Este martes 18 de julio se llevó a cabo en Valparaíso la cuenta pública del Congreso mediante una sucinta ceremonia que contó con la participación de la mayoría de los parlamentarios, ministros, altos mandos de las FF. AA. y representantes de las delegaciones diplomáticas presentes en Chile.
En primer momento, le correspondió al Presidente de la Cámara, diputado Fidel Espinoza (PS), hacer uso de la palabra. A diferencia de su símil en el Senado, aprovechó los distintos pasajes de su discurso para enfatizar en el recorte al gasto público llevado en el período, los límites al gasto electoral, las modificaciones a la ley de lobby, el aumento del tiempo de prescripción por los delitos perpetrados por empleados públicos y los motivos porque la ciudadanía tiene recelo de la actividad política: la corrupción.
“Si hay alguna cosa que la ciudadanía repudia de la clase política es cuando algunos se erigen tener privilegios. Cuando dicen ‘yo no me presento a una audiencia de formalización’ o cuando se creen que tienen un poder privilegiado frente a un ciudadano común y corriente, eso no está bien ni aquí ni en ninguna parte. Por eso digo que los partidos también tienen una responsabilidad: cuando tienen que elegir, no lleven a quienes estén manchados con actos de corrupción. Tienen que tener más sigilo en esa materia”, señaló el presidente de Cámara Baja.
Además, al final de su discurso hizo un llamado a las Fuerzas Armadas a entregar información de los detenidos desaparecidos, haciendo mención del ex diputado Carlos Lorca, comentario que causó sorpresa entre los representantes del Ejército y la Armada.
Por su parte, Andrés Zaldívar (DC) hizo mención al debate del proyecto de despenalización del aborto, a la nueva legislación que crea el sistema de educación pública, la descentralización y el debate en torno a la nueva normativa constitucional.
En este punto, refiriéndose a las enmiendas a considerar, hizo hincapié en que la facultad constituyente estaba radicada en el Parlamento, momento en el cual el diputado Gabriel Boric (MA), sentado al fondo del salón, movió efusivamente sus brazos, en clara señal de desaprobación a la frase recién emitida.