Desde el pasado lunes, 52 trabajadores pertenecientes al sindicato de la empresa Providencia S.A. iniciaron una huelga en búsqueda de reajuste salarial y mejoras en sus condiciones laborales. Hoy es su cuarto día de protestas en pleno paseo Ahumada, desde donde han expuesto el pensamiento del Padre Alberto Hurtado y su defensa a los trabajadores.
“¿Qué diría el padre?”, se preguntan en uno de sus lienzos, cuestionando la paradoja que los motiva hoy a gritar, silbar y manifestarse en la calle. Son 52 trabajadores, la mayoría de ellos mujeres y madres, y están decididos a llegar hasta las últimas consecuencias para conseguir mejoras en sus condiciones laborales.
Entre sus demandas se encuentra un reajuste salarial de sueldo, bono de locomoción, aumento del monto del cheque de almuerzo, bono de antigüedad y bono de escolaridad para los hijos de sus trabajadores. “Hasta ahora solo tenemos un aguinaldo de $20 mil para el mes de septiembre”, cuenta Paula Farías, presidenta del sindicato de Providencia S.A, empresa que ofrece prestación de servicios al Hogar de Cristo.
Los 52 trabajadores sindicalizados pertenecen a una empresa que suma 300 personas. Quienes propician la huelga, se desenvuelven en la captación de donaciones del Hogar, realizando llamados desde el call center de la empresa.
“Estamos pidiendo beneficios mínimos. En este momento tenemos un ticket restaurant de $1.500 ¿Tú crees que alguien almuerza con eso acá en el centro? No. Excepto comida chatarra, obviamente, que es lo único que logramos comer. Desde que estamos acá, aparte del reajuste anual que te da el IPC, cero peso”, cuenta Luisa Castro, una trabajadora en huelga.
“ELLOS QUERÍAN DISOLVER EL SINDICATO”
Desde que los empleados de Providencia S.A se dispusieron a crear el sindicato, en mayo, pasado, la situación pareció complicarse. “La empresa tuvo una actitud antisindical porque le dio beneficios a todos los trabajadores que no estaban con nosotros en el sindicato”, cuenta Farías. “Ellos querían disolver el sindicato y marcar su nombre, además de buscar que los trabajadores piensen que no sirve de nada”, expresa.
En tanto, Francisca Martínez, otra de las huelguistas, asegura que “desde que fundamos el sindicato, el cambio de los jefes con nosotros fue rotundo. Estamos claros de que volviendo al trabajo va a haber despidos, pero queremos seguir luchando por nuestros derechos”.
Estas versiones son contrastadas por Nelson Videla, gerente general de captación de Providencia S.A, quien asegura que si no se les benefició fue por falta de acuerdo. “Ellos nos presentaron un convenio de contrato colectivo y comenzamos la negociación. Sin embargo, lamentablemente, no llegamos a ningún acuerdo”.
Según Videla, la empresa no se ha “planteado en ningún momento que la negociación que se está llevando a cabo no sea exitosa. Tampoco nos hemos planteado entrar en proceso de despidos”.
“ESTAMOS PIDIENDO SOLAMENTE UN POQUITO”
Según la información entregada por los huelguistas, gran parte de los trabajadores obtienen el sueldo mínimo, algo que el propio Videla desmiente. “Aquí no hay nadie que gane el sueldo mínimo. El promedio de ingresos de nuestros trabajadores da un sueldo final, entre prestaciones y bonificaciones, de alrededor de $430.000”, asegura, agregando que la empresa tiene una situación financiera “delicada”.
Por otra parte, Francisca Martínez manifiesta que sus jefes “tienen sueldo de 3 millones. Nos entregaron las liquidaciones de ellos y no se compara al trabajo que nosotros hacemos. Trabajamos directamente con los socios, nosotros pedimos las donaciones. Mensualmente generamos como 100 millones de pesos”.
Respecto al rumbo que han tomado las negociaciones hasta el momento, Patricia Torres, trabajadora de la empresa, asegura: “A ellos les falta ver que los trabajadores necesitan trabajar con dignidad. Estamos pidiendo solamente un poquito… nos sacrificamos mucho por esta buena obra, no tenemos nada contra la fundación Hogar de Cristo”.
Torres recuerda el rol del Padre Alberto Hurtado y declara que “él fue un sindicalista, ayudó a muchos trabajadores. El estaría con nosotros aquí, apoyándonos”.
A sus palabras se suma Pedro Castillo, uno de los pocos hombres del grupo de huelguistas, quien manifiesta que “hay que recordar los objetivos por los que se creó el Hogar de Cristo: justicia social y ayudar al más pobre… Uno siempre tiene temor de hacer estas huelgas porque tiene familia, pero si no existieran personas que no se atrevieran a alzar la voz y hacer lo que tenemos que ser, este mundo y este país no sería lo que es ahora. Vivimos en represión por muchos años y la gente tuvo que salir a la calle, tal como hoy los estudiantes. Ahí hay que estar parado, cueste lo que cueste”.
Para mañana, está contemplada una nueva reunión en la Inspección del Trabajo, donde los trabajadores tendrán una mediación con la empresa.
Por Vanessa Vargas Rojas
Fotografías: Mauricio Díaz
El Ciudadano