Postal 1
Una amiga -porque sí, pese a todo, es una amiga-, nos dice antes de comenzar el taller de masculinización en el Patio de la Rita Lazo, y a propósito de un video llamado Introacto de las PostOp, “las vendas que tapan el pecho seguro las excitan a ustedes”. Yo le pregunté “quiénes somos ustedes? Las tortas putas marimachas? Y vos por quiénes hablás?”. Ella se medicaliza: habla de y por parte de las heterosexuales. Para el diagnóstico médico de la heterosexualidad existe aquello que las deja dormir tranquilas, las “ustedes”, las que no son como ella, estamos las ustedes: esas feas masculinizas tortas marimachas. Miente. Oculta su deseo por la protagonista del video a quien confunde con un varón -¿confunde realmente o teme desear a una mujer masculina?-. Miente porque las veces que ha estado con mujeres no lo ha hecho solamente -quiero creer- por presión de sus compañeros heterosexuales que le proponían un trío. Miente cuando se hace la que ignora toda la violencia en su segregación heterosexista que le calman los nervios de no ser ella tampoco del todo normal no obstante sus brutales esfuerzos hiperbólicos de ser una mujer pluscuamperfectamente femenina.
Postal 2
Salimos a dar la vuelta por el barrio con nuestros trajes de Drag King. ¿Alguno de los varones que construimos no es heterosexual?
Postal 3
Me pregunto cómo es que el mismo machito joven que durante la tarde nos vería pasar por la puerta de su casa y nos diría cosas “bonitas” ahora que vamos de Drag King nos grita “maracos largo de acá”, y nos arroja una botella de vidrio que estalla en mil pedazos delante de nuestras narices. Recuerdo a Virginie Despentes en Teoría King Kong y me pregunto por qué no lo atacamos hasta triturarlo, o al menos lo asustamos, por qué la mayoría elige seguir caminando, hacer como si no pasara nada, o peor, indignarse. La indignación no sirve para nada. ¿Habría servido amedrentarlo?
Me voy con una sensación de derrota de la escena pensando que sólo un varón cincuentón que nos acompañaba fue el único que se le acercó para decirle qué? … qué somos minas en realidad? Somos? O nos dejamos ser en nuestra pasividad? No poder defenderse, no poder contestar, no poder atacar, no poder gritar, no poder nada. Mujeres. El poder se cede me dice Foucault, y sacó mis dos destornilladores de los bolsillos de mi atuendo de mecánico. Un destornillador no es sólo una herramienta de trabajo, es también un arma blanca. Pero sola no puedo contra dos tipos. Alguien que no soy yo grita a través de mi boca “hijos de puta”. Puta yo y no tendré jamás hijos. ¿Cómo hacer para pasar a la acción? ¿Cómo hacer para poder gritar con otra boca otros insultos?
Postal 4
Algunos jóvenes bastante guapos colocan un cartel delante de un bar trepados a un andamio. Conmigo hay otra mecánico. Decidimos pedirles permiso para subirnos al andamio a hacernos unas fotos. Los tipos están confundidos. Alrededor de 15 personajes aparentemente varones aunque algunos un poco enanos y con voces agudas piden acceso a su masculinidad viril de trabajador abnegado. Dudan, miran torcido, tampoco se animan a decir rotundamente “No”. Tal vez teman una reacción. Uno dice “se pueden lastimar”. Le pregunto socarronamente si parecemos lisiados o torpes ¿Nos reconoció mujeres? Quién sabe… Me subo. Uno me dice abruptamente “Bájate, estamos trabajando”. Obrero ofendido en su masculinidad de trabajador digno. Varón agraviado en la ocupación de sus territorios naturales y sus privilegios jerárquicos. Nuevamente lo enfrento: “Este malhumor, esta forma de ser te la heredó Pinochet o tu madre”.
Abajo uno me baja la vicera de la gorra, me provoca, pero me hace saber con su gesto que no soy un desafío. Le golpeo con el revés de la mano fuerte. “Volvé a tocarme, animate”, le digo. El fuego estalla en mis ojos. Nuevamente parte del grupo de Drags se ha dividido y ya está en otra parte.
Postal 5
¿Qué madres habrán criado a estos varones? ¿Serán madres que dividen en “nosotras, las heterosexuales” y “ustedes, las marimachas”? No he venido al mundo a ganar amigxs. Esa noche, la amiga con la que comparto la cama me dice que ha habido un temblor. No lo he sentido, pero tampoco he realmente podido dormir. Ella y yo tenemos pesadillas toda la noche. Hoy lamenté por todxs lxs hijxs del mundo incluida yo misma y la desgracia de tener madres que nos crían.
Tomado de http://www.leomiau76.blogspot.com/
Texto de autoría externa. Re-publicado por