El Che de los Gays por marcha mundial LGTBIQ de este sábado: «Este orgullo excluye a comunidades pobres y críticas»

Este sábado se espera que tres millones de personas marchen por las calles de Madrid, ciudad que fue elegida como sede de la Marcha del Orgullo Mundial LGTBIQ, convocada por la Federación Estatal de Gays, Lesbianas y Trans, el colectivo COGAM y la Cámara de Comercio de Madrid

El Che de los Gays por marcha mundial LGTBIQ de este sábado: «Este orgullo excluye a comunidades pobres y críticas»

Autor: Nicolás Massai

El Che de los Gays. Foto: AFP

Este sábado se espera que tres millones de personas marchen por las calles de Madrid, ciudad que fue elegida como sede de la Marcha del Orgullo Mundial LGTBIQ, convocada por la Federación Estatal de Gays, Lesbianas y Trans, el colectivo COGAM y la Cámara de Comercio de Madrid.

La manifestación a realizar este 1 de julio tendrá a un chileno dentro de las filas: Víctor Hugo Robles, más conocido como el Che de los Gays. En conversación exclusiva con El Ciudadano, admite que Madrid este viernes «es una ciudad rosa, inundada de carteles, banderas, señaléticas del tránsito de la diversidad sexual, actos culturales, protestas, fiesta y diversión».

–¿Qué cosa prima en este evento? ¿Las demandas del colectivo LGTBIQ o la cosa media fancy?

–Prima la visibilidad LGBTIQ en todos los rincones de la ciudad. Una visibilidad y valoración de los derechos conquistados que es justa y necesaria pero que se ve atrapada en el orgullo entendido solo como diversión, ocio y turismo, siendo la cámara del comercio gayfriendly una de las organizadoras y sponsor de la marcha del Orgullo Mundial. Ese componente oportunista y neoliberal es rechazado por diversos colectivos de la disidencia sexual que ven en esta comercialización del orgullo un vaciamiento políticos de las demandas históricas del movimiento de la diversidad sexual.

–¿Has sentido la exclusión en España?

–Sí, el dinero es la primera exclusión. El poder adquisitivo, las diferencias de clase al interior de la comunidad de la diversidad sexual es notoria y se ve reflejado en la existencia de dos manifestaciones. La marcha del Orgullo Mundial del 1 de julio y la Marcha del Orgullo Crítico que se realizó el 28 de junio en las calles de Madrid, siendo la Gran Vía el epicentro de esa histórica manifestación. En esa protesta, donde participé con mi performance desviada, los colectivos disidentes criticaban el sentido comercial, hegemónico y neoliberal de algunos actos del Word Pride, el Orgullo Mundial. Esos cruces, caras y contracaras del orgullo, se vieron reflejados en el ingreso a la Marcha del Orgullo Crítico a la Plaza del Sol mientras ocurría un acto artístico-cultural oficial. Son las locas esquinas de un orgullo que se asume, se levanta, se visibiliza pero también se resiste y critica.

–¿Se siguen viendo actos homo-lesbo-transfóbicos?

–En estos días han aparecido anuncios y mensajes homofóbicos a través de la redes sociales criticando la realización del orgullo y se han denunciado actos de violencia contra gays en la mismísimo barrio de Chueca, la movida gay madrileña –el 25 de junio pasado hubo 3 personas detenidas luego de insultar y agredir a una pareja gay–; esto se suma a la insistente persecución social y policial a la que se ven expuesta la población latina, negra y migrante en Madrid, ellos denuncian que durante el orgullo se han incrementado los controles y el acoso policial.

–¿Queda alguien excluido del Orgullo Mundial de Madrid?

–Deja fuera los muchos pendientes políticos, sociales y culturales de comunidades otras –migrantes, negras, sudamericanas– que no se ven reflejadas en este orgullo mundial comercializado y hegemónicamente blanco. Este orgullo excluye a las comunidades pobres y críticas. Se trata de un orgullo poderoso, sano, feliz, un orgullo que esconde en el último clóset las urgentes políticas del VIH/SIDA, políticas que no he visto lo suficientemente presentes en esos históricos días en Madrid.

–Acorde a esa crítica, ¿por qué participas, entonces?

–Participo para visibilizar un devenir latinoamericano, entrecruzando nuestras luchas con las luchas de comunidades excluidas del llamado «primer mundo». Participo porque soy un activista político que ve en el cruce de fronteras importantes oportunidades de transformación e intercambio político-cultural. Participo para recordarle al «primer mundo» conquistador su responsabilidad histórica con la usurpación y genocidio de nuestros primeros pueblos hace más de 500 años. Nosotras, las locas sudacas, debemos ser la memoria de lucha y emancipación de nuestra gente.


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