Se conocieron en el altar. El hombre no creyó en los resultados y ella no soportó la humillación
Rajabbi Khurshed, de tan solo 18 años, no estaba segura de que no sería feliz junto al hombre con el cual la obligaron a casarse. Quería pensar que podría formar una familia, pese a que Zafar Pirov tenía 24 años y era un rudo hombre de Charbogh, Tajikistan. No se conocieron hasta el momento en el que debían dar el «sí». Sin embargo, no tuvo más alternativa que acceder a los deseos patriarcales y a ser paciente.
Pero la humillación no tardó en llegar. Además del indignante test de virginidad que el Gobierno obliga a hacerse a las mujeres antes de contraer matrimonio, Pirov le exigió que se hiciera otros dos para su seguridad, aunque ya estaban casados.
Furioso, no creyó en los resultados, pese a que aseguraban que Rajabbi había resguardado su pureza hasta conocerlo en la intimidad. Exigió poder tener una segunda esposa. Y volvió a humillarla.
Aterrada, la joven mujer contó a sus padres los momentos de presión que vivía con el hombre al que habían incorporado a su vida, haciéndola profundamente infeliz. «No soporto más«, les repetía. Su madre, Fazila Mirzoeva, describió a su hija como una víctima de «calumnias y violencia«, según reportaron a Radio Free Europe.
Finalmente, 40 días después del que debía ser el momento «más feliz» de su vida, optó por lo peor: se quitó la vida. Tendida en su lecho, bebió una dosis fatal de vinagre. Murió horas después en un hospital local.
Pirov fue acusado de haber conducido a su mujer al suicidio y podría enfrentar hasta ocho años de prisión.
«Mi esposa me dio un documento escrito en el cual me permitía tener una segunda esposa, porque no era virgen cuando nos casamos«, intentó defenderse el acusado. «Tomó el vinagre cuando le dije que volviera a casa de sus padres«, insistió.
Las relaciones sexuales prematrimoniales son un tabú en una sociedad ultra conservadora como la de Tajikistán. En primer término los exámenes de virginidad fueron instaurados obligatoriamente en 2015 cuando se puso como excusa la lucha contra el HIV, la hepatitis y otras enfermedades.