Un equipo de científicos la logrado identificar un nexo entre la depresión y la estructura de la materia blanca en el cerebro, un área responsable de conectar la materia gris y asegurar que nuestras emociones y pensamientos sean procesados adecuadamente.
El valor del estudio podría radicar en la sugerencia de nuevas formas de tratar y manejar la depresión, si es que es posible resolver la manera en que estos cambios en la materia blanca influyen sobre el humor y la ansiedad, publica Science Alert.
Los investigadores de la Universidad de Edimburgo, en el Reino Unido, observaron los datos de 3.461 adultos, tomados de la base de datos del UK Biobank, y dicen que el gran tamaño de la muestra agrega peso al hallazgo, lo que resulta ser útil, considerando que los estudios previos sobre depresión y materia cerebral habían sido inconsistentes.
“Este studio utiliza datos de la mayor muestra única publicada hasta ahora y muestra que las personas con depresión experimentan cambios en las conexiones de la materia blanca de sus cerebros”, dice una de las investigadoras del trabajo, Heather Whalley.
Para mapear áreas de la materia blanca se usó una técnica basada en imagen de resonancia magnética (IRM) llamada imagen con tensor de difusión, la que dio a los científicos una forma de modelar las fibras del cerebro con más detalle que nunca.
Los escáneres revelaron que la integridad de la materia blanca –su calidad- se veía reducida en personas que habían reportado síntomas de depresión, mientras que en otras personas sin síntomas, la integridad de esta materia parecía ser normal.
Los investigadores dicen que esa diferencia podría ser el resultado de patrones de actividad cerebral acarreados por la depresión, aunque no es muy temprano para determinar si esto es exactamente lo que ocurre.
Eventualmente, el estudio podría abrir nuevas vías para predecir el riesgo de depresión o entender más sobre las formas en que la integridad de la materia blanca ayuda a protegerse de esta.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 300 millones de personas en el mundo tienen dificultades por causa de la depresión en todas las edades. De hecho, para hacerse una idea de su importancia, ahora se la reconoce como una de las tantas causas de discapacidad a nivel global.
Ahora los científicos están progresando en hacerse una idea de la relación entre la depresión y la organización cerebral. Un tratamiento innovador en desarrollo es el que usa pulsaciones magnéticas para alterar los circuitos del cerebro y la forma en que estos interactúan.
También se ha vinculado algunas áreas específicas del cerebro con problemas de depresión en un estudio publicado el año pasado, el que encontró que los sentimientos de pérdida y baja autoestima estaban ligados al funcionamiento de la corteza orbitofrontal, que se encarga de la integración sensorial, la expectativa y la toma de decisiones.
Aunque no se puede determinar ninguna conclusión definitiva a partir de la nueva investigación, esta representa otro paso adelante hacia la comprensión del impacto que tiene la depresión en el cerebro y encontrar formas de ponerle freno.
“Existe una necesidad urgente de proveer un tratamiento para la depresión, y mejorar nuestra compresión sobre sus mecanismos nos dará una mejor oportunidad de desarrollar nuevos y más efectivos métodos”, explica Whalley, quien publicó el estudio junto a sus colegas en la revista Scientific Reports.
Artículo original en Science Alert
El Ciudadano