En la ciudad de Philadelphia en Estados Unidos, los vecinos de un edificio alertaron a la policía de una sospechosa bolsa negra que había sido abandonada en la calle.
Una vez que los oficiales llegaron al lugar, notaron que dentro de la bolsa había un pequeño ataúd blanco, el que podría corresponder a un bebé.
Su sorpresa e impacto fue aún mayor cuando, al abrir el ataúd no se encontraron un cadáver, sino varios órganos, los cuales fueron comprobados que pertenecían a un niño.
Las investigaciones continúan buscando el paradero de los responsables y el origen de estos órganos, consultando en funerarias por posibles robos y en cementerios por tumbas que hayan sido excavadas recientemente.
Extraído de: MundoTKM