organizaciones que somos parte de un movimiento de mujeres que ha luchado tenazmente por tener voz, que hemos sido acalladas, violentadas, insultadas y atacadas con estos mismos métodos históricamente por parte de los empresarios, sus medios de prensa, la iglesia, la derecha y los partidos del régimen. Más aun cuando somos parte no solo del movimiento de mujeres, sino de diversas luchas y organizaciones del movimiento estudiantil y de los trabajadores con el objetivo de terminar con este sistema de explotación y opresión.

Por estas razones democráticas elementales, como el derecho a la defensa, hemos recibido el apoyo de más de 500 personalidades, académicos/as, feministas, organizaciones sociales, políticas y cientos de estudiantes de la Universidad de Chile, que incluso no compartiendo en algunos casos nuestro actuar, consideran nefasto la calumnia pública y expulsión de nuestra organización de secretarías y coordinadoras.

El caso concreto que ha llevado a estas acusaciones versa sobre una denuncia pública de abuso sexual contra un profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y militante del Movimiento de Trabajadores Socialistas (MTS), organización hermana de Pan y Rosas. Cuando supimos de esta situación, nuestras compañeras de Pan y Rosas México, en primer lugar, se contactaron de inmediato con la denunciante con el objetivo de escuchar su testimonio sin juicios previos. La entrevistaron, y en seguida comenzaron un proceso interno, que también contó con la versión del denunciado, con entrevistas a mujeres en México que tenían una relación de amistad con la denunciante y que conocieron, de parte de ella, una primera versión de los hechos. Tomando todos estos aspectos, las compañeras en México llegaron a la conclusión de que, si bien, no se lograba identificar una situación de abuso sexual en el marco de una relación afectiva entre dos personas adultas mutuamente consentida, sí había existido una actitud insensible y machista por parte del compañero, que él mismo admitió públicamente, y que esa era una contradicción importante por la cual se tomaron medidas políticas; por lo que decir que no nos hicimos cargo como organización, como que ante estos casos simplemente hiciéramos la vista gorda, o llegar al extremo de afirmar que “encubrimos a un violador” es una falta a la verdad deliberada.

En el caso aludido, el profesor denunciado ante las autoridades, fue despedido en proceso sumario sin derecho alguno a defenderse o a presentar sus argumentos o defensa, y sin que la universidad se pronunciara sobre la acusación concreta de abuso que se radicó en ese ámbito. Fue desvinculado por las autoridades de la UNAM que un mes antes de eso dejaron pasar un femicidio ocurrido en las propias dependencias de la universidad, y las que jamás se han preocupado por la violencia que viven las mujeres; son las mismas autoridades que en los últimos años han expulsado a cerca de 3.000 estudiantes, activistas y profesores que cuestionan el régimen universitario y la represión. Tan escandaloso es este despido arbitrario y motivado políticamente que más de 500 personalidades de Derechos Humanos, feministas, académicas/os, dirigentes sindicales y diversos referentes de movimientos y organizaciones sociales en México, han protestado y adherido a una declaración contra la expulsión sumaria por parte de las autoridades universitarias.

Nosotras no estamos exigiendo en ningún caso que todas y todos deban adoptar nuestra  postura o compartir las conclusiones. Ni tampoco nos arrogamos las facultades de ningún tribunal. Simplemente planteamos un derecho democrático tan elemental de que ninguna denuncia se convierte en acusación cierta sin presentar y analizar las pruebas, y sin que la persona denunciada tenga derecho a su defensa. De lo contrario, estaremos ante una campaña de calumnias que es aprovechada por los personeros de este régimen de explotación y miseria para atacar a la izquierda.

Ni en Chile ni en México tenemos nada que ocultar. Resguardando la identidad de la denunciante y la privacidad de las personas, hemos puesto a disposición de quienes lo solicitaran las pruebas recolectadas y la propia declaración del profesor denunciado ante la instancia universitaria. Incluso de existir la posibilidad de hacerlo, estaríamos dispuestos a que se forme una comisión investigadora independiente del Estado y las autoridades universitarias, por fuera de nuestra organización, y con personalidades de DD.HH., estudiantiles, académicas y de otros ámbitos aceptadas por todas las partes, que tenga como objetivo llegar a la verdad.

Desde nuestra perspectiva de un feminismo socialista, que se levanta contra el patriarcado y el capitalismo, seguiremos luchando incansablemente por constituir un movimiento de mujeres masivo, democrático, con libertad de tendencias políticas que sea independiente del Estado, los empresarios y su sistema de partidos.


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