Hagamos un ejercicio de lógica y consideremos la frase “Democracia Representativa” precisamente como una sentencia lógica. Sin caer en mayores imprecisiones podríamos interpretarla como una conjunción de las dos palabras que la componen, una conjunción implícita claro está. De esta forma, si deseamos saber si esta sentencia es verdadera o falsa a partir de la lógica, debemos analizar la veracidad de sus componentes y situarnos en un contexto determinado. El contexto que elegimos es nuestro delicioso país Chile, y para evaluar la veracidad de la sentencia debemos distinguir dos situaciones:
-Verdadero: La sentencia será verdadera si todas sus componentes son verdaderas, pues la hemos considerado como una conjunción. Por tanto “Democracia Representativa” será una sentencia verdadera en el contexto de nuestro país si y sólo si tanto “Democracia” como “Representativa o Representatividad” son proposiciones verdaderas en el contexto de Chile.
-Falso: La sentencia “Democracia Representativa” será falsa en el contexto de Chile si y sólo si una o todas sus componentes son falsas, por lo tanto, es suficiente con que una de las componentes de la sentencia sea falsa para que toda la sentencia sea falsa, esto debido a que hemos considerado la sentencia como una conjunción.
Bien, ahora podemos dar marcha a nuestro ejercicio, comencemos por “Democracia”.
Personalmente creo que en Chile eso que llamamos Democracia, esa hermosa utopía forjada en la Grecia antigua, ya hace mucho, pero muchísimo tiempo que no existe o al menos es muy débil. Luego de la dictadura nos convencieron de que “volvíamos” a la democracia, pero ese concepto nos era un poco ajenos, y dadas las circunstancias de los anteriores 16 años cualquier situación que nos permitiera expresar más que antes nos satisfacería. Pero poco a poco y tras 20 años de esta “democracia” fuimos observando cómo sucedían y se repetían situaciones que supuestamente no debiesen ocurrir en democracia, y lo peor de todo es que hasta hoy en día año 2011 siguen sucediendo y quedan absolutamente impunes.
Pero bueno, permitamos el beneficio de la duda, además que el concepto “democracia” parece ser bastante difícil de evaluar, así que mejor me declaro “incompetente” para este juicio.
Pasemos a la segunda componente.
“Representativa”, … bueno, ahora sí que no me declararé incompetente. Con certeza y amparado en todo lo que ha sucedido en Chile estos últimos 10 años (me bastaría con los últimos dos y podría considerar los últimos 20, por eso elegí 10) lo que menos está sucediendo en nuestro hermoso país es que las personas, el pueblo, la gente, sean realmente representados por quienes se dicen sus representantes, esos usureros de la ciudadanía y mercenarios de privados que componen la clase política. Me basta considerar tan solo dos ejemplos, la oposición Hidroaysén y el movimiento estudiantil, ambos sucesos cuentan con más de un 70% de aprobación por parte de la ciudadanía chilena, sin embargo, nuestra clase política empuja precisamente en dirección contraria, y este hecho es absolutamente independiente de quién o quiénes estén en el Gobierno, la clase política en su totalidad, Concertación y derecha, no ha hecho más que representarse a si mismos y a los intereses de su patrones los grandes inversionistas y empresarios chilenos y extranjeros. Y por favor, el dichoso clásico argumento de que el pueblo no está preparado para tomar decisiones al respecto queda absolutamente fuera de lugar, pues en los dos ejemplos que mencioné las elites intelectuales y científicas del país han hecho presente su opinión a favor y su rechazo a las posturas del Gobierno, esto implica un apoyo bien fundado a las reivindicaciones exigidas por los estudiantes y al rechazo de la construcción de las centrales hidroeléctricas. Podría mencionar varias situaciones más, pero estimo que estas dos son más que suficiente.
Así, la “Representatividad” es falsa en el contexto de nuestro país.
Bueno, como hemos visto tras este pequeño ejercicio lógico, la “Democracia Representativa” en Chile es falsa. Así que debemos dar el próximo paso, “Democracia Directa y Participativa”, plebiscitos y referendums, una conducta que incluso ha demostrado tener buenos efectos sobre la sicología y el ánimo social de un país al involucrar directamente a las personas.
Pero hay un problema, ellos tienen miedo, no quieren soltar las cinchas ni un centímetro, se han vuelto adictos al poder y al abuso y quieren más poder y seguir abusando, y el miedo los puede llevar a tomar decisiones fatales. Y como dijo el maestro Yoda, el miedo es a la ira, la ira es al sufrimiento, el sufrimiento es al odio, y el odio es un paso al lado oscuro de la fuerza. Decisiones terribles pueden ser tomadas…
*Nota: Si desea saber un poco más sobre “Democracia Directa”, de rienda suelta a su curiosidad y googlee palabras claves como; democracia directa, referendum, iniciativas populares, referendum revocatorios, etc., etc… encontrará curiosos ejemplos que van desde los países top de Europa (Suiza, Noruega, Finlandia, etc.) hasta nuestro querido tercer mundo latinoamericano; mezcle las palabras claves con los países y busque con paciencia. Ah! Le sugiero también hacer la búsqueda en inglés.