Alerta en la hostelería española: una epidemia británica de denuncias falsas amenaza la tranquilidad del sector. Desde 2015, el número de reclamaciones por supuestas intoxicaciones alimentarias se ha multiplicado hasta niveles absurdos, generando pérdidas millonarias y levantando serias sospechas. Empresas comisionistas que se dedican al cobro de indemnizaciones parecen estar detrás de esta práctica fraudulenta.
Las cifras son verdaderamente alarmantes. «Inma Benito, presidenta de la Federación de Hoteles de Mallorca, dice que las reclamaciones falsas costaron a la isla 50 millones de euros el año pasado, y que los casos han aumentado un 700% desde 2015», informa ‘eldiario.es’, mientras en el diario ‘El Mundo’ puede leerse que «las reclamaciones falsas de los turistas británicos por intoxicaciones alimentarias sufridas durante sus vacaciones en Canarias se han multiplicado un 1.400% en tan sólo un año y han provocado que algunos hoteles hayan tenido que desembolsar hasta 500.000 euros para hacer frente a unas denuncias». El mismo periódico señala que «se estima que más del 90% de las reclamaciones que reciben los touroperadores son fraudulentas y suponen una estafa para los establecimientos hoteleros afectados, según datos de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT)».
Empresas que animan a presentar demandas
Ciertas empresas británicas especializadas en reclamaciones, integradas por abogados de dudosa ética, han comenzado a animar a los turistas a presentar demandas por intoxicaciones alimentarias durante sus vacaciones. Antes, este tipo de empresas se centraban más en conductores y pasajeros de vehículos que habían sufrido lesiones por accidente. Pero ahora, tal como informa ‘eldiario.es’, «los objetivos son los turistas que compran paquetes de todo incluido, ya que es más fácil para esas empresas demandar a un hotel que es responsable de todas las comidas de sus clientes. El problema es tan serio que los operadores turísticos avisaron la semana pasada que este verano podría suponer el principio del fin de los muy populares paquetes de todo incluido, con la amenaza de un posible veto a los turistas británicos por los hoteles».
Incluso la prensa británica se ha hecho eco de la situación, destacando que desde el Ministerio de Exteriores del Reino Unido advierten a los turistas ingleses en España: «Solo debe considerar la posibilidad de presentar una queja o reclamación si ha sufrido realmente de una lesión o enfermedad. Si presenta una reclamación falsa o fraudulenta, puede enfrentarse a un proceso legal en el Reino Unido o España». En efecto, una condena por este tipo de estafa podría suponer una pena de hasta tres años de cárcel.
El problema es que en la normativa española existen aún ciertos vacíos legales que cualquier abogado sin escrúpulos puede usar para obtener una indemnización ilegítima a partir de una denuncia falsa. Por eso, la campaña «Stop Sickness Scams» (‘Paremos las estafas por enfermedad’), impulsada por la Asociación Británica de Agencias de Viajes (ABTA), trata de animar al Gobierno español a terminar con esa vulnerabilidad jurídica y al mismo tiempo intenta concienciar a los turistas sobre lo perjudicial que resulta este deleznable uso del derecho a reclamar en el sector turístico en general.
FUENTE: RT