El grupo Luksic se consolida como el mayor grupo económico chileno, aprovechando las elevadísimas rentabilidades que le proporciona su presencia en la gran minería cuprífera. Al adquirir Terpel Chile, al grupo Angelini, pasa a tener una gravitación en la distribución de combustibles líquidos de casi un 25%. Junto con Copec controlan más del 85% de su distribución, aumentando la concentración sectorial. Al mismo tiempo, aprovechó la debilidad de la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), controlada en el pasado reciente por el grupo Claro, para quedar con su mayoría accionaria. Los planes son transformar Sudamericana Agencias Aéreas y Marítimas, filial de CSAV, en una sociedad separada, en la perspectiva de establecer además una alianza estratégica con alguna de las grandes navieras mundiales. El grupo Luksic reiteradamente en sus procesos de expansión ha establecido alianzas con empresas transnacionales, buscando en lo posible mantener el control de la sociedad respectiva.
En US$320 millones el grupo Luksic –el más poderoso e internacionalizado del país- adquirió Empresas Copec, controlada por el grupo Angelini, los activos de Terpel Chile, que posee desde cuando compró al holding colombiano del mismo nombre a nivel regional. Debió traspasarla ya que con ella superaba el 65% del mercado de distribución de combustibles, lo cual supuso sería impugnado por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC). Sin embargo, la alta concentración sectorial subsiste. Empresas Copec y el grupo Luksic tendrán un 85 % del total. La inversión efectuada incluye US$49 millones destinados a capital de trabajo. En el monto a cancelar se debe descontar la deuda financiera neta de Terpel al momento del cierre de la operación.
En definitiva la alta concentración sectorial –una de las características de la economía chilena- crece luego de una sucesión de compra- ventas iniciada en 2007, momento de inicio de la salida consecutiva del país de las transnacionales Exxon, Shell y Repsol YPF. Esta última vendió su cadena de negocios en el sector a la colombiana Terpel, holding adquirido posteriormente por Empresas Copec. En 2008, la brasileña Petrobras compró las estaciones de Esso, para finalmente en el curso de 2011 Quiñenco –el holding de inversiones de los Luksic- pasar a controlar primero Shell y luego Terpel, que formarán parte de su nueva filial, Empresa Nacional de Energía (Enex). Copec, Enex y Petrobras poseerán un 95% de la distribución de combustibles líquidos en Chile. Los planes de Petrobras de ampliar su presencia en el país se hace así muy cuesta arriba y desaparece la opción, considerada en algún momento, de que ingresase a la distribución de combustibles la estatal ENAP, lo que entraba en contradicción con los planes del gobierno Piñera de privatizarla.
Nueva estructura de la distribución de combustibles líquidos en Chile
(Fuente: Empresas Copec. En % del total a marzo de 2011)
Distribuidora | % | controlada por: |
Empresas Copec | 58,4 | Grupo Angelini |
Enex | 24,9 | Grupo Luksic |
Petrobras Chile | 11,6 | Petrobras Brasil |
Total | 94,9 |
El grupo Luksic valoró la adquisición efectuada. “Para Quiñenco –expresó su gerente general, Francisco Pérez Mackenna-, ésta es una inversión muy interesante, ya que nos permitirá aumentar nuestra competitividad en un negocio en el que estamos presentes desde hace algunos meses y en el que esperamos entregar una atractiva propuesta de valor. Esta transacción –agregó- nos permitirá ampliar nuestra cobertura, al agregar las doscientas estaciones de Terpel (…)” (03/08/11). Completa así quinientos estaciones de servicio, además de las tiendas de conveniencia.
Simultáneamente, Quiñenco dio a conocer su compromiso de participar hasta en US$1.000 millones en un aumento de capital ascendente a US$1.200 millones anunciado por la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV). Su socio hasta ahora en partes iguales, la empresa naviera Marinsa –controlada por el grupo Claro-, suscribirá US$100 millones. Las disímiles participaciones en la ampliación de capital conlleva a que el grupo Luksic definitivamente tome el control de CSAV, continuando en esta forma su tendencia de contar con socios pero privilegiando tener en lo posible siempre la posición mayoritaria. En el Banco de Chile son socios en partes iguales con el consorcio norteamericano Citigroup, a través de Madeco participan en la francesa Nexans y en CCU está presente el poderoso consorcio cervecero Heineken.
El grupo Claro perdió el control de CSAV en lo fundamental debido a su deterioro económico experimentado después de la recesión global en los años 2008-2009. Esta difícil situación nuevamente se comprobó al conocerse el balance del consorcio naviero correspondiente al primer semestre con una pérdida de US$525 millones. La empresa al informar del elevado saldo en rojo comunicó que durante el trimestre en curso la situación deficitaria no se modificará, “ lo que permite prever –adelantó- que el resultado final de 2011 será de pérdidas muy significativas”. Tal situación se produjo, entre otras factores por “caídas de tarifas en la mayoría de las rutas del mundo (…)” (05/09/11). La otra gran empresa naviera de capitales chilenos, la Compañía Chilena de Navegación Interoceánica (CCNI), controlada por el grupo Urenda, en enero-junio también registró números en rojo. Su pérdida alcanzó a US$24,7 millones.
El cuadro de CSAV se complica por disponer únicamente de once naves propias y arrendar las 99 restantes que utiliza. Las veinte mayores navieras del mundo cuentan en promedio con un 50% de capacidad aportada por su propia flota. Ante esta disyuntiva, los grupos Luksic y Claro decidieron un “fortalecimiento financiero” de la empresa para hacer frente a “un deterioro más allá de los razonable”, como se señaló en su balance a junio.
Luego del aumento de capital, la CSAV se dividirá dando nacimiento a una nueva sociedad que poseerá el 99,9% de las acciones de su filial Sudamericana Agencias Aéreas y Marítimas (SAAM), cuya rubro es servicios portuarios y de logística terrestre, teniendo una evolución más estable y no la alta volatilidad del negocio naviero, proporcionando importantes flujos financieros. Ambas empresas tendrán inicialmente la misma estructura societaria. Con anterioridad al ingreso del grupo Luksic, CSAV tenía ya la idea de la creación de la nueva sociedad y vender hasta un 49% de sus acciones. En ese momento se cifró la nueva compañía en US$1.300 millones. “Esta medida -consignó La Tercera- apunta a aislar a SAAM de los vaivenes del negocio naviero para potenciarla y ponerla en el mercado. Ello, por cuanto el siguiente paso sería listar el nuevo holding en la Bolsa” (03/09/11).
En 2010, SAAM facturó US$361 millones, menos de la décima parte que CSAV, sin embargo registró utilidades por US$52 millones. El 48% de sus ingresos provino del sector de logística, un 32% de las operaciones portuarias y un 28% de remolcadores navieros. La mitad de sus negocios se efectúan en Chile, estando presente en porcentajes importantes, además, en Perú, Brasil, Ecuador, México, EE.UU. y Uruguay.
SAAM: Operaciones por países durante 2010
(Fuente: Saam. En porcentaje del total)
País | % | País | % | País | % |
Chile | 50,0 | Ecuador | 9,0 | EE.UU. | 4,0 |
Perú | 12,0 | México | 9,0 | Uruguay | 3,0 |
Brasil | 10,0 |
Además CSAV se encuentra en búsqueda de un socio estratégico en el negocio de portacontenedores. Tiene tratativas con la segunda y tercera empresas navieras más grandes a nivel global, considerándose que la alianza estratégica podría darse con una de ellas. CSAV con Shipping Company (MSC), la segunda del mercado de origen suizo, y la francesa Marítima CMA –que en 1996 adquirió CEM al privatizarse-, que ocupa el tercer lugar, posee convenios de operación conjunta. De concretarse una alianza con las compañías dominantes en el mercado aumentaría la ya alta concentración a nivel global. De acuerdo a cifras de la consultora francesa Alphaliner un 52,3% de la capacidad para transportar portacontenedores lo poseen diez empresas, del centenar existente. Las tres mayores tienen el 37,2% de participación mundial. En el listado, CSAV aparece en el décimo lugar con un 3%.
Con el aumento de su participación en la CSAV y la adquisición de Terpel Chile, el grupo Luksic prosigue su intenso proceso de expansión durante 2011[1]. Es lejos, el grupo chileno que ha efectuado mayores adquisiciones en el curso del año. Su punto de apoyo principal es la elevada rentabilidad que obtiene en la gran minería cuprífera chilena, a través de Antofagasta Minerals (AMSA), que también le proporciona recursos para alcanzar protagonismo global a futuro. Por su parte, el holding Quiñenco obtuvo en el primer semestre utilidades ascendentes a US$182 millones, las que fueron un 64% inferior a las obtenidas en los mismos meses de 2010. Un año atrás obtuvo ganancias extraordinarias por la venta al Citigroup de un porcentaje accionario de LQIF, empresa de papel controladora del Banco Chile, y la enajenación de la filial Telsur. Si no se consideran estos ingresos extras, las ganancias de enero-junio crecieron un 51% en doce meses. En 2011 obtuvo a su vez ingresos extras producto de su proceso de expansión. En el primer semestre, por ejemplo, Enex ya representó un 37% de las ventas no bancarias de Quiñenco.
Los planes mineros del grupo igualmente avanzan. La Corte Suprema de Baluchistán (Pakistán) fallo a favor de materializar el proyecto cuprífero y aurífero de Reko Diq, que realiza junto con el consorcio canadiense Barrick Gold, también presente en Chile, con una participación cada uno de los consorcios de 37,5% y un 25% del gobierno local. “El tema judicial –manifestó Marcelo Awad, presidente ejecutivo de AMSA- está cerrado. La Corte Suprema –añadió- se pronunció diciéndole al gobierno de Baluchistán que estaba el camino allanado y limpio para que procedieran a entregar la licencia de explotación” (05/09/11), Únicamente quedan, enfatizó Awad, algunas investigaciones menores, pero ya no existen riesgos que el proyecto se vuelva a paralizar. Se trata de una inversión cifrada en US$3.300 millones que comenzó a gestarse el año 2006.
Al mismo tiempo progresan los estudios para una ampliación de su principal yacimiento en el país, Los Pelambres, “que tiene recursos geológicos suficientes para ir expandiéndose”, señaló Awad. Para concretarlo se precisa construir una nueva central termoeléctrica. El yacimiento, cuya explotación se inició hace una década, cuenta con reservas de 2.100 millones de toneladas de mineral. En el corto plazo el proyecto a implementarse, manifestó Awad, sería Antucoya, ubicado a 125 kilómetros al noreste de Antofagasta, para el cual se estima una producción de 80.000 toneladas de cobre anuales. Es decir, también incrementa sus explotaciones al interior del país, que constituyen el sustento fundamental de su gigantesco proceso de expansión.
Por Hugo Fazio
El Ciudadano
[1] Véase, Resumen Económico Trimestral. Segundo trimestre de 2011, págs. 52-55