La encuesta Adimark que ha consultado a la ciudadanía durante los últimos 18 meses de la actual administración, ha registrado la peor cifra de Sebastián Piñera. Mientras que la desaprobación sube en 6 puntos, en comparación al mes anterior (62 por ciento – julio), la aprobación lo deja en 27 por ciento.
La dominación del bloque estudiantil, los paros nacionales, las irregularidades en la reconstrucción post terremoto y el descontento con la clase política han hecho que el gobierno de Piñera se mantenga en una constante depresión. La administración, por su parte, muestra niveles de desaprobación un tanto mayores que los del Presidente. En agosto, un 25% aprueba cómo el gobierno desarrolló su labor y un 70% lo desaprobó.
Un 24% declaró identificarse con el actual Gobierno, bajando 6 en relación con el mes anterior, y un 39% afirmó identificarse como oposición al actual Gobierno (40% en julio). En tanto, quienes no se identifican ni con el Ejecutivo ni con la oposición aumentan al 37%, 7 puntos más que en julio último (30%).
La Concertación no se queda atrás, ya que la desaprobación alcanzó un 71% y sólo un 17% de aprobación, mientras que la Coalición por el Cambio obtuvo un 22% de aprobación y una desaprobación de 66%. Ambas cifras son inéditas en esta serie de mediciones.
LAS ÁREAS PEOR EVALUADAS: TRANSPORTE, SEGURIDAD Y EDUCACIÓN
Las áreas de gestión del Gobierno tampoco muestran una mejoría. Por el contrario, muchas de ellas o se mantienen o marcan una baja considerable en su administración.
La desafección hacia el transporte público en la Región Metropolitana se manifestó con espontáneas protestas en las calles de Santiago, y también en la encuesta, ya que un 24% aprueba esta área, 6 puntos menos que en julio último, mientras que la aprobación en usuarios del Transantiago alcanza el 14 por ciento.
Por su parte, la delincuencia llega sólo al 17% y la desaprobación alcanza el 80% (el peor resultado en esta materia en el período de Gobierno).
En Educación el escenario no es diferente. Las movilizaciones y el descontento ciudadano sobre la crisis que vive el sistema educacional ha producido que la ineficiencia con la que ha actuado la administración derechista se plasme en las negativas cifras que recibe esta área de gestión.
Su rechazó llegó al 81% mientras que la aprobación disminuyó nuevamente y se ubicó en 15% (20% en julio).
Lo que sí aumentó en esta área es el apoyo al movimiento estudiantil, ya que un 76% de la población dijo estar “de acuerdo” con las demandas que han presentado los estudiantes universitarios y secundarios en el último tiempo y sólo un 14% está en desacuerdo. El apoyo a las demandas fue transversal en todos los segmentos, siendo mayor entre los más jóvenes (18-24 años) grupo en el cual un 87% aprueba estas demandas.
Otro ítem del área de Educación fue la manera en que los estudiantes se han manifestado. En este caso, la aprobación es de un 52% y un 39% las desaprueba.
Por último, respecto a la forma en que el Gobierno ha manejado la situación, sólo un 18% dijo aprobar la forma en que el Gobierno la ha manejado, con una desaprobación del 76%. Ente los jóvenes, apenas un 5% aprueba el manejo gubernamental del conflicto y un 91% lo desaprueba.
EL GABINETE
En relación a la pregunta ¿Usted conoce o ha oído hablar de alguno de los siguientes ministros? destaca el ministro de Economía, Pablo Longueira con 91% y el nuevo vocero, Andrés Chadwick, con 78% de conocimiento. Jaime Mañalich, de Salud, sube al 73% y Felipe Bulnes, de Educación, salta del 43% de julio al 69% en agosto. Los otros ministros de gabinete no muestran mayores variaciones en la medición de agosto.
Y en el caso de “Aprueba o Desaprueba la labor del ministro”, un 71% aprueba la gestión de Luciano Cruz-Coke, ministro de Cultura, superando así al cabecilla de las encuestas pasadas, Laurence Golborne, quien ahora en el ministerio de Obras Públicas se mantiene con un 70%. Por su parte, la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, sube dos puntos y llega al 65% de aprobación (63% en julio) y la ministra Schmidt, Sernam, se mantiene en 61% de respaldo.
Por Camila Méndez Pérez
El Ciudadano