La tramitación del proyecto de aborto en tres causales entró a un nuevo capítulo, luego de la decisión de los senadores de la Democracia Cristiana (DC) de exigir condiciones al Gobierno a cambio de comprometer su apoyo a una de las políticas públicas más emblemáticas de la administración bacheletista.
En particular, los parlamentarios falangistas creen que se debe consagrar la «objeción de conciencia» para médicos y además para el personal que los acompaña. Esto significa que los profesionales y técnicos de la salud podrían esgrimir argumentos de carácter moral para negarse a practicar un aborto.
A juicio del senador independiente pro DC, Pedro Araya, «el proyecto del Gobierno plantea un privilegio que es inentendible», porque en «el caso de la objeción de conciencia, solo el médico tiene el privilegio ese decidir si realiza o no el aborto y al resto del equipo médico –matronas, obstetras, enfermeras–, lo mira en una segunda categoría, diciéndoles: ‘Usted no puede pensar y no tiene derecho a objetar’», según detalló a radio Cooperativa.
Sin embargo, la DC tendría otras razones para relativizar su apoyo a la iniciativa que contempla la despenalización del aborto por riesgo de vida de la madre, inviabilidad del feto y violación. Por un lado, el partido presidido por Carolina Goic estaría molesto por las dificultades que ha tenido la tramitación del proyecto de gobernadores regionales; por otro, las razones personales del senador Pedro Araya, pareja de la ex ministra de Justicia, Javiera Blanco.
Castro acusa «motivaciones políticas» para entrampar el proyecto
El pasado lunes, Araya participaba en la Comisión de Constitución de la Cámara Alta, donde se votaba el emblemático proyecto de aborto en tres causales. Paralelamente, se desarrollaba en la Cámara de Diputados una sesión clave de la Comisión Investigadora del Sename, instancia en la que se atribuyó una «negligencia inexcusable» a Javiera Blanco por su actuar en la crisis del organismo, detonada tras darse a conocer la gran cantidad de muertes de niños y niñas en recintos dependientes del servicio.
Frente a esa acusación contra su pareja, el senador por Antofagasta habría optado por retirarse de la sesión, aunque este jueves, en entrevista con Cooperativa, justificó su salida como «una simple coincidencia».
Además, descartó que sus reparos al proyecto de despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo se relacionen con la investigación a la actual miembro del Consejo de Defensa del Estado. «Cuando ingresó el proyecto de ley de aborto al Senado, el Gobierno sabía desde el día uno que yo, en lo personal, tenía dos piedras de tope. La primera, era la causal de violación, y la segunda era la objeción de conciencia», afirmó en la estación radial.
En diálogo con El Ciudadano, el diputado PS Juan Luis Castro piensa que el rechazo de la DC al proyecto obedece a una «motivación más bien política, porque ellos han cambiado su punto de vista y creo que tiene que ver directamente con el caso de Javiera Blanco y el Sename».
El médico apunta directamente a Pedro Araya, de quien señala «ha dedicado largos párrafos a defender a su pareja. No sé si ella no podrá defenderse sola, que tiene que hacerlo el senador que está votando el proyecto de ley».
Castro explica que considera «peligrosa» la idea de extender la objeción de conciencia al equipo del médico, «porque si llegara el caso de que hay que hacer una interrupción de embarazo, el médico está de acuerdo, pero todo su equipo dice que no, va a quedar atado de manos y, por lo tanto, no se podrá cumplir el derecho de la mujer a interrumpir».
El diputado socialista sostiene que «el único representante legal del equipo de salud es el médico. Desde el punto de vista administrativo y jurídico, la persona responsable de conducir la interrupción del embarazo es el médico cirujano, no es la arsenalera, ni la enfermera ni terceras personas».
A pesar de las declaraciones cruzadas a través de los medios de comunicación, Juan Luis Castro no cree que la entrampada tramitación del proyecto de aborto en tres causales incremente las tensiones dentro de la Nueva Mayoría, sino que «más bien tensiona la relación entre la presidenta de la DC (Carolina Goic) y sus propios senadores». Esto -argumenta- «porque aquí está puesto a prueba si ella va a ser capaz de ejercer el liderazgo sobre sus cinco senadores, que tienen que votar en las próximas semanas este proyecto de ley».