Desde que dio a conocer su decisión de convertirse en aspirante a La Moneda, la figura de la periodista Beatriz Sánchez irrumpió en la escena política con una fuerza inusitada, quebrando la hegemonía del duopolio en la atención mediática y, de paso, contribuyó a poner al Frente Amplio en la mira de los votantes.
Si bien reconoce que en su labor como reportera “nunca me tocó seguir una campaña presidencial”, Sánchez se encuentra en ritmo de campaña para concretar los desafíos que su candidatura tiene con miras a las primarias del 2 de julio: “Que se conozca la candidatura y el Frente Amplio”.
Al mismo tiempo, la precandidata sostiene que las grandes diferencias del proyecto que encabeza y el que presentan los representantes de la Nueva Mayoría y Chile Vamos es que “nosotros queremos transformar el modelo socioeconómico, tener vinculación con la ciudadanía y los movimientos sociales”.
De camino a una actividad de campaña en el Cajón del Maipo, Beatriz Sánchez conversa con El Ciudadano, destacando que una de las aspiraciones de su propuesta es “tener poder para cederlo” y que su definición como “candidata feminista” debe ser la impronta del proyecto, en caso de ser electa como la candidata presidencial del Frente Amplio (FA), ya que sostiene que “cuando hay un liderazgo femenino se busca generar un perfil único. Y este liderazgo es muy distinto al que representa Michelle Bachelet”.
¿Cuál es la reacción ciudadana frente al proyecto del FA?
Creo que el FA se ha ido instalando a una velocidad bien vertiginosa, a pesar de ser un conglomerado. Hemos visto una buena recepción, en los conversatorios abiertos que llevamos a cabo donde exponemos y las personas hacen preguntas abiertas, la gente se siente escuchada. Y con esto tenemos una llegada muy rica, porque escuchamos y ponemos las ideas.
¿Qué es lo que más se escucha?
Se percibe mucha desesperanza, lo que es muy fuerte. Desesperanza con lo que la política puede hacer, las personas la sienten totalmente ajenas, que no hay nada que los conecte. Hay un rechazo a la corrupción, hay una imagen plasmada de unión entre la política y los grupos económicos. La gente te cuenta los efectos que tiene el modelo en su vida diaria: problemas de acceso al agua, por las forestales o las hidroeléctricas que se instalan, el cambio de las formas de vida, es una constante en todas las comunas. Está muy presente como el modelo económico afecta las vidas de las personas.
En este sentido, ¿cómo se vincula el ofrecimiento que hace este proyecto con las necesidades de la ciudadanía? ¿Cuáles deben ser los ejes programáticos de la candidatura del FA?
Tenemos tres ejes que se comunican entre ellos: Democracia Real, que las personas se sientan parte de las decisiones de políticas públicas que llevemos adelante; Modelo de Desarrollo, que tiene que ver con el crecimiento económico, pero para qué o para quiénes y cuando hablamos de desarrollo, tener claro a quien le llega ese desarrollo y que esto debe ser sustentable y el tercer pilar tiene que ver con los Derechos Sociales, lo que tiene que ver con las dos anteriores; cómo garantizas derechos con un modelo económico como éste, cómo garantizas democracia sino tienes derechos universales garantizados.
CONSTRUCCIÓN DEL PROGRAMA
¿Se apunta a una sociedad de derechos entonces?
Sí, claro.
¿Hay referentes para el modelo de democracia que se aspira o cuáles debieran ser sus elementos básicos?
Lo que pasa es que cuando se va diseñando esto vas mirando lo que pasa en otros países. Por ejemplo, la misma forma de avance de los programas participativos del FA fueron realizados en base a lo que se ocupó en proyectos de participación comunal de Brasil, donde se incorporaron a los ciudadanos para armar el programa, elaborando los diagnósticos, teniendo personas que guíen la discusión, la manera de sistematizarlos y viendo cómo se convierten en políticas públicas y cómo tienen viabilidad financiera, que es un compromiso del FA. No es que traigas un modelo y lo implementes acá sino que lo adaptas a nuestra realidad.
Hay que financiar la sociedad de derechos. ¿Tienen visto cómo?
Cuando se mira Chile y se dice que en este país no están los recursos para enfrentar muchos de los desafíos que se tienen no es cierto. En Chile hay plata, el problema es que está mal repartida, y queda la sensación de que somos un país con pocos recursos fiscales sin saber cómo avanzamos en esto. Queremos desarrollar una estructura tributaria distinta, a través de mecanismos que tenemos planteados en nuestra hoja de ruta. Por ejemplo, que las empresas que explotan recursos naturales paguen los impuestos que corresponden. En Chile se paga poco impuesto, hay una serie de exenciones tributarias que se deben cerrar.
Este proceso programático, que es inédito por lo vinculante, se ve con mucho interés pero no se sabe cómo se guía dicha discusión, hacia dónde se quiere llegar.
{destacado-1} Hay una metodología que está pensada y plazos que se van cumpliendo. El pasado 8 de junio terminó el plazo para entregar todas las actas de los diálogos ciudadanos, que eran de diferentes tipos: asambleas abiertas en diferentes espacios con áreas temáticas o los encuentros autogestionados donde la gente bajaba las guías para la discusión, y con estas síntesis –las actas- se inicia otro proceso, que es tomar las propuestas, evaluarlas y ver cómo se pueden llevar a cabo, cuál es la política pública que se diseña, si se necesita un proyecto de ley o normativa, si este proyecto de ley necesita financiamiento o no, lo cual será definido por equipos capacitados. Por otro lado, habrá un equipo financiero que verá los costos y tener el valor del programa. De esta forma podremos priorizar los elementos que conformen el programa del Frente Amplio, el que será visado y presentado al país en una gran asamblea nacional en agosto.
¿Cómo evalúas la confluencia de las diferentes almas o visiones programáticas que existen en el Frente Amplio?
Hay harta coincidencia. Por ejemplo, para el Partido Liberal, que no se define de izquierda, como sí otras colectividades de este espacio, pero considera prioritaria la Asamblea Constituyente y eso está en línea con el resto. Hay una necesidad de cada una de las organizaciones de generar sintonía y me parece que eso es un ejercicio súper generoso.
Para esa síntesis programática, en caso de ganar la primaria. ¿Cuál es el sello que le quieres imprimir?
Creo que esto es muy importante, y creo que esto es inédito, yo me defino como una candidata feminista. A mí me gustaría que todo lo que vamos trabajando tuviera esa impronta, de instalar esta redefinición del rol de la mujer en el país y me gustaría que se transformara en el sello de mí candidatura.
LIDERAZGO FEMENINO
El año pasado (entrevista publicada en el número 187 de El Ciudadano) conversamos el problema de ser una mujer con opinión. ¿Hoy cómo se refleja esto?
Todos los días. Lo siento a cada momento, en la forma de señalar que los liderazgos femeninos son todos iguales, de instalar los liderazgos femeninos en una sola línea y eso se vive todos los días, antes como periodista y hoy como política. Por eso creo que es muy importante que sea un tema a relevar, porque hay que decirlo, porque este desprecio pareciera ser natural y no debe ser.
Los programas políticos en los medios de comunicación tienen un formato de paredón, lo que se vio patente en tu participación. ¿Crees que tiene que ver con el trato a los liderazgos femeninos?
Desde la perspectiva de los medios de comunicación –aunque en la calle también pasa- hay una permanente disposición de ponerte en un examen. Pero aquí, perdón, el examen lo da uno en las elecciones, no se los da a los medios de comunicación. Y eso tiene que ver con que una es mujer, eso se da en todo ámbito, y tiene que ver también con que soy la nueva, no vengo de una trayectoria política, además el FA también es nuevo.
En tu caso hay un punto de comparación con Bachelet, desde la crítica que su liderazgo es débil y que necesita poco menos una tropa de matones a su alrededor. ¿Cómo percibes esa comparación? ¿Cómo empuja el FA el cambio cultural para ir transformando ese escenario?
{destacado-2} Cuando hay un liderazgo femenino se busca generar un perfil único. Y este liderazgo es muy distinto al que representa Michelle Bachelet. Cambiar eso es un trabajo permanente y el FA da un paso en instalar una candidata mujer, lo que es una opción, y cuando declaramos que esta es una candidatura feminista, con lo que eso significa, hacemos frente a como se han instalado la realidad en este país y me parece que esto es una cosa muy potente que hace el FA. Será un trabajo constante que tiene que ver con disputar los espacios haciendo un esfuerzo doble.
EL FRENTE AMPLIO Y EL ESCENARIO POLÍTICO
¿Cuál crees que es el aporte del FA al escenario político nacional?
Incorporar a los movimientos sociales, incorporar todo lo que hacen en política los movimientos sociales. La política es más que los partidos políticos, la política debe estar anclada con las personas. Lograr eso es un avance y redibujar lo que nos han propuesto los bloques políticos tradicionales en Chile.
¿Eso en las formas de hacer política también?
Claro, tiene que ver con eso, absolutamente. Cuando decimos “queremos gobernar con los movimientos sociales”, no quiere decir que representemos la voz de los movimientos sociales porque cada uno tiene su voz, ahora si somos capaces de articular esa voz bienvenido.
¿Qué capacidad tiene el FA de re-encantar a la ciudadanía con la política?
El desafío es que nos conozcan y poner en relevancia las ideas que tenemos, que nos crean en lo que estamos haciendo y comunicar lo que estamos haciendo. Uno de los temas es incentivar la participación y que las personas no se queden con una participación política, que sí existe, pero que no se reconoce.
¿Y cómo se hace reconocible?
Cuando instalamos a las personas en primer lugar y decimos “vamos a hacer un programa participativo y vinculante” hacemos una relación de poder distinta, esto se trata de ceder poder. Que esto se entienda a plenitud, significa trabajo y un voto de confianza. Desde acá decimos: “Pedimos confianza y la entregamos”, el tema está en que este es un país donde no se tiene confianza y la gente tiene la certeza de que los gobiernos no confían en ellos.
PROYECTO NUEVO, POLÍTICA NUEVA
¿Qué crees incentiva a las fuerzas que forman el FA se sienten en la misma mesa? ¿Pesa más lo electoral o lo político?
Yo creo que lo que más une al FA hoy es terminar con el modelo neoliberal, ahí todos pensamos lo mismo, lo demás es circunstancial. Con un país tan presidencialista, donde las elecciones se juntan era el momento de ir concretando lo que nos aglutinó en un primer momento. Una elección tan pronto, y con dos candidaturas, ha hecho que el FA se instale, por la discusión país. Lo que aglutina es terminar con el neoliberalismo en el país, como culturalmente nos comportamos de forma neoliberal.
¿El FA es antineoliberal entonces?
Sí, así se define.
¿EL FA inició un camino de no retorno? ¿Cómo lo proyectas?
Esto no se termina con la elección presidencial y parlamentaria, esperamos ser una fuerza mayor a la que hoy somos. Pero el FA no se junta sólo por lo electoral, porque queremos quedarnos más allá de lo que resulte en la elección, sea ganándola o no. El FA viene a instalarse en el mapa político nacional.
¿Cuál es tu mirada del poder? ¿Cómo te relacionas con el poder?
A mí me gusta la lógica de tener poder para cederlo y por eso este acercamiento con la ciudadanía. Descentralizando, que la ciudadanía sea protagonista del diseño de políticas públicas, eso es lo que busco.
¿Cómo se evita aprender las mañas del binominal a la hora de hacer política?
Eso se responde si se tiene una relación estrecha y cercana con las personas. Si se construye un FA para que termine como la NM, sin conexión con la ciudadanía, donde la toma de decisiones se haga en las cúpulas. Eso hace que las mañas sean parte del hacer política, la ciudadanía protagónica logra que no se hagan presentes las mañas.
¿Cómo le explicas al ciudadano común y corriente que el FA no es lo mismo que la Nueva Mayoría y Chile Vamos?
Nosotros queremos transformar el modelo socioeconómico, tener vinculación con la ciudadanía y los movimientos sociales, creo que son las grandes diferencias que tenemos con la Nueva Mayoría y Chile Vamos, cosa que le hacemos presente con quienes nos encontramos.
*Entrevista publicada en la edición 213 de la revista El Ciudadano.